El calentamiento global se ha convertido en un problema presente, palpable e innegable al que no podemos ni debemos dar la espalda: sus consecuencias han abandonado la forma de amenaza futura para convertirse en hechos medidos y contrastados. Uno de ellos es el que nos recuerda cuántas muertes provoca el cambio climático y, en concreto, cuántas personas mueren al año por el cambio climático. La propia Organización de las Naciones Unidas (ONU) cuenta con cifras al respecto, que comparte periódicamente para concienciar a la población mundial sobre las dimensiones del problema.
Entre los efectos del cambio climático encontramos sequías, huracanes, hambre y pobreza. Las temperaturas aumentan y, con ello, se producen cambios en el clima, a la vez que aumentan los fenómenos extremos: escasez de lluvias o, del lado contrario, tormentas intensas y más destructivas. El riesgo de incendios también crece, así como la propagación de enfermedades, animada por las elevadas temperaturas. El derretimiento de los glaciares, cambios en los distintos ecosistemas y la desaparición de determinadas especies son otras de las consecuencias del aumento de la temperatura en la Tierra.
Además, con el cambio climático, los alimentos se vuelven más caros: el empeoramiento de las condiciones climáticas afecta a la productividad de la tierra, a la supervivencia de los animales... y ello tiene un coste para el consumidor. En palabras de Oxfam Intermón, "esto nos afecta a todos y todas, pero en los países menos desarrollados, con altísimos índices de pobreza, las consecuencias pueden ser devastadoras". Además, "el calentamiento global que provoca esta falta de alimento en la vida cotidiana de las personas deriva en guerras y migraciones de pueblos enteros que deben buscar un destino diferente donde encontrar alimento".
En este sentido, un reciente estudio, bajo el nombre La carga de la mortalidad relacionada con el calor atribuible al reciente cambio climático inducido por el hombre, ha entrado de lleno en la búsqueda de respuesta a una duda que miles de personas se plantean en todo el mundo: cuántas personas mueren al año por el cambio climático.
Precisamente se pase de la premisa de que, a pesar de que resulta evidente que el cambio climático afecta la salud humana, "no ha habido esfuerzos sistemáticos a gran escala para cuantificar los impactos en la salud humana relacionados con el calor que ya hayan ocurrido debido al cambio climático".
Como respuesta, el estudio, dirigido conjuntamente por la London School of Hygiene & Tropical Medicine (LSHTM) y la Universidad de Berna y publicado recientemente en la revista especializada Nature Climate Change, revela que un tercio de las muertes atribuibles al aumento de la temperatura están provocadas por el ser humano. Su investigación usa datos de 732 localidades y 43 países de todo el mundo, y viaja hasta 1991, terminando en 2018.
"Entre todos los países del estudio, encontramos que el 37 por ciento (rango entre el 20,5 y el 76,3 por ciento) de las muertes relacionadas con el calor en la estación cálida se pueden atribuir al cambio climático antropogénico y que el aumento de la mortalidad es evidente en todos los continentes. El peso varió geográficamente, pero fue del orden de decenas a cientos de muertes al año en muchos lugares. Nuestros hallazgos respaldan la necesidad urgente de estrategias de mitigación y adaptación más ambiciosas para minimizar los impactos del cambio climático en la salud pública".
Además, en cuanto a la mortalidad según la zona, los porcentajes más altos de mortalidad a causa del calor inducido por el ser humano se produjeron en América Central y América del Sur (llegando al 76 por ciento en Ecuador y Colombia) y en el Sudeste Asiático (entre el 48 y el 61 por ciento). En total, se produjeron 136 muertes adicionales al año en Santiago de Chile (un 44,3 por ciento de total de muertes relacionadas con el calor en la ciudad), 189 en Atenas (un 26,1 por ciento del total), 172 en Roma (un 32 por ciento), 156 en Tokio (un 35,6 por ciento) y 177 en Madrid (un 31,9 por ciento). También se registraron porcentajes elevados de mortalidad por esta causa en Bangkok (53,4 por ciento), Nueva York (44,2) o Ciudad Ho Chi Min (48,5).
En total, según señala esta estadística, morirían en todo el mundo más de 100.000 personas al año por culpa de un calentamiento global generado por los propios humanos.
Las causas de este aumento de la mortalidad son múltiples: las altas temperaturas afectan al corazón y a los pulmones, y nos llevan, en general, a cargar con un sobreesfuerzo a nuestras espaldas. Nuestros vasos sanguíneos se resienten, la tensión arterial se ve afectada y aparecen posibles problemas circulatorios que pueden llevar a fallos vitales en órganos básicos para la vida. En casos extremos, el resultado es la muerte.
Además, el cambio climático se relaciona con la nutrición y el acceso al alimento, con la proliferación y propagación de enfermedades, con el aumento de la pobreza, con la escasez de agua... De manera indirecta, todas estas circunstancias, íntimamente relacionadas con la acción del hombre, determinan una mayor mortalidad.