Análisis de Xbox Series X: así es la nueva consola de Microsoft
El próximo día 10 de noviembre llega la consola de nueva generación de Microsoft.
Analizamos a fondo la máquina que llega con el cartel de ‘la consola más potente de la historia’.
Estamos en noviembre de 2020 y eso quiere decir que estamos en el mes del lanzamiento de las consolas de nueva generación. Hay cambio de ciclo en las consolas de sobremesa y los jugadores estamos ansiosos por dar el salto. Y, aunque tan solo con nueve días de diferencia, la primera en llegar será la propuesta de Microsoft. Como ya sabéis, la compañía de Redmont actualiza su Xbox con dos máquinas, Series X y Series S, que saldrán a la venta el próximo 10 de noviembre.
En Videojuegos Cuatro hemos tenido la suerte de contar con una Xbox Series X desde hace un par de semanas, por lo que hemos tenido tiempo de probarla y experimentar todo lo que ofrecerá a los jugadores. Microsoft ha diseñado una máquina realmente potente que promete dar guerra en el desarrollo de videojuegos del próximo lustro, una gran noticia para los fans. Y es que, aunque Series S es una fantástica opción, mucho mas barata, para aterrizar en la nueva generación, Series X será el buque insignia de la marca. La verdadera sucesora de la Xbox original de 2001, Xbox 360 y Xbox One que, además, podrá correr todos sus juegos. La cuarta generación de Xbox ya está aquí.
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Hace unos días publicamos el unboxing de la máquina, un vídeo rápido sacando todo lo que encerraba su caja después de que nos llegara a la redacción. Ahora, os contamos todos los secretos de Xbox Series X:
Aspecto exterior y diseño... instalando Series X
De lo primero que hay que hablar para analizar Xbox Series X es su aspecto exterior. Ya habéis visto su diseño en decenas de videos y fotografías y podéis haceros una idea de su escala en el vídeo unboxing de aquí arriba. Sin ser una consola pequeña, sí que tenemos que decir que el diseño es muy recogido, ya que este monolito negro parece ocupar mucho menos que el diseño original de Xbox One. Pero al pesar prácticamente lo mismo que aquella, al levantarla da la sensación de pesar mucho más de lo que aparenta al echarla un vistazo.
Puesta en vertical tiene unos 30 centímetros de altura, por 15,1 centímetros de ancho y 15,1 centímetros de fondo, por lo que su base y altura son un cuadrado perfecto. El diseño es muy minimalista, con ese negro mate que domina toda su superficie, exceptuando el detalle verde que muestran en su interior los orificios redondos de la parte superior, que viene a ser una elegante y cóncava rejilla de ventilación de la consola. En su parte delantera, además del logo de Xbox (que hace las veces de botón de encendido y se ilumina de blanco) encontramos la ranura para los discos (con un pequeño botón de expulsado), un puerto USB 3.1 y un pequeño botón para emparejar los mandos.
En la parte trasera encontramos el resto de conexiones, que son las justas y necesarias, ni una más. La salida HDMI 2.1, otros dos puertos USB 3.1, la entrada Ethernet 802.3 10/100/1000 y la entrada para las tarjetas de expansión SSD diseñadas específicamente para la consola. Un diseño sencillo pero muy atractivo, al menos bajo nuestra opinión, y que quedará muy elegante en cualquier salón. Aunque es bastante posible que los 30 centímetros de altura hagan incompatible colocarla de manera vertical en la mayoría de muebles bajos, sobre todo si tienes el TV colocado sobre una peana y no colgado en una pared. Pero, no hay problema, ya que la consola se puede tumbar hacia el lado derecho, ya que cuenta con cuatro pequeñas ‘patas’ redondeadas en ese lateral. Así, la ranura de lector de blu-ray queda en horizontal, en la parte superior izquierda y el botón de encendido sigue en la parte superior, ahora en el lado derecho.
La encendemos: potencia y rendimiento
Una vez acomodada en el mueble adecuado de nuestro salón, es el momento de encenderla y configurarla. Y esto último es realmente sencillo gracias a la renovada app de Xbox para dispositivos móviles. Esta app se ha renovado recientemente para darle la bienvenida a la nueva generación e incorpora nuevas funcionalidades que nos hacen la vida más fácil. Entre otras cosas, poder configurar de manera rápida y sencilla tu nueva consola sin la necesidad de introducir datos con el mando y el siempre tedioso teclado virtual en la TV. Con la app también es muy sencillo gestionar varias consolas a la vez, si vas a mantener activa tu Xbox One, por ejemplo, y transferir cuentas y datos de una a otra sin problemas. Por ejemplo, puedes copiar la configuración de tu consola anterior, para ahorrar tiempo. Esta aplicación está disponible en iOS y en Android y nos va a permitir gestionar muchas otras cosas de la consola, como las capturas o el juego remoto, pero de todo eso hablaremos luego.
