En los últimos tiempos han sido muchos los estudios de videojuegos que han querido subirse al barco del éxito que supone crear un buen Battle Royale. Desde que PUBG (PlayerUnknown’s Battlegrounds) triunfó entre los títulos online multijugador, han llegado otros que han situado el listón todavía más alto. El mejor ejemplo de ello es Fortnite, obra de Epic Games, que no necesita presentación por haber batido diversos récords a lo largo de los años. Sin embargo, han sido muchos otros los que se han quedado por el camino y se han unido a una larga lista de Battle Royale centrados en un sistema de shooter que pocas novedades tienen que aportar los unos respecto a los otros. Esto es algo que cambia con Spellbreak, obra de Proletariat que actualmente se encuentra en su segunda fase de beta cerrada.
Lo hemos jugado en profundidad y a continuación os traemos nuestras impresiones, con tal de determinar los elementos que pueden llevar a Spellbreak hasta lo más alto. Por otro lado, recordamos que actualmente la beta cerrada se encuentra disponible tanto en PC como en PlayStation 4 (con crossplay) y podemos acceder a ella si nos registramos en la página web oficial y/o adquirimos uno de los “packs de fundador” que proporcionan contenidos in-game.
Después de realizar un tutorial algo caótico en el que aprendemos los fundamentos básicos del movimiento, enfrentamientos, características de los ítems equipables y más, estaremos listos para salir al campo de batalla (o eso creeremos). Lo primero que debemos escoger es si queremos jugar una partida de práctica, en solitario, en dúo o bien con un escuadrón, algo que cambiará en cierta medida nuestra estrategia de juego.
Tras ello, toca seleccionar la clase que queremos llevar entre seis opciones disponibles. Cada una de ellas posee un tipo de ataques y habilidades únicas que pueden adquirirse según subimos de nivel en la partida (cada vez que entramos en un círculo de la Tormenta a medida que se cierra). A pesar de que en un inicio podamos pensar que las clases tan solo se diferencian por el tipo de poder elemental que controlan, no tardaremos en darnos cuenta de que estamos equivocados y que el escoger una u otra cambiará significativamente nuestra forma de jugar.
La primera de ellas es “Conducto”, que básicamente se trata de personajes con poderes eléctricos que pueden lanzar rayos. Especialistas en magia rúnica y control sobre el maná, pueden hacer un uso más frecuente de ambos en comparación con otras clases. Los “Piromantes” usan magia de fuego y dominan el rango medio. Pueden crear barreras y recubrir el suelo de fuego para producir daño ígneo a los contrincantes. En el caso de los “Petromorfos”, demuestran que “el mejor ataque es una buena defensa”. Magos de tierra que pueden lanzar grandes piedras o golpear el suelo con fuerza para hacer que se levante y golpee a los enemigos.
La clase “Tempestad” domina las alturas al presentar habilidades relacionadas con el aire. Pueden lanzar tornados y aprovechar el estar situados por encima de otros jugadores para dominar los enfrentamientos. En cambio, los “Toxicólogos” prefieren el daño prolongado y el hacer uso de habilidades de sigilo con tal de sorprender a los demás con daño venenoso. Por último, los “Hijos de la Escarcha” son una de las clases más hábiles. Como su nombre indica, dominan el poder del hielo y pueden disparar certeras y dañinas lanzas, además de crear caminos helados para desplazarse rápidamente.
El seleccionar una de estas clases no nos limita al uso exclusivo de su elemento característico a lo largo de toda la partida, ya que uno de los objetos que podemos equiparnos (los encontramos en distintos cofres y puntos del mapa) son Guanteletes elementales. Existen de seis tipos (ligados a las 6 clases) y calidades (normal, épico, legendario…) y nos permiten combinar poderes propios de la clase que hayamos escogido con el que proporcione el guantelete en cuestión. Esto es algo remarcable e interesante que Spellbreak pone en manos de los jugadores: el escoger y cambiar en todo momento el estilo de juego que prefieran.
En lugar de ser un Battle Royale con capacidad de hasta 100 jugadores, la cifra actual está entre los 40 – 60. Gracias a esta cantidad limitada podemos disponer de unos instantes de soledad antes de encontrarnos con otros usuarios, algo muy útil de cara a equiparnos correctamente antes de dirigirnos a círculos más cerrados del mapa en los que es inevitable acabar enfrentados.
