El Wigan, de la Tercera División inglesa, tenía partido contra el Doncaster Rovers y Ryan Colclough no se imaginaba el día tan intenso que iba a tener. Su mujer estaba embarazada, muy próxima a dar a luz, y el extremo fue a disputar el encuentro con su equipo. Al descanso, Colclough recibió un mensaje que le decía que su mujer había roto aguas y todo se precipitó.
“En el descanso recibimos un mensaje de que su pareja había roto aguas. Tan pronto como consiguió su segundo gol de cabeza ya no estaba en el campo, estaba en otro lado”, explicó el segundo entrenador del conjunto inglés. Y por eso, el Wigan decidió cambiarle para que se marchara al hospital.
El extremo había marcado un gol en la primera parte, hizo otro en la segunda, en el minuto 58, y en el 60 fue sustituido. Colclough dedicó sus goles a su hijo y según fue cambiado por su entrenador, cogió el camino de los vestuarios para salir del estadio y poner rumbo al hospital. Aún con la equipación del Wigan, el jugador llegó a tiempo para ver el nacimiento de su hijo, y su imagen aún con la camiseta del equipo y su hijo recién nacido está dando la vuelta al mundo.
El Wigan derrotó al Doncaster Rovers por 3-0 y Colclough quiso agradecer el apoyo de todo el mundo y lo que para él fue un ‘hat-trick’.