Otro elemento importante es que utilices el cable HDMI suministrado para conectar la Xbox Series X al TV, y es que se trata de un cable de ultra velocidad, diseñado para permitir imágenes a 4K y hasta 120Hz. Conecta este cable al puerto HDMI 2.1 compatible en de tu pantalla 4K para disfrutar de esta tecnología (ten en cuneta que los cables HDMI de la generación anterior no admiten 4K / 120Hz). Una vez configurada la consola con tu cuenta de Xbox puedes ir al menú de configuración para personalizar al máximo la conexión de vídeo dependiendo de la TV que tengas. Allí podrás activar funciones, calibrar tu pantalla y calibrar el HDR. La propia aplicación te avisa de la compatibilidad de tu TV con todas y cada una de las tecnologías de imagen que es capaz de lanzar Series X (4K, 120 Hz, HDR10, Dolby Vision, HDDR automático) y te ayuda a configurarlas correctamente.
En cuanto a la interfaz de la nueva consola no te vas a llevar una gran sorpresa si eres el propietario de una Xbox One, ya que es el mismo con el que cuenta la consola de la generación actual. De hecho, esta interfaz se ha actualizado hace pocas semanas, precisamente pensando en el desembarco de la nueva generación. Así, encontrarás todo en su sitio y, si has importado la configuración de tu consola actual, tendrás hasta los mismos colores e imágenes que hayas personalizado. Y es que el sistema Xbox se comparte en estas dos consolas intergenarionales, al igual que los juegos. Como ya sabes, Microsoft no se ha cansado de repetir que, si has comprado un juego en Xbox One, será tuyo en Xbox Series X / S, ya que se trata del mismo producto (aunque se beneficiará de las mejoras técnicas de la nueva consola, claro). Y eso, por no hablar de tu catálogo, físico o digital, de las dos generaciones anteriores (Xbox y Xbox 360).
Por eso, enseguida nos sentimos como en casa, navegando por nuestros menús de siempre y encontrando todo nuestro catálogo de juegos (comprados digitalmente en cualquiera de las Xbox anteriores) en nuestra biblioteca de juegos, dentro del menú ‘Mis juegos y aplicaciones’. Aquí comenzamos a descargar algunos títulos que nos apetecía probar en la nueva generación, así como algunos otros juegos que llegan con el lanzamiento y han sido optimizados ya para la nueva máquina. Pero de juegos, hablamos un poco más adelante.
De lo que sí queremos hablar es de lo increíblemente silenciosa que es la consola. A pesar del enorme ventilador que corona la consola en la parte superior (lo puedes ver a través de esa preciosa rejilla superior de sutiles y escondidos tonos verdes) el sonido que produce la refrigeración es asombrosamente bajo. Muy poco ruido para el increíble trabajo que realiza, ya que la consola se mantiene fresca en la mayor parte de su estructura tras varias horas sin darle tregua (la hemos tenido funcionando hasta 6 horas seguidas, de momento). Es cierto que sale aire cliente de esa rejilla, pero tampoco en exceso ni demasiado caliente, un volumen similar al que podíamos notar en las rejillas posteriores de una Xbox One.
Funcionalidades de nueva generación
Pero una vez acomodada, enchufada y funcionando, toca hablar de las nuevas funcionalidades que sí que incluye y que sólo puedes experimentar si das el salto de generación con Xbox Series X. y la primera de ellas que hemos podido disfrutar ha sido la reducción dramática de los tiempos de carga de los juegos. Los títulos especialmente diseñados para esta nueva generación van a contar con tiempos de carga ridículos, pero es que Series X consigue reducir de manera increíble los tiempos de carga de todos los juegos antiguos. Y no estamos hablando de diferencias inapreciables de un par de segundos. No, hablamos de reducción de hasta minutos de carga. Después de instalar juegos como Gears 5, Halo 5 Guardians, Dirt 5 o Doom Eternal los seleccionamos en el menú y en cuestión de 10 segundos ya estábamos en el menú de inicio de cada uno de ellos. Y si queríamos jugar, tal vez necesitábamos entre 5 y 10 segundos más. Pero es que esto nos pasó también con juegos de 360 como Beyond Good and Evil HD, Far Cry 3 Blood Dragon o Monkey Island 2: Especial Edition. La magia del veloz SSD.
