Tras su paso por diversas plataformas de Nintendo como Wii, Wii U y New 3DS, ha llegado el turno de Switch. A partir del próximo 29 de mayo podremos revivir la historia de Shulk y compañía de la mejor forma posible hasta la fecha gracias a la “versión definitiva” de Xenoblade Chronicles, la cual incluye diversas mejoras técnicas y gráficas y una expansión llamada “Futuros conectados” que añade horas de contenido al título base. Ya lo hemos podido jugar en profundidad y a continuación os traemos nuestras impresiones del nuevo remaster a cargo de Monolith Soft.
La edición definitiva de Xenoblade Chronicles mantiene la historia de la entrega original tal y como la pudimos vivir en su momento. En ella, Monolith Soft nos invita a acompañar al joven Shulk, un huma (así se denomina la raza humana en el juego) que vive tranquilamente en Colonia 9 estudiando los misterios de la Monado, una espada legendaria cuyo destino está ligado al del joven protagonista.
La trama principal nos explica cómo miles de años atrás tuvo lugar un enfrentamiento entre dos titanes enormes llamados Bionis y Mechonis. Lucharon hasta quedar congelados y en sus grandes cuerpos surgió la vida orgánica y mecánica respectivamente. Desde esos tiempos inmemoriales ambas razas iniciaron un enfrentamiento sin fin por la supremacía y la supervivencia en el territorio, aún sin conocer exactamente los detalles y el porqué del inicio original del conflicto.
Shulk, junto a diversos amigos entre los que se encuentran Fiora, Reyn y Dunban, deberán salir de aventuras por los diversos territorios de un vasto mundo con tal de descubrir el misterio que se encuentra detrás de ese antiguo enfrentamiento. En el camino conoceremos a las distintas razas que viven en Bionis, como los éntidas y los nopon, además de a un gran número de criaturas hostiles con las que tendremos que acabar para proseguir con nuestro periplo. Así, Shulk sumará diversos aliados como Sharla, Melia y Riki, que le acompañarán en su gran misión y podrán entrar a formar parte de nuestra lista particular de personajes favoritos de la “Xenosaga”.
El combate que presenta Xenoblade Chronicles es algo distinto a la media de los que estamos acostumbrados. Se trata de una mezcla entre un sistema por turnos y uno a tiempo real en el que disponemos de un ataque automático y constante y una serie de habilidades especiales particulares de cada personaje que podemos lanzar a voluntad (y cuentan con un tiempo de enfriamiento). Ejemplos similares de otros títulos con unas mecánicas parecidas son Final Fantasy XII o los de la saga Dragon Age.
Cada una de estas artes personales, presenta un color distinto (rojo, rosa, verde…) en función del tipo de habilidad que es. Este detalle funciona muy bien para que podamos aprender a enlazarlas correctamente y crear combos (cuando contemos con las tres barras correspondientes cargadas), algo esencial sobre todo de cara a los enfrentamientos contra bosses más complejos que presenta el título. Para hacerlo, por ejemplo, podemos usar un movimiento especial para dejar al enemigo desprotegido y que otro personaje que nos acompañe use una habilidad de derribo a continuación. Con ello lograremos que nuestro adversario caiga al suelo y le podamos ejecutar diversos ataques críticos.
Gracias a estas cadenas al enlazar ataques y al hecho de contar con diferentes habilidades curativas, de protección y demás para nuestro equipo, el combate en Xenoblade Chronicles adquiere un punto táctico y será esencial comprender y dominar las mecánicas para evitar que los enemigos nos superen en cada encuentro. Además, Shulk cuenta con una habilidad pasiva especial que consiste en “ver el futuro” cuando los adversarios se disponen a ejecutar un ataque potente. Gracias a esto, contamos con unos segundos para poder contrarrestarlo y romper ese inminente ataque para evitar que nos alcance.
Aunque en un inicio nos pueda costar hacernos con este tipo de combate, acaba por resultar en un interesante sistema que sentiremos muy fluido y consistente a los mandos. Además, un curioso detalle que se da en el juego es que en casi cualquier punto de la aventura podremos encontrar paseando por los diversos escenarios a enemigos muy poderosos con niveles superiores a 90. Por supuesto, si tratamos de hacerles frente en los primeros compases del juego nos podrán derrotar de un solo golpe, pero si subimos de nivel lo suficiente y vamos bien equipados como para hacerles frente obtendremos recompensas únicas y de gran calidad. Con ello sentimos que los jugadores tenemos un mayor poder de decisión para hacer de esta nuestra aventura y seguir el camino que queramos para avanzar.
El sistema de personalización de Xenoblade Chronicles es bastante complejo. En la parte jugable y de batallas contamos con un árbol de poderes para cada personaje, que podemos ir desbloqueando a medida que subamos de nivel, y nos permite combinar unos con otros a medida que mejoremos nuestros lazos de amistad para obtener diversos vínculos de poder. Estos se traducen en mejoras pasivas durante el combate como un incremento en la armadura o en el daño de ciertos ataques, por ejemplo.
En el menú también podremos subir de nivel y gestionar las Artes especiales de cada personaje para llevar y potenciar aquellas que prefiramos. Además, acceder al “Afinagrama” de vez en cuando es esencial con tal de mejorar las relaciones entre nuestros personajes al hacerles regalos, algo que nos permitirá desbloquear diversas conversaciones y escenas inéditas además de ampliar las opciones de combinar más vínculos de poder.
Por otro lado, la personalización estética también es uno de los puntos clave en las múltiples opciones que nos brinda el juego. Al cambiar el equipo de los personajes les podemos equipar armaduras (compuestas por casco, guantes, parte superior, piernas y cazado) y cambiar el estilo de todas ellas a voluntad. Gracias a esto podemos, por ejemplo, vestirlos con unas potentes armaduras pero que lo que veamos en pantalla sean estilos de playa. Estas decisiones estéticas se extienden a todas las cinemáticas del juego, algo de agradecer para hacernos sentir que realmente tenemos el poder en nuestras manos de personalizar todo al detalle .
Completar la aventura principal de Xenoblade Chronicles nos llevará unas 40 horas, como mínimo. Aun así, se añaden varias decenas de horas de contenido al presentar un gran abanico de misiones secundarias, batallas contra “súper jefes” y coleccionables diversos, entre otras actividades como el minijuego contrarreloj y el desbloquear las mencionadas conversaciones inéditas entre personajes.
A pesar del gran número de encargos secundarios que presenta el título, creemos que es uno de sus puntos flojos debido a la sencillez y la repetición que hay en la gran mayoría de estas misiones. Muchas de ellas se basan en acabar con un determinado número de enemigos y otras tantas se centran en recoger objetos repartidos por el mapa. El valor real de completar estos encargos está en tener más motivos para explorar cada uno de los rincones del apasionante mundo del juego, subir de nivel al acabar con varios enemigos, descubrir el lore de la trama y en poder recibir a cambio diversas piezas de armadura o armas exclusivas.
Sin embargo, creemos que desde Monolith Soft podrían haber añadido nuevas misiones secundarias con más peso y variedad en este remaster, algo que ni siquiera vemos en la expansión del título, que tratamos en detalle a continuación.
Argumentalmente, la expansión de “future connected” (Futuros conectados) se sitúa un año después de los eventos del desenlace de Xenoblade Chronicles. Por ello, es más que recomendable dejar este contenido adicional para cuando hayamos terminado la aventura principal. Podremos acceder en cualquier momento al DLC desde el menú principal y contará con sus propios archivos de guardado, por lo que no mantendremos objetos ni experiencia de la partida principal y empezaremos directamente a nivel 60.
Los protagonistas de esta aventura son Shulk, Melia y los hermanos Kino y Nene, hijo e hija del nopon Riki. Juntos, deciden visitar Alcamoth, la capital de los éntidas, para comprobar cómo se encuentra la población que todavía habita por esa zona (situada en el hombro de Bionis). Una vez allí descubrirán que la trama se complica y por ello deberán unir fuerzas con una serie de nuevos personajes aliados con tal de salvar a la población local de un mal que les acecha.
Todavía no podemos entrar en detalle acerca de todas las novedades y cambios jugables que presenta Futuros Conectados, pero sí nos permiten avanzar que a pesar de que la base del sistema de batallas de mantiene, hay pequeñas modificaciones que cambian la forma que tendremos de enfrentarnos a los nuevos (o ya conocidos) enemigos que encontraremos.
Por otro lado, una de las principales novedades que añade la expansión es la de encontrar hasta a 12 nopon especiales llamados “prospectores”, quienes nos ayudarán aportando una serie de mejoras y ataques especiales en combate y sumarán una nueva capa de profundidad táctica a los enfrentamientos. El encontrarlos supone un pequeño reto coleccionable seguido de una misión secundaria particular que cada uno de ellos nos encargará antes de unirse a nosotros. Tal y como ya avanzamos antes, hay muy poca complejidad en estos encargos y terminan por sentirse algo repetitivos, pero al menos el número total no es tan abrumador como el que encontramos en la aventura principal, donde un mismo NPC nos puede encargar hasta 4 misiones secundarias seguidas.
Gráficamente el título se sitúa al mismo nivel que Xenoblade Chronicles 2. Al ser un remaster, ha recibido un completo lavado de cara en todos los sentidos para preparar su llegada a Switch, por lo que si lo comparamos con su versión original ha dado un salto considerable. Aun así, sobre todo en modo portátil, sigue sin estar a la altura de otros títulos que tenemos en el catálogo actual de la híbrida de Nintendo.
Técnicamente aguanta bastante bien el tipo y no presenta problemas graves ni bugs. Los escenarios mastodónticos que podemos visitar tienen una distancia de dibujado algo limitada pero aun así no presentan apenas pantallas de carga, algo que ayuda a incrementar la sensación de estar explorando un gran mundo interconectado. Sin embargo, hay algunas decisiones cuestionables, que no comprendemos del todo, como la de hacer desaparecer temporalmente a todos los otros NPC de la zona cuando hablamos con alguno de ellos.
Su apartado sonoro es tal vez uno de los más flojos. A pesar de contar con una banda sonora compuesta por temas épicos y para el recuerdo, a medida que pasen las horas sentiremos que se hacen algo repetitivos y no innovan al cambiar de escenario, capítulo y demás. Las voces de los personajes, ya sea con doblaje al japonés o al inglés, se mantienen fieles a las originales y por ello presentan un alto nivel.
Xenoblade Chronicles: Definitive Edition nos permite disfrutar de una versión renovada y más que notable de uno de los grandes títulos del género RPG. A pesar de que la expansión de Futuros Conectados, por ahora, no esté resultando todo lo que esperábamos, a nivel global el título ha alcanzado una de sus mejores formas posibles para volver a rejugarlo en Switch o bien descubrir la historia de Shulk y compañía por primera vez.
Sea cual sea nuestro caso, a partir del próximo 29 de mayo podremos sumergirnos en el vasto mundo que dejaron los titanes Bionis y Mechonis tras su histórica lucha para descubrir todos los misterios que esconden la trama y los variados personajes de una de las entregas más aclamadas de la “Xenosaga”.