En el día de ayer, tras el desalojo de dos edificios de okupas, uno en Bonanova y otro en Santa Coloma durante primera hora de la mañana. Se convirtió en el detonante para que provocara que varios grupos antisistema y prokupas, salieran a las calles y produjeran graves disturbios.
Desde ‘Cuatro al día’ hablamos con un agente de los Mossos d'Esquadra, que participó en el desalojo de estos okupas para que nos cuente cómo vivió este complicado desalojo. Óscar Fernández, el jefe de la división regional de dispositivos, decía: “El desalojo lo vivimos con preocupación por la fuerte resistencia que había en los dos edificios, pero el diseño del dispositivo estaba preparado para no tener problemas en la ejecución”.
“Solo tres agentes resultaron heridos leves tras el desalojo, pese a la gran cantidad de objetos lanzados y de resistencia que tuvimos en el interior”, afirmaba este Mosso d’Esquadra.
Este agente explicaba, que al ser un dispositivo que tenía fecha y hora para realizarse, sabían que se enfrentaban a una fuerte resistencia, ya que los okupas habían podido fortificar los edificios.
Para concluir, Óscar Fernández cuenta, que antes de enfrentarse a un desalojo así de complejo realizan un estudio con todos los riesgos y amenazas a los que se pueden enfrentar, para planificarlo con una previsión para poder garantizar que se lleve a cabo