Hace unos cuantos años, un pequeño equipo de desarrollo italiano comenzó a enseñar el remake, no oficial, de Resident Evil 2 que estaban desarrollando. Era unos enamorados del título de Capcom y estaban realizando el remake como un homenaje al juego y, en general, al origen de los clásicos survival horrors. Estaba tan bien hecho y estaba ganando tanta repercusión que la propia Capcom habló con ellos, les contó que ya tenían en mente un remake oficial y les pidieron consejo para llevarlo a cabo (incluso les mencionan en los créditos de Resident Evil 2 Remake agradeciéndoles sus ideas). Afortunadamente, los chicos de Invaders Studios reconvirtieron su homenaje en un juego completamente nuevo: Daymare: 1998.
El título llegó el pasado año a PC, enamorando a los fans del género y hoy, por fin, llega a PS4 con una edición especial (Black Edition) para acompañar su estreno en las videoconsolas.
Daymare: 1998 es un survival horror de corte clásico, de esos en los que las balas no abundaban y en la que los puzles y la recogida de recursos eran más importantes que enfrentarse, cara a cara, con los monstruos. Eso sí, los chicos de Invaders Studios estaban modernizando su proyecto de remake de RE2, por lo que el resultado final de Daymare: 1988 muestra una perspectiva en tercera persona, con la cámara al hombro, como nos gusta el género en estos tiempos.
El juego es toda una declaración de intenciones para los fans, un juego donde la dificultad es la tónica general. Un verdadero reto para los jugadores más experimentados, que tienen que devanarse los sesos para gestionar los pocos recursos a su alcance, las escasísimas balas para enfrentarse a los zombis, buscar para encontrar todos los coleccionables y probar a resolver los diferentes puzles para seguir avanzando.
Como buen juego de espíritu noventero, el juego nos traslada con su argumento al año que aparece en su título, 1998 (no es casualidad, claro está, que se trate del año del estreno del Resident Evil 2 original). Somos un soldado especial, miembro de la organización militar H.A.D.E.S., un grupo de infiltración al que se le ha encargado colarse dentro de unas instalaciones secretas de la corporación Hexacore, para recuperar un material muy valioso con el que han estado investigando. Pero algo grave ha ocurrido en los laboratorios de Hexacore, y se ha perdido la comunicación con sus trabajadores. Al comenzar el juego conseguiremos infiltrarnos en las instalaciones, para que un peligroso virus se ha liberado y está convirtiendo a todos los que entran en contacto con él en peligrosos infectados.
Si la jugabilidad es un homenaje a juegos como los Resident Evil más clásicos, el guion del juego, lógicamente, también lo es. El argumento nos suena a todos, pero esto no es un hándicap sino un extra más para los nostálgicos del género. Y la historia es uno de los puntos fuertes del juego, pues se va complicando a medida que avanzamos y descubrir toda la trama será uno de los objetivos de nuestro protagonista. Toda la historia, la iremos descubriendo recogiendo coleccionables: documentos, cartas, albaranes, archivos de ordenador, grabaciones, etc. También, con las conversaciones que tengamos con algunos humanos no infectados (o infectados pero todavía no convertidos) y con los mandos de HADES que contacten con nosotros para darnos órdenes.
Uno de los puntos fuertes de Daymare: 1988 es que nos coloca en la piel de tres personajes diferentes a lo largo de la aventura. Al principio, descubrimos todo el pastel a través de los ojos de Liev, el soldado que se infiltra en los laboratorios de Hexacore con una misión que después irá cambiando dramáticamente. Un poco más adelante, nos pondremos en la piel de Raven, el piloto del helicóptero que transporta a los soldados que, tras sufrir un accidente a los mandos del mismo, tendrá que librar su propia guerra. Por último, también jugaremos como Sam, un guardabosques, ajeno al accidente de los laboratorios que, simplemente, se encuentra en el lugar menos oportuno en el momento menos adecuado y se verá atrapado en una ciudad plagada de zombis.
Una mecánica de juego muy original de Daymare: 1998 es la gestión de los recursos, que podremos guardar en nuestro inventario y combinar para lograr ítems más valiosos en nuestra aventura. Por ejemplo, podemos mejorar la munición de las armas, para que sean más eficaces. Eso sí, cada caja de balas que encontremos será para un arma en concreto, por lo que siempre hay que estar muy seguro de que tenemos cargadores disponibles (en los botones de carga rápida) para nuestro arma principal o secundaria. Porque en medio de una horda zombi necesitamos tener todo a mano o nos quedaremos sin munición a las primeras de cambio. El juego tiene un botón para recargar rápido (cambia el cargador y deja el anterior semi-vacío guardado en el inventario) o carga más lenta, que añade solo las balas necesarias para completar el cargador en uso.
Los personajes cuentan con una PDA en el brazo que nos permite acceder a todos los menús de juego: el inventario, las armas, la salud del personaje, el mapa y los archivos que vamos recopilando y que podemos consultar cuando queramos. Pero hay que tener cuidado, porque mientras miramos la PDA la acción no para y los monstruos se nos pueden echar encima mientras estamos entretenidos con un ítem o un documento.
A nivel técnico el juego cumple. Por supuesto, hay que entender que es un proyecto con bajo presupuesto, y eso se nota en algunos diseños, en muchos efectos y algunas caídas de frames preocupantes. Pero hay que entender que el título viene de un estudio independiente y, en general, como decimos, cumple bien.
Pero, sin duda, la principal advertencia sobre Daymare: 1998 es su dificultad. A pesar de contar con tres opciones posibles para elegir (se ha añadido una más con respecto a la versión de PC) el juego tiene una acusada dificultad, completamente buscada para ser un auténtico desafío para los jugadores más experimentados y amantes del género. Pero a veces, esa dificultad, está muy poco equilibrada. Hay momentos en los que te encuentras ante frustrantes situaciones casi imposibles de superar, para después pasar una hora entera que parece un paseo por el campo. Además la curva de dificultad es muy pronunciada al principio del juego, para luego pegar un bajón incomprensible. Y esto puede ser una barrera de entrada demasiado dura para algunos jugadores. Aún así, hay que decir que esto es exactamente lo que buscan muchos jugadores que disfrutarán como enanos con este juego.
Daymare: 1988 es un fantástico homenaje al survival horror más clásico, además de a todos los videojuegos de la década de los 90 (el título está plagado de guiños y huevos de pascua noventeros que merece la pena encontrar). Está claro que no es un proyecto triple A en cuanto a recursos y eso se nota en el resultado final, pero también se nota el amor por el género de sus diseñadores. Desde que salió en PC el juego se ha ganado una popularidad que se merece y ahora, con su llegada a PS4, estamos seguros de que el título se hará aún más famoso.
La historia puede llevarte unas 9 o 10 horas en completar, siempre teniendo en cuenta que se trata de un juego difícil que te hará sudar sangre para superarlo. Precisamente lo que buscan muchos jugadores experimentados. Una buena historia y muchos momentos épicos para volver a disparar a zombis como hacíamos en los 90.
*Hemos realizado este análisis con un código para PS4 facilitado por Meridiem Games.