En el momento en que una sociedad está oprimida y los derechos de sus ciudadanos se ven vulnerados es cuando se planta una semilla de una futura revolución. Poco a poco se va regando y creciendo. Con cada golpe, cada arresto injusto, cada situación en la que los ricos quedan por encima de los pobres. Crece y la crispación aumenta hasta que, finalmente, la sociedad se alza con las armas que tienen en su haber, para luchar contra el régimen autoritario que se les ha impuesto.
Con esta revolución es con la que nace Watch Dogs: Legion, la nueva entrega de la saga