El corredor profesional de montaña Manuel Merillas decidió realizar el Camino de Santiago en solitario. El atleta quiso hacerlo en bicicleta y el pasado mes de septiembre completó pedaleando los 774 kilómetros que separan Roncesvalles de Santiago de Compostela. No fue un "Camino" como muchos otros, Manuel Merillas decidió hacerlo sin dormir, en solitario y con el apoyo de dos familiares que le acompañaron durante parte del recorrido en sus vehículos.
El corredor, por su parte, declaraba en "El País": "La idea la llevaba madurando desde hacía tiempo, pero no se lo había dicho a nadie hasta dos días antes de partir. Tengo a mi familia malacostumbrada". Añadiendo que: "Ni siquiera me llevé saco de dormir. Cogí unos cuantos tuppers viejos para guardar la cena y me deshice de ellos antes de salir".
Su punto de partida fue Pamplona, de ahí enlazó con Logroño y llegó a Santo Domingo de la Calzada guiado por su GPS. Fue ahí, cuando decidió hacer un alto en el camino para arreglar un pinchazo en una de sus ruedas. Llamó a su hermana para que lo recogiese en Burgos, porque no se veía con fuerzas para seguir. Sin embargo, los ánimos de su sobrina y las ganas de superarse borraron sus dudas. Su cuñado le acompañó hasta Astorga. "Mi padre cogió el relevo. Dobló turnos en su trabajo quitándose horas de sueño". "Solo paré media docena de veces, una de ellas para abrigarme bien".
Merillas llegó a la plaza del Obradoiro a eso de las once de la mañana, el deportista estaba tan cansado que necesitó "hacer relevos" para no quedarse dormido en la cola. Todo se torció cuando llegó su turno: "Al presentar la credencial me dijeron que no podía haber acabado el Camino en solo 26 horas y como no había sellado en ningún lugar del trayecto no me entregaron la "Compostela".
Con el reto ya finalizado, al atleta español lo que le quita el sueño es que la Xunta de Galicia no se lo haya reconocido oficialmente.