Sin duda alguna, Final Fantasy XVI es uno de los juegos más esperados del año y los avances que hemos podido ir viendo en forma de vídeos o en algunos artículos de los pocos afortunados que habían podido hincarle el diente, no han hecho sino confirmar que estamos ante un juego superlativo. La famosísima saga RPG de Square-Enix ha tenido sus altibajos, pero parece que la nueva entrega numerada va a volver a dar que hablar.
Hace unas semanas tuvimos ocasión de asistir a una sesión de juego para echar unas cuantas horas a la versión, practicante final, de Final Fantasy XVI. En el acto nos recibieron el productor del juego, Naoki Yoshida, su director artístico Hiroshi Minagawa y el director de localización Michael-Christopher Koji Fox. Yoshida fue el maestro de ceremonias, realizando una emotiva introducción de la sesión de juego que nos esperaba. Y eso fue lo mejor, tuvimos ocasión de sumergirnos en el juego con una completa partida de más de tres horas y medias que abarcó los primeros compases de un juego que va a alegrar la vida de la legión de fans de Final Fantasy.
Poder jugar a estas primeras horas del título nos descubrieron su rico e interesante lore, con una historia de magia y batallas medievales que nos ha cautivado desde el principio, con un elenco de personajes realmente interesantes, atrapados en un ancestral y complejo conflicto bélico. Además, hemos gozado con su nuevo sistema de combate en tiempo real, cargado de opciones, divertido, frenético y espectacular a partes iguales. Además, también tuvimos ocasión de enfrentarnos a un enemigo realmente grande, un ejemplo de batalla épica contra un gran enemigo final que será otra marca de la casa de esta entrega.
He decidido que no voy a desvelar prácticamente nada de la historia que rodea a los protagonistas de Final Fantasy XVI, porque me ha impactado tanto en estas primeras tres horas de juego que, seguro que a vosotros os pasará lo mismo, y no quiero fastidiar algunas sorpresas. Eso sí, sí que puedo contar que el juego nos trasladará a un mundo de fantasía medieval llamado Valisthea, donde conviven humanos y bestias mágicas conocidas como Eikons. Estas criaturas son capaces de otorgar un gran poder a sus invocadores, conocidos como los Dominantes, que son venerados o temidos por las distintas naciones que se disputan el control del territorio. Quien controla a los dominantes los puede usar en el campo de batalla para doblegar a las naciones enemigas.
Todo el poder de los dominantes, los Eikons y la magia que todavía está presente sobre esta ancestral tierra proviene de los conocidos como Cristales Madre, unos preciados cúmulos cristalinos que están en disputa entre las naciones en conflicto. No sólo los dominantes cuentan con el control de la magia, sino que muchos otros hombres, conocidos como portadores, pueden utilizarla con mayor o menor poder.
El protagonista del juego es Clive Rosfield, el primer hijo del archiduque de Rosaria (una de las naciones en conflicto) y dominante del Fénix, el Eikon del fuego. Clive es un joven caballero cuya principal misión es la de proteger a su hermano menor, Joshua, el que parece destinado a ser el verdadero portador del Fénix. Sin entrar demasiado en detalle, un trágico acontecimiento en los primeros compases del juego cambiará el destino de nuestro protagonista y lo convertirá en un renegado, en un apátrida que tendrá que buscar cómo enmendar los dramáticos acontecimientos que vivió su nación y su familia. El juego se centra en el drama personal de Clive y su relación con su familia y con Jill Warrick, una amiga de la infancia que fue adoptada por la familia Rosfield. También explorará los conflictos políticos y religiosos que sacuden a Valisthea, así como el misterio que rodea a los Eikons y sus orígenes.
Como ya hemos dicho, una de las principales buenas noticias de Final Fantasy XVI es su refinado y espectacular sistema de combate en tiempo real, un sistema que nos recuerda al experimentado en Final Fantasy XV o Final Fantasy VII Remake, pero con un toque mucho más frenético, arcade y espectacular. No en vano se nota la mano de su diseñador de combates, Ryoto Suzuki, conocido por su trabajo en títulos como Devil May Cry 5 y Dragon's Dogma. Podremos controlar a Clive y usar sus habilidades con la espada y la magia enfrentándonos a todo tipo de enemigos que inundan la pantalla. El resultado es impactante y muy divertido y tenemos que decir que su espectacularidad visual se ve un poco interrumpida por los incesantes números que nos indican el daño producido y que surgen de los enemigos. Sabemos que esto es Final Fantasy y esas estadísticas son casi obligadas, pero no deja de fastidiarnos ‘un poco’.
La belleza visual del juego es abrumadora, como si estuviésemos disfrutando de un anime de alta calidad, efecto que se ve reforzado en las batallas entre gigantescos monstruos finales. Como ya hemos dicho, Clive tendrá que enfrentarse a enemigos de muchos tamaños, que alcanzan su nivel máximo en los Eikons. Estas batallas son épicas, realmente largas y nos enfrentan a muchos desafíos que tendremos que ir superando echando paciencia y tirando de las habilidades y trucos que hemos aprendido con nuestro personaje. Y en momentos específicos, Clive podrá invocar al Eikon que lleva dentro, el Fénix de fuego, que desatará su poder y dará paso a combates con una nueva dimensión, con escenas devastadoras y mezclando un buen número de nuevas y divertidas mecánicas.
Pero, entre combate y combate, el juego también tiene una enorme ración de exploración en un vasto mundo abierto que nos permitirá ir conociendo a un montón de personajes e ir resolviendo múltiples misiones secundarias, además de las principales que nos irán haciendo avanzar en la historia principal. Como buen juego de rol nuestras aventuras irán mejorando nuestras estadísticas, habilidades, sistema de combate y equipo, además de permitirnos formar equipo con personajes secundarios o hacernos acompañar de distintas mascotas que nos ayudarán en la exploración y en el combate.
Todavía queda un mes para que podamos disfrutar de Final Fantasy XVI, pero las sensaciones que nos ha provocado este primer aperitivo del juego es realmente prometedor. Aunque Final Fantasy XV es un gran juego, no todos los fans de la saga lo acogieron con el mismo entusiasmo. Pero estamos convencidos de que esta nueva entrega, con un sistema de combate tan refinado y divertido y una historia tan profunda y coherente, ha dado con la clave. Tal vez estemos ante una de las mejores entregas numeradas de la saga y eso es mucho decir para un Final Fantasy.