La primera impresión nada más ejecutar este juego de cartas es que intenta conectar con los aficionados a los RPG de fantasía clásicos de PC. Las clases y héroes disponibles son las típicas de cualquier ‘Baldur’s Gate’ al uso. El tutorial y el resto del desarrollo de la campaña principal tienen largas líneas de texto en los que se procura ambientar el juego del mejor modo posible. En este caso, ‘Shards of Fate’ se apoya en los elementos más comunes de los RPG para compensar el enorme universo en el que se sustenta tus principal competidor, ‘HearthStone’.
En todos los sentidos, ‘Shards of Fate’ está más cerca de un juego de mesa tipo ‘Magic’ que de los videojuegos de cartas. La tendencia en la industria es ir a lo sencillo, que se pueda hacer un ‘port’ a dispositivos móviles y que siga pudiéndose jugar. ‘Shards of Fate’ se aleja de eso y divide los turnos en fases e introduce conceptos tan conocidos como las ‘cartas giradas’ o los diversos tipos de ‘maná’ (en forma de cristales) de los que se dispone a modo de recursos.
Pero lo más relevante es la división del turno en varias fases. Olvidaos de completar todas las acciones propias en un tiempo límite y pasar el testigo al contrario para que haga lo propio. Después de cada fase del jugador en activo, la prioridad pasa al otro jugador que tiene la oportunidad de jugar alguna carta de su mano si así lo desea. Esto no solo ralentiza en gran medida la partida, sino que se convierte en una sucesión de clics hasta que pasa todo ese intercambio de pelota tan tedioso. La idea, desde el punto estratégico, es muy buena, pero en la práctica es un enredo innecesario.
Además, la ambientación gráfica es bastante pobre. La estética actual, con tableros limpios y posibilidad de conocerlo todo sin necesidad de clicar con el ratón, no está presente en este juego. Una oscuridad invade toda la pantalla en cada partida, y lo más incómodo es tener que recurrir al botón derecho para conocer cada carta. ‘HearthStone’ se hizo con el público ‘casual’ gracias a su sencillez, tanto en mecánica como en estética, justo los dos patinazos que pega este ‘Shards of Fate’.
Pero, ¿merece la pena darle una oportunidad? Sin duda. Una vez dominado el juego, las posibilidades de mazos de hasta 60 cartas son enormes. El tutorial es genial y no requiere de más para lanzarse a la aventura. Eso sí, se recomienda paciencia. Es un videojuego en el que el jugón con experiencia tendrá alguna dificultad para encontrarse cómodo, así que no digamos aquel que quiera empezar a combatir con cartas.
En definitiva, aún hay cosas que mejorar en este ‘Shards of Fate’. El juego está en constante evolución y con la entrada de más usuarios se podrá mejorar la experiencia para que se convierta en una alternativa fuerte y real del rey de este tipo de juegos que aún es ‘HearthStone’.