A Marta Pelayo le llega un nuevo caso, se trata de Tomás Blázquez. Homicidio en grado de tentativa, condenado a 12 años. “Ha cumplido más de la mitad de la condena y no le dan el tercer grado”, le explica Marta a Caronte. Además Samuel le conoce, compartieron celda en la cárcel. El abogado se lo toma como algo personal y acuden los dos a pedirle a la juez que revise el caso. Pero ella es tajante, no le va a dar el tercer grado: es peligroso. Ha protagonizado varias peleas, ha tenido problemas con las drogas…
Caronte sabe lo que es no poder salir de la cárcel, y le exige a la juez que se lo replantee, pero como ella se lo deniega, el abogado no puede controlarse y la llama “cínica”. Caronte muy enfadado va a intentar buscar pruebas para que reabran el caso porque piensa que es inocente.
Tomás fue detenido y condenado por su intento de matar al ex de su mujer. Fue un caso extraño, el abogado de Tomás no pidió pruebas y la investigación fue también bastante rara, por eso, Marta y Caronte deciden investigar por su cuenta.
Otro de los sospechosos fue un amigo del ex de Tomás, pero como su padre es guardia civil parece que consiguió que no le investigaran, además presentó pruebas y una coartada fiable. Sin embargo una de esas pruebas era una fotografía en la que aparece con más personas de caza. Pues bien esa imagen fue manipulada en su día.
Después de enseñarle las pruebas, y tras pedirle clemencia porque la mujer de Tomás no encuentra bien, y por la persistencia de Marta y Caronte, la juez otorga el tercer grado al preso. Lo que ninguno de los dos abogados se esperaba era lo que iba a suceder después. Tomás va a ver su mujer, y le dice, “sabes que te quiero más que a mi vida”. Tras esto se marcha.
Tomás va en busca de Abraham, ex de su mujer, para terminar con lo que había empezado. A plena luz del día, se planta una vez más enfrente de él, y le vuelve a disparar. Pero esta vez sí que le mata.