Cuando vimos el primer tráiler de Maneater, esta loca propuesta de Tripwire Interactive nos pareció una divertida broma. Realizar un videojuego sobre los ataques de los tiburones es un tema recurrente en el mundo del cine y es un tema fantástico para un videojuego pero, en esta ocasión, el jugador se pondría en la piel del escualo. ¿Te apetece ver la secuencia de caza desde los ojos del tiburón, atacar a tu presa desde las profundidades y hundir tus poderosas mandíbulas en su carne?, ¿colocarte en lo más alto de la pirámide alimenticia del océano, por encima de peces, tortugas, focas, bañistas, surferos y navegantes despistados? Pues eso es lo que consigue Maneater.
El juego es un título de acción y aventura, con elementos de RPG (ya que el tiburón irá subiendo de nivel y adquiriendo y mejorando habilidades que le ayudarán en la aventura). Para que tengas una referencia, podríamos decir que Maneater es una alocada mezcla entre Ecco the Dolphin y Grand Theft Auto. Suena a chiste, pero es así. Una vez te metes en la piel del tiburón y aprendes a manejarlo, se abre ante ti un ‘océano’ de posibilidades, literalmente, con un mundo submarino semi-abierto (se irán abriendo las diferentes zonas y tendrás cada vez más espacio para explorar libremente). Aquí podrás nadar a placer, alimentarte, asustar a los bañistas, buscar tesoros y recompensas y completar decenas de misiones para mejorar las capacidades de tu tiburón y hacer avanzar la historia.
Otra sorpresa de Maneater es que cuenta con una historia que vertebra el juego y que, como buen juego de acción y mundo abierto, nos habla de la violencia y la venganza. Nada más comenzar a jugar conoceremos a un despreciable cazador de tiburones, llamado ‘Escamoso’ Pete, especialista en cazar a los tiburones más grandes para después despedazarlos. Pete tiene una cuenta pendiente con una hembra de tiburón blanco, a la que ya dejó herida con un trozo de arpón clavado en su lomo. Nosotros, por supuesto, comenzaremos a manejar al tiburón en cuestión.
En la piel de esta hembra de tiburón afrontaremos el tutorial del juego, que nos enseña los movimientos básicos para nadar, acelerar, dar coletazos, lanzar dentelladas a nuestros objetivos, acechar en la superficie (mostrando nuestra aleta sobre el agua), sumergirnos o dar saltos sobre las olas. Una vez aprendido lo básico, el juego nos anima a cumplir tres misiones: la primera nos llevará a alimentarnos de algunos peces de gran tamaño. Alimentarse en el juego es vital, tendremos que hacerlo de manera constante, ya que si no bajará nuestro nivel de vida y hasta podemos morir de inanición.
Tras alimentarnos de los nutrientes naturales que nos ofrece el océano, nos toca acercarnos a la costa para hostigar a unos cuantos bañistas. Aquí la cosa se pone sangrienta y terrorífica y hasta podemos asomarnos a la orilla de la playa para cobrarnos algunos trofeos. Tras el festín playero, aparecerán varios barcos cargados con matones y armas de todo tipo (grandes arpones, cargas explosivas y ametralladoras) para intentar aniquilarnos. Nos toca hundirlos todas las embarcaciones y deshacernos de los navegantes y buzos que nos acechan.
Tras este espectáculo de sangre nos daremos de bruces con el barco de Escamoso Pete que, irremediablemente, termina capturándonos. Pero, antes de convertirnos en sushi, Pete abre el vientre de la hembra de tiburón y saca a una cría que, en un rápido movimiento, le arranca una mano y cae por la borda. Como habréis adivinado, el pequeño cachorro de tiburón será nuestro protagonista, y tendremos que acompañarlo en un viaje hacia su vida adulta por un peligroso entorno submarino hasta que pueda consumar la venganza contra el hombre que capturó y asesinó a su madre.
Un elemento muy original es que el juego se narra como si fuera parte de un reality show televisivo centrado en la vida de los tiburones y los hombres que se enfrentan a ellos para cazarlos. Las cinemáticas que se nos muestran desde el barco de Pete, o del de cualquier otro marinero, se muestran con la cámara al hombro de un reportero y los gráficos de un programa de TV. Pero en el resto de la aventura, cada vez que descubramos algo o completemos alguna misión, ahí estará la voz en off del redactor contando algo sobre la vida cotidiana de los tiburones.
Una vez ‘a los mandos’ de nuestro pequeño tiburón el juego comienza a abrir su mapa (poco a poco) y nos va conduciendo a cumplir pequeñas misiones para avanzar en el juego. Como ya hemos dicho, el tiburón debe comer, pero ese será el menor de nuestros problemas. Porque los pantanos primero (marismas donde se mezcla el agua dulce y salda) y el océano después, son lugares cargados de peligros. Es cierto que un tiburón adulto no cuenta con depredadores naturales (a excepción del hombre), pero un tiburón cachorro o adolescente puede encontrarse con bastantes enemigos más grandes y poderosos que él.
