Un coche le arrolló en 11 de octubre del 2017 mientras entrenaba para competir en el Mundial. Así comenzó Tim Don su lucha para volver a competir y así empezó a escribir una historia de superación increíble. El brutal accidente le dejó, a tres días de comenzar el Mundial, con la segunda vertebra rota. Los médicos le comunicaron que iba a perder la movilidad del cuello para siempre, a no ser que se sometiera a un complejo y doloroso tratamiento. No dudó.
Tim Don decidió elegir la opción más difícil con la esperanza de volver a competir y, con los ojos cerrados, dijo que sí al tratamiento más complejo. El médico le comentó que debería llevar un cuello ortopédico y el llamado ‘Halo’. ¿Qué es eso? "El halo es un dispositivo de tortura medieval. Es una experiencia terrible, pero es la mejor opción si se quiere una recuperación completa sin limitaciones a largo plazo" explicó el médico al deportista.
El funcionamiento del aparato es sencillamente horroroso. "Consiste en clavar cuatro clavos de titanio en la cabeza del paciente, unirlas con una circunferencia y colocar dos barras de metal para formar un busto. Es muy doloroso” volvió a comentar el médico a Tim Don.
El deportista tuvo que soportar muchos dolores, vómitos, mareos e incluso fiebres. Tim Don llegó a relatar que estuvo durante meses durmiendo sentado, ya que no podía acostar la cabeza. Sin embargo, el deportista solo pensaba en recuperarse y se ejercitaba con el 'Halo'.
Finalmente, Tim Don se quitó el aparato tras 12 duras semanas. El vídeo no tiene desperdicio, pura felicidad. Ahora solo piensa en volver a competir y su primer reto es la maratón de Boston.