Los fantasmas del palacio de Benifayó aterran al equipo de ‘Cuarto milenio’: “¡Lo tengo justo delante! ¡Corre!”
Cuenta la leyenda que el Barón de Benifayó asesinó a su joven mujer en el palacio en el que vivían
Carlos Largo y Joaquín Abenza pasan la noche en el palacio del Barón de Benifayó y se someten a dos aislamientos
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Dos buenos amigos en apuros en un lugar concreto de nuestra geografía. Carlos Largo y Joaquín Abenza pasaron una noche que no esperaban ni en la peor de sus pesadillas. La isla Mayor, la isla Perdiguera, la isla del ciervo, la isla del sujeto y la isla redonda son las cinco islas que tiene el mar Menor.
Existió precisamente en la historia del mar Menor un personaje curiosísimo, Julio Falcó Dada, que era un marino muy curioso, gentil hombre de cámara, gran cazador y gran persona. Era además el Barón de Benifayó, un hombre que tuvo una cierta actuación política y social en la época de Isabel II, en la plenitud del siglo XIX en España. El Barón tuvo que irse de Madrid por una serie de escándalos y fue desterrado en la isla Mayor del mar Menor donde estuvo largo tiempo cumpliendo su destierro.
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Al final, tal y como cuenta Joaquín Abenza, Julio Falcó terminó enamorándose de la isla, comprándola y construyéndose un palacio. Este palacio y otro que construyó en un terreno eran gemelos, dos palacios que se convertirían en leyenda por lo que se conoce como ‘El fantasma de la princesa rusa’.
La princesa rusa asesinada por el Barón que vaga por el lugar
Cuentan que el Barón de Benifayó conoció a una princesa rusa y se enamoró tanto de ella que se casaron y se fueron a vivir solos a la isla Mayor. Sin embargo, no se trataba de un amor correspondido, si no de un matrimonio concertado por los padres de la chica y el Barón.
El Barón tenía en torno a 60 años y ella no más de 20, y se dice además que la princesa tenía por costumbre bajar a la cala del contrabandista, que está en la cara norte de la isla del Barón, para bañarse desnuda por las noches. El Barón, ante la desesperación de ver que no era correspondido, mandó a un criado que asesinase a su mujer y la princesa fue enterrada en la isla. Son muchos los que cuentan que aún hoy se ve el espectro desnudo de la princesa rusa bañándose en la cala, envuelta en una luz difusa.
Las aterradoras horas de ‘Cuarto milenio’ en el palacio del barón
‘Cuarto milenio’ ha pasado la noche en el palacio del Barón, ahora museo, para conocer de primera mano lo que los testigos aseguran que ocurre en sus estancias. Joaquín Abenza se somete a un aislamiento en el palacio en el que, apenas instantes después de comenzar, empieza a escuchar sonidos delante de él: “El sonido ha sido muy fuerte, ¿lo oís? Lo tengo justo delante de mí”.
Desde otra sala, Carlos Largo escuchaba las palabras de su compañero y era testigo, a la vez que él, de los extraños golpes que provenían de las estancias del Barón. En el segundo aislamiento, Joaquín y Carlos notaron frío, pero lo que más les aterró fue el hecho de que saltara la alarma en la planta de abajo cuando ambos se encontraban solos en la de arriba. Estaban completamente solos en el palacio. Durante este segundo aislamiento en las escaleras de acceso a la antigua habitación del Barón de Benifayó, tan solo unos segundos antes de que saltara la alarma de la planta baja, las grabadoras captaron un mensaje: “¡Corre!”.