Marc Márquez se jugaba el título de MotoGP en Valencia. Lo tenía fácil pero en el motociclismo no existe la palabra fácil. Y el piloto del Repsol Honda lo comprobó en la curva Aspar, la número uno de Cheste, a falta de seis vueltas para reconquistar la corona mundial.
Su RC213V rodaba a 160 km/h, iba en tercera marcha, cuando perdió tracción en la rueda delantera. La montura se inclinó hasta los 64 grados pero tocando con la rodilla y el codo consiguió salvar una caída segura.
Su habilidad, bien entrenada en el ‘Dirt Track’, ayudó a Márquez para devolver la moto a pista: “No suelto la moto ni que dé vueltas”. Fueron milésimas de segundos que pudieron cambiar el destino y que David Reygondeau, fotógrafo del Mundial, captó con su cámara.
Una foto que ya es pura historia del Mundial de MotoGP, un instante donde una imagen supera a cualquier vídeo posible. Un Márquez, prácticamente en el suelo ante la mirada de Zarco, Pedrosa, Lorenzo y un Dovizioso que en esas milésimas veía su sueño más cerca.