Necesitaremos jugar unas cuantas partidas a Spellbreak antes de dominarlo por completo. El motivo es debido a que existen una cantidad considerable de ítems equipables, habilidades por desbloquear, un sistema de runas y talentos propios de cada clase. Por mucho que nos leamos las características del tipo de personaje que escojamos, lo más recomendable es lanzarnos a la batalla una y otra vez y probarlo todo en la práctica.
La movilidad en Spellbreak es muy importante. Desde el inicio (y con cualquier clase, aunque en la de Tempestad se vea reforzado) podemos ejecutar saltos dobles e incluso flotar en el aire durante unos instantes. Por ello, no será complicado sortear las altas torres de piedra y los obstáculos del terreno por parte de ningún jugador. El situarnos en las alturas nos proporciona una ventaja táctica pero también supondrá que el resto de jugadores puedan vernos con mucha más claridad, por lo que deberemos aprender a usar el cielo a nuestro favor.
Además, contamos con diversas runas que nos permiten volar, teletransportarnos, tornarnos invisibles, ver a través de las paredes y realizar una carrera, entre otras habilidades centradas en el movimiento. Gracias a ellas podremos escapar de un enfrentamiento que no estamos preparados para librar, movernos de forma ágil y rápida por el mapa, correr hacia el círculo para evitar que la Tormenta nos dañe al cerrarse, etc.
Los cinturones nos otorgan protección y armadura extra al equipárnoslos automáticamente. En este caso es de agradecer que al encontrar un objeto nos indique si es peor que el que llevamos equipado y no nos permita recogerlo. Con esto ahorramos un tiempo muy valioso que en un juego online multijugador puede suponer la diferencia entre la derrota y la victoria.
Por último y no por ello menos importante, podemos lanzar distintos tipos de hechizos que tardan un tiempo determinado en viajar por el aire y aterrizar, creando un área de daño al hacerlo. Hay que tener en cuenta que podemos dañarnos a nosotros mismos con nuestros propios ataques, por lo que hay que ir con cuidado extra en el momento de incendiar una zona del mapa o llenarla de charcos tóxicos, por ejemplo.
A pesar de estar en fase beta, existen una serie de misiones diarias por cumplir que nos otorgan bonificaciones y acercan a nuestros personajes hacia la deseada Maestría de cada una de las clases. Ejemplos de ello son infringir 200 puntos de daño como Hijo de la Escarcha, hacer lo propio pero con ataques de rayo o terminar 5 partidas entre los 15 primeros. Estas misiones nos invitan a seguir jugando y practicando hasta lograr completarlas.
Por otro lado, una vez que superemos unas cuantas partidas surgirá una encuesta automática en la que debemos valorar Spellbreak del 1 al 5. Tras ello, nos piden que detallemos aquel punto que creemos que podría mejorar en el juego entre las siguientes opciones: tiempo de espera largo, FPS bajos, Ping alto, no está en mi idioma, demasiado difícil o no es divertido. Las últimas opciones tienen un arreglo más complejo, mientras que de las primeras, en nuestro caso, tan solo experimentamos un ping algo elevado.
Gráficamente el título presenta un aspecto atractivo y colorido, con escenarios repletos de contenido y buenos efectos en lo referente a ataques elementales, movimientos fluidos y satisfactorios y demás. Técnicamente necesita ser pulido, pero se puede jugar y disfrutar sin ningún impedimento crítico. En cuanto a su banda sonora y efectos de sonido, son de calidad pero todavía necesitan mejorar de cara a evitar cortes repentinos y otros errores menores.
Spellbreak es una interesante apuesta dentro del género Battle Royale – RPG. Cambia las armas por los hechizos y los poderes elementales y nos permite movernos con mucha más fluidez por el mapa con tal de que nos sintamos ágiles y poderosos. Parece que en Proletariat han encontrado una fórmula que puede triunfar en una industria repleta de intentos fallidos o que se quedan a medias, pero tan solo el tiempo lo dirá. Por ahora, podemos probar Spellbreak en PC y PS4 gracias a su beta cerrada con tal de hacernos una idea del planteamiento del juego. Los desarrolladores prometen que intentarán llevarlo “al máximo número de plataformas posible”, por lo que es pronto para afirmar cuáles serán los límites de esta obra y cuán alto podrá llegar.