Según Juan Soto Ivars, ‘Todas putas’, de Hernán Migoya, es “el origen de todos los seísmos no en redes sociales, sino entre actores importantes de la cultura”. Este es el libro analizado esta semana en la sección ‘Libros malditos’, junto a Iker Jiménez. Aquí se empezaron a distinguir las raíces que continuaron en la post censura y la cancelación y malditismo: “Es el precursor de polémicas a las que ya nos hemos acostumbrado”.
“Es el primer caso de un enjambre de absolutos biempensantes llenos de pose virtuosa se lanzan sobre un libro como si contuviera las siete plagas y los siete pecados capitales y con un libro que no merece tal grado de crítica”, añade el periodista, escritor y columnista. El título es rompedor y llama la atención. Contenía una serie de cuentos en su interior. No se prohibió, pero se vio envuelta en polémica.
Fue tal la repercusión que el propio Mario Vargas Llosa escribió, en un artículo publicado en ‘El país’, indignado por el nivel de censura que había entre los propios escritores y miembros de la cultura. La explicación: año 2003, elecciones autonómicas. Las historias del libro son oscuras, truculentas, y el Grupo Prisa y PSOE descubren que la editora del libro, Miriam Tey, tiene un cargo en el PP y que fue nombrada directora del Instituto de la Mujer.
‘El país’ publicó un artículo con el siguiente titular: “La directora del Instituto de la Mujer edita una obra con una apología a la violación”. A raíz de esto, muchos medios se hicieron eco y se inició una campaña contra la editora y el autor fue la cabeza de turco. Cargaban contra su libro para hacer daño a su editora: “Fingían estar escandalizados para hacer daño a su editora, en ese contexto de las elecciones”. Todo el análisis de esta polémica, en el vídeo.