Y si la reducción general de los tiempos de carga nos alegró la vida, comprobar como funciona la nueva función Quick Resume ya es toda una fantasía hecha realidad. Esta función permite que pausemos un juego, ejecutemos otro y volvamos al primero para retomar la acción exactamente donde estábamos, de manera inmediata y sin esperas. Aunque aquí los juegos sí que tienen que ser compatibles con dicha función. Entendemos que todos lo serán (o se actualizarán) al llegar los parches de día 1 una vez lanzada la consola (de hecho, desde Microsoft nos han confirmado que están trabajando en ello). En nuestro test pudimos disfrutar de esta función con todos los juegos de Microsoft, por ejemplo, saltando de Gears 5 a Gears Tactics y de este a Halo 5 Guardians, por ejemplo. Cuando lo haces aparece un letrero en pantalla que te indica que se activa la función Quick Resume y, tras 5 segundos, estás disparando como si nada en el mismo sitio donde lo habías dejado. También nos funcionó con otros títulos de terceros como Doom Eternal y The Witcher 3: Wild Hunt. No nos funcionó en otros títulos, como Dirt 5 o FIFA 21, pero se trata de juegos que tendrán una actualización el día de lanzamiento de las nuevas consolas para incluirlo.
Pero si hablamos de nuevas funcionalidades hay que hablar de fuerza bruta y ahí brilla la tecnología de trazado de rayos acelerada por hardware de DirectX, que nos muestra un nuevo mundo de reflejos y brillos en todas las texturas, ya sea en juegos optimizados para la nueva generación como en títulos que no lo hayan sido (si bien no hay todavía ningún juego que hayamos probado que aproveche esta tecnología pero el día 1 sí los habrá, por ejemplo Watch Dogs: Legion). Y luego está el famoso modo de 120 hz, que sacrifica un poco la resolución (puedes vivir sin 4K) pero hace que todo sea más rápido y fluido, lo que es muy recomendable en los juegos multijugador. Sí, ya lo hemos probado con Gears 5 y funciona, y cómo funciona.
Y por último, no queremos olvidarnos del HDR Automático, esa tecnología que aplica una emulación para conseguir que aquellos juegos que no estaban configurados para brillar con esta tecnología, lo hagan, ahorrando trabajo a los diseñadores y sin impactar negativamente en los recursos disponibles de la CPU, la GPU o la memoria. Funciona gracias a una IA que analiza en qué puntos del juego puede mejorarse la iluminación y la aplica de forma automática. Una tecnología sorprendente que mejora sensiblemente todo lo que toca.
El nuevo mando de Xbox
Por supuesto, tenemos que dedicar un apartado a hablar del nuevo mando de Xbox que, como viene siendo habitual desde Xbox 360 tiene un diseño muy continuista y vuelve a ser un mando extraordinario. Y es que el mando de Xbox, desde aquel 360 Controller, ha sido uno de los más alabados por los fans y de los más imitados por todas las compañías de periféricos.
El nuevo mando inalámbrico es una evolución del mando de Xbox One con algunos ligeros cambios de diseño que lo perfeccionan. Es ligeramente más grande que el anterior y cuenta con una superficie rugosa de agarre en la parte posterior de ambos ‘brazos’ y en la superficie de gatillos y botones LB y RB. La cruceta digital se ha modificado, convirtiéndola en una rueda cóncava y elevada donde sobresale la forma de la cruz con el mismo tamaño y posición que en el mando anterior. Esto permite marcar mucho mejor las diagonales en juegos de lucha, por ejemplo. Pero sin duda, la novedad más importante es el nuevo botón de ‘Compartir’ que se ha añadido entre los dos botones de opciones tradicionales.
El botón de compartir condensa todas las funcionalidades de captura de pantalla, captura de videoclip o inicio de retransmisión en vivo de los juegos y las opciones de compartirlos automáticamente en nuestras redes sociales o canales de streaming. Pulsarlo mientras jugamos realiza una captura rápida de manera muy sencilla, sin interrumpir la acción y si lo mantenemos pulsado graba y nos deja listo un clip corto que luego podemos ver, editar y compartir. Pero podemos programar exactamente lo que queremos que haga el botón desde el menú accesorios de la consola (por ejemplo, que grabe los 30 últimos segundos). Además, hay que decir que el sistema de gestión de capturas es ahora mucho más sencillo, sobre todo a la hora de transferir esas capturas a donde nosotros queramos, ya que puedes acceder a ellas de manera instantánea con ayuda de la App de Xbox para móviles y guardarlas en tu teléfono o compartirlas directamente desde allí.
Todos los controles del mando responden de manera óptima y su diseño es altamente satisfactorio y parece que la Entrada de Latencia Dinámica hace que todas las acciones se recojan de manera mucho más rápida y la posibilidad de que se pierdan las entradas es casi nula. El mando cuenta con bluetooth de baja energía y es compatible con Xbox series X/S y Xbox One, paro también con Windows 10, Android e iOS. Eso sí, sigue llevando pilas. El mando que se incluye con la consola viene con dos pilas AA y no se incluye el cable USB para conectarlo a la consola. Si quieres el kit ‘carga y juega’, ya sabes que tendrás que adquirirlo por separado.
¡Ah, y también puedes utilizar tus controladores de Xbox One en Xbox Series X sin problemas!
