Herminia lleva toda la vida en el barrio de La Quintana, en Bejes, y le confiesa a Calleja que nunca ha podido volar, pues fue hija única y tuvo que trabajar para mantener a la familia y “nunca ha tenido libertad”. La historia de su vida ha apasionado a Jesús, que ha querido cumplir el sueño de esta jubilada.