Rick Schultz ha sido, desde que su hijo Tim se casó con Molly, la mejor ayuda para la familia. El matrimonio, ahora padres de cinco hijos, reconoce que no saben cómo podrían haber salido adelante sin el inestimable apoyo de Rick en los primeros años. Cuidar el jardín, fregar los platos, atender a los niños… tareas cotidianas que Rick asumió como propias durante los años que vivió en la misma casa junto a su hijo y la mujer de él.
Molly recibió hace dos años el peor golpe de su vida: perder a su padre por el cáncer. Una enfermedad que en apenas cuatro meses acabó con su vida. Entonces, también Rick fue uno de los puntos de apoyo más importantes. Por eso, cuando a principios de 2018 fue diagnosticado con la misma enfermedad, Molly sufrió un auténtico shock. Esta vez era su suegro el que debía enfrentarse a la terrible lucha contra la enfermedad.
Rick llevaba 43 años sin pisar la ciudad de Buffalo, donde se crió de niño después de viajar a Estados Unidos desde Francia, su país natal. Años de excusas habían aplazado el viaje de regresos con sus hijos (tres más aparte de Tim). Un viaje que, sin embargo, siempre había querido hacer con sus hijos.
Lo primero que hizo Molly al enterarse de la enfermedad de Rick fue plantearse qué cosas habría necesitado durante los meses en que perdió a su padre para entender cómo podría ayudar a su marido. Él, al principio, se negaba a asumir la dura realidad de la enfermedad. Al darse cuenta de que el tiempo corría en su contra y su propia experiencia tan reciente no dudó en aconsejar a su marido que lo dejara todo para llevar a su padre a Buffalo.
Tim entendió al instante que era lo mejor que podía hacer y planificó el viaje con su padre. Toda la familia, de siempre, han sido fans de los Buffalo Bills, equipo de la NFL. Tim aprovechó un partido del equipo ante los Patriots de New England para dar la gran sorpresa a su padre y vivir un viaje que no olvidarán jamás.