Los juegos
Pero, más allá de la máquina, ¿qué pasa con los juegos? Pues vamos a intentar contaros cuáles han sido nuestras sensaciones probando los títulos que están ya optimizados para la nueva consola, una lista que, sea dicho, es muy escasa en este periodo de review pre-lanzamiento. Por lo que tampoco es que hayamos podido realizar una gran variedad de pruebas. Eso sí, en los juegos optimizados hemos disfrutado de lo lindo. Esta lista se reducía en estos días a Gears 5, Gears Tactics (tranquilos, que el día de lanzamiento de la consola serán muchos más.)
Pero con estos títulos hemos podido constatar la mejora visual que consigue aplicar la potente tecnología de la nueva consola. La tecnología de trazado de rayos es de lo más esperado, pero es verdad que aún no hay disponible ningún título compatible, por lo que habrá que esperar. Pero sí es posible disfrutar del HDR 10 y los 4K, los 60 Hhz, se dejan notar en todos y cada uno de los títulos que hemos mencionado. Y sí, ya hemos podido disfrutar de los famosos 120 FPS, en este caso en el multijugador de Gears 5. La tasa de refresco es una gran ayuda en un modo multijugador y, si lo probáis, no querréis volver a bajarla nunca más allá donde sea compatible.
Pero, ¿y qué pasa con los juegos más antiguos? Pues que Xbox Series x mejora todo lo que toca, y hemos podido ver las maravillas del HDR Automático en juegos de generaciones anteriores. Y, como sabéis, Xbox Series X es retrocompatible con miles de juegos. Hemos visto brillar mejor que nunca la iluminación y los colores en títulos como Alan Wake, Bioshock Infinite o Ninja Gaiden II y en, al menos los dos primeros juegos, tenemos que decir que parecían vivir una nueva juventud, que podrían pasar por haber sido desarrollados hace menos de dos años.
Pero, por supuesto, la baza más importante en cuanto a videojuegos se refiere (y dejando de lado todo lo que está por venir) es el servicio de suscripción Xbox Game Pass, que da a los jugadores acceso a un catálogo enorme de juegos, un catálogo que se va renovando constantemente. Y, por último, pero no por ello menos importante, el acceso a tu biblioteca de juegos adquiridos en cualquier generación de Xbox. Y esto tanto en tu catálogo digital (que está automáticamente añadido a tu biblioteca de juegos en tu cuenta de Xbox) como con tus discos físicos. Nosotros hemos instalado en Xbox Series X algunos discos de Xbox One, pero también de Xbox 360 y en todos ellos la consola requería descargar un parche para cada juego y que todo funcionara sin problemas. Es gracioso porque cuando inicias un juego de Xbox 360 aparece el antiguo marcador que te avisaba que acababas de iniciar sesión en Xbox Live en tu 360 y las partidas se guardan en tu cuenta en la nube por defecto, como entonces.
Pero lo mejor ha sido rebuscar entre nuestros viejos discos de la Xbox original para hacerlos correr en Xbox Series X (algo que no pudimos hacer en la generación anterior). Es cierto que, de momento, solo 35 títulos de la Xbox original son retrocompatibles, pero con el tiempo serán más. Pero nos ha servido el poder disfrutar de nuevo de juegos como Crimson Skies, Conker Live & Reload, Star Wars Caballeros de la Antigua República, Star Wars Republic Commando, Splinter Cell y Splinter Cell Pandora Tomorrow.
Cuestión de sensaciones
Creo que hemos hablado de todos los aspectos destacables de la nueva videconsola de Microsoft pero no queremos terminar este amplio análisis, a 5 días de su lanzamiento, sin hablaros de las sensaciones que hemos tenido con Xbox Series X. Da la impresión de que Microsoft lleva preparando su transición a esta nueva generación bastante tiempo y ha conseguido hermanar ambos sistemas (One y Series X) para hacer un todo que haga la transición más natural. El hecho de compartir sus sistemas, su interfaz, su app para móviles y hasta sus juegos (con la función Xbox Smart Delivery) hace que el usuario de Xbox One (y sobre todo, el suscriptor de Xbox Game Pass y también usuario de PC) salte a la nueva generación de nuevo de la mano de Xbox.
Pero que se hayan esforzado en dar continuidad a su idea de Xbox como servicio multiplataforma no quiere decir que la nueva máquina no nos haya impresionado, que no tengamos la sensación de estar ante un nuevo juguete tecnológico alucinante que nos va a dar muchas alegrías en el próximo lustro. Xbox Series X es una máquina extremadamente potente y muy bien diseñada. Salvando las distancias, es la consola de sobremesa que más se parece actualmente (hasta que los años hagan mella) a un PC de última generación. Y los gamers saben el valor que tiene eso hoy día. La apuesta de Microsoft para la nueva generación es muy fuerte.