Así, tendremos que tener en cuenta el nivel que hemos alcanzado y el nivel que muestran las criaturas a las que podemos o queremos enfrentarnos. Como en todo RPG, habrá en muchas ocasiones en las que una retirada a tiempo (para tomarnos un momento para subir de nivel y mejorar habilidades) será una victoria. Cada zona que vayamos descubriendo estará cargada de misiones principales, muchas misiones secundarias, enemigos de todo pelo, extras, objetos coleccionables, etc. Al comenzar, estamos atrapados en un pantano junto a la costa y tendremos que superar objetivos para conseguir acceder a la salida a una nueva zona en el mapa. Por ejemplo, muchos obstáculos y rejillas requieren que tengamos un nivel superior (o que hayamos pasado al estado adolescente o adulto) para que podamos superarlas.
Así, el juego se irá convirtiendo en un sandbox con más posibilidades, a medida que avanzamos. En cada una de las zonas del mapa, descubriremos unas grutas especiales que serán algo así como refugios, donde nuestro tiburón tiene que acceder para subir de nivel y armarse de nuevas habilidades. Explorar cada zona del mapa en profundidad (a veces, literalmente) nos descubrirá muchas más actividades para realizar, tesoros que descubrir y oportunidades para hacer crecer a nuestro escualo. Después, siempre podemos volver a una zona anterior a realizar aquellas misiones u objetivos a los que no pudimos enfrentarnos por nuestra baja progresión. Un cocodrilo de nivel 8 es un enemigo imbatible cuando eres un cachorro, pero cuando llegues a tu edad adulta podrás merendártelo sin demasiados problemas.
Como estamos en un RPG, o un ‘ShARkPG’ como dicen sus desarrolladores, Maneater tiene un árbol de habilidades que está conectado a los puntos de experiencia que obtenemos al matar cualquier animal y, a medida que evolucionamos, se desbloquean beneficios adicionales que podemos ir ‘equipando’ en nuestro tiburón, una especie de mutaciones que servirán de ayuda en el juego: un sónar mejorado para detectar todo lo hay alrededor, mejores niveles de defensa, velocidad, agilidad y ataque, etc. Pero también conseguiremos habilidades menos comunes como una poderosa mandíbula con impulsos eléctricos para aturdir a nuestras víctimas, un exo-esqueleto para mejorar nuestra defensa natural ante los ataques, etc. Todas las habilidades son intercambiables durante el juego, una vez desbloqueadas, por lo que podemos equiparlas antes de enfrentarnos a desfíos concretos.
Los movimientos del tiburón son eficaces y, en la mayoría de las ocasiones, nadar y observar lo que pasa a nuestro alrededor se coordina de manera bastante fluida (con ambos sticks analógicos). Pero es cierto que, en mitad de algunos combates, la cámara es un auténtico lío y te pasas la mitad del tiempo dando dentelladas al agua o al aire, mientras no sabes bien de dónde te llegan los golpes. Para intentar mitigar este efecto, el juego cuenta con un modo para centrar objetivos (pulsando S3) que hace que las cosas funcionen algo mejor (pero tampoco del todo). Y es que un entorno (el agua) en el que podemos movernos y atacar en todas las direcciones espaciales, dificulta la visión y el combate sobremanera.
Maneaeter es un divertido y, sobre todo, original juego RPG de mundo abierto. Cuenta con un mapa bastante amplio y muchas cosas para hacer mientras haces evolucionar a tu tiburón de cara a enfrentarte a nuevos desafíos. La historia principal del juego puede llevarte a invertir unas 15 horas, a lo que puedes añadir un par más si eres de los que quieres desbloqeuar todo el contenido y descubrir todos los extras.
La gran cantidad de habilidades y mejoras permiten llegar a personalizar bastante a tu escualo y llegar a cogerle cariño una vez que los has evolucionado hasta convertirlo en un terrible Megalodón. Es cierto que cuando te conviertes en un ‘cazador de hombres’ es cuando el juego se pone realmente interesante (y es que luchar contra focas y cocodrilos se hace cansado y repetitivo casi enseguida). Las misiones especiales y legendarias (tendrás que eliminar a peligrosos pescadores de tiburones) son lo mejor del título.
Técnicamente es atractivo, con unos gráficos que cumplen y una banda sonora envolvente y voces dobladas al castellano. Solo tenemos una pega importante con los controles de movimiento, a los que no terminaos de acostumbrarnos nunca y nos ponen en situaciones complicadas a cada rato.
*Este análisis se ha realizado en PS4 gracias a un código de review proporcionado por Koch Media.