La Guardia Civil ha desmantelado una banda criminal que se apropiaba de la herencia de ancianos, hay ya 22 afectados, y que incrementó su actividad con las muertes derivadas de la pandemia.
La operación ‘Mano negra’ arranca en mayo de 2021 cuando la Guardia Civil se percata de que el precinto judicial de la vivienda de un anciano fallecido en Benissa, Alicante, había sido retirado. Pero no solo eso, es que, además, se había robado una moto alta gama, joyas e, incluso, la vivienda se había reformado y se estaba alquilando.
El hilo de la investigación lleva a los agentes hasta dos empleados de un tanatorio que, no solo, robaban las joyas a los difuntos, todos ellos ancianos, la mayoría extranjeros, cuerpos que nadie reclamaba… sino que además, transferían a la banda todos los datos bancarios de las víctimas para vaciar sus cuentas y sus datos domiciliarios para desvalijar las viviendas y especular con ellas.
De momento hay ocho detenidos en Valencia, Alicante y Vizcaya… a la cabeza de todos ellos dos hermanos, aunque la Guardia Civil no descarta más detenciones en los próximos días.
Los delincuentes, tras asegurarse que ningún familiar reclamaba el cuerpo del difunto, comenzaban a actuar los líderes de la organización, dos hermanos residentes en Bilbao, un hombre y una mujer.
La mujer gerente de varias empresas, entre ellas, dos inmobiliarias; el hombre, propietario de una correduría de seguros. Las inmobiliarias se utilizaban para vender y alquilar las propiedades de los fallecidos.