Durante la última fiesta, Gal·la abandonaba el salón de 'La mansión del amor' para poner rumbo, algo disgustada, a su habitación. Cuando Manuel fue consciente de lo que acababa de ocurrir, no dudó en subir corriendo a preocuparse por ella.
Gal·la, que hasta entonces había querido estar sola, aceptaba su compañía y comenzaba a expresar lo que sentía: "Hay muchas cosas que no me gustan. Sabes cómo soy y cómo me pongo". Manuel le mostraba su apoyo y ella pronunciaba unas palabras al borde del llanto: "Contigo nunca voy a llegar a ningún lado".
Se abrazaban y Manuel le lanzaba la pregunta: "¿Tú me quieres?". Gal·la se limitaba a decir que quería "estar bien". Pero él no se conformaba y seguía buscando la respuesta que quería escuchar: "Si te dijeran: ¿Manuel o lo que tienes?", le planteaba. "Obviamente a ti, porque te conozco, te aprecio y te quiero", se sinceraba ella. "Yo siempre te he querido bien".
Y, por primera vez desde que comparten esta experiencia, ambos se daban continuas muestras de cariño. Entre un acercamiento y otro, Gal·la y Manuel no pudieron evitar acabar haciendo lo que ambos deseaban y se besaron. "¿Tú no sabes que yo te quiero?", se sinceraba también Manuel.