Thunderful Games es una compañía que suma y sigue. Sin hacer demasiado ruido en el panorama de los videojuegos continúa trabajando seriamente y convirtiéndose en uno de los sellos indies que más estima está consiguiendo dentro de la comunidad. Recientemente han lanzado en Xbox Series y Xbox One, además del programa Xbox Game Pass, The Gunk. Otros como Firegirl y este mismo White Shadows son algunas de sus apuestas para seguir trayendo cosas completamente distintas, pero copen las expectativas de los aficionados al género independiente.
Muchos jugadores ya comienzan a ver Thunderful Games como uno de los buques insignia de los últimos años en cuanto a indie y ha conseguido crear experiencias totalmente únicas y entretenidas. Con White Shadows, juego en el que nos centraremos durante el día de hoy, encontramos una aventura de plataformas en dos dimensiones con una peculiaridad que destaca sobre todo el conjunto: un aspecto visual totalmente monocromático que nos recuerda a grandes clásicos como Limbo.
White Shadows está disponible para Xbox One, PS4 y PC.
Bebiendo un poco de lo que mostró Playdead en el año 2010, nos enfrentamos ante una aventura de plataformas y puzles donde los colores negro y blanco, una atmósfera apagada y melancólica, así como un mundo con tintes post-apocalípticos esperan. En este universo tomaremos el control de nuestra protagonista de una chica cuervo, una joven que habita en esta ciudad que antaño contaba con una sociedad avanzada y que tras una serie de eventos se ha convertido en lo que vemos ahora. Ahora se ha instaurado una jerarquía diferenciada por animales, siendo aquellos que guardan gran parecido con los lobos estando por encima de aquellos como los cuervos. Esta división en estamentos hace una referencia clara a libros como Rebelión en la Granja o 1984 de Orwell, donde se hace una sutil crítica lo social y el racismo.
Ahora bien, teniendo una sociedad en la que los animales, referenciados como personajes que iremos conociendo a lo largo de la partida se irá descubriendo como una trama tras los cuervos tiene su significado para estar lo más bajo en estos estamentos. Con un comienzo con nuestra protagonista en los niveles inferiores de lo que aparentemente es una ciudad, rodeada de una tenue iluminación y con multitud de maquinaria, habrá que descubrir el significado de esta desigualdad y el motivo que la genera.
White Shadows es una auténtica crítica y es labor del jugador interpretarla a su antojo dado que no se cuenta con ningún tipo de diálogo en el que se explique lo que está ocurriendo. A través del simbolismo, las animaciones y por supuesto un sinfín de propaganda introducida por los lobos a lo largo y ancho de este universo se transmite la historia que el equipo de Thunderful Games quiere contarnos. De esta forma, los jugadores encontrarán un aspecto más cinematográfico al mismo tiempo que se recorren fases de plataformas a través de un total de cinco capítulos. Todo tipo de niveles con plataformas, objetos con los que interactuar como cajas con los que accionar mecanismos y resolver sencillos puzles o palancas que desplazan secciones móviles.
Todo lo que tenemos que hacer en White Shadows no es realmente complicado ni requiere unas habilidades desmesuradas, todo lo opuesto, otorgando una mayor importancia a la trama y dejarnos envolver por la atmósfera. Sin darnos cuenta, en cuestión de minutos veremos cómo tanto historia como mecánicas jugables van progresando y variando su dificultad de forma creciente, pero sin llegar a agobiar, haciendo que en alguna ocasión se tenga que retomar alguna fase. Algo en su favor es la presencia de muchos puntos de control que guardan el avance del jugador, logrando continuar sin tener que regresar a atrás en exceso.
Además del plataformeo también se incorporan otros niveles con nuestra protagonista ataviada de objetos, como es el caso de un paraguas que le permite planear durante unos segundos y calcular donde caerá. Por otra parte, el uso de sus alas también será un valor añadido en la recta final de la aventura y otorgando un soplo de aire fresco.
Los controles responden sorprendentemente bien, sobre todo en zonas donde debe escalarse o descender escaleras, respondiendo a la acción prácticamente de inmediato y con una gran precisión. Esto es un gran detalle por parte de los desarrolladores dado que al tratarse de un juego abiertamente de plataformas se exige ese pequeño factor de precisión en cada salto. Pero no todo consiste en dar saltos y avanzar a través de plataformas, por lo que se introducen puzles que llegan a ser repetitivos, interactuando con objetos que permiten activar una corriente eléctrica, activar palancas y botones con cajas e incluso algunos minijuegos.
En cuanto a lo técnico y lo artístico hay mucho que contar y que resumir, pero hay hacer una mención especial a su cámara, que irá siguiendo al personaje con mucha precisión y presentando todo el escenario y desafíos que enfrentan de una manera precisa. Sus fondos, por otra parte, son un auténtico espectáculo visual en los que quedar embobados por la cantidad de detalles, guiños a la historia y por supuesto detalles que podrían pasar desapercibidos como la violencia a mujeres y niños, racismo y xenofobia.
Estamos ante un plataformas bidimensional, pero con modelados en 3D, poniendo mucho mimo en el modelado de personajes, animaciones y carisma en cada uno de ellos. Los efectos de iluminación han sido muy trabajados al igual que un filtro de neblina que proporciona un aspecto de sobriedad. A este concepto debemos sumar un completo abanico de sonidos y algún que otro tema que acompañan eficientemente.
White Shadows ha sido otra nueva y grata sorpresa por parte de Thunderful Games. Como mencionábamos al inicio estamos acostumbrados a que nos ofrezcan buenas experiencias y tomando como referentes a Limbo e Inside hemos de decir que han conseguido un juego notable. Entretenidas fases de plataformas, profunda historia y sobre todo una sutil crítica social. A pesar de su duración, que no supera las dos horas, ofrece una aventura que entretiene y es totalmente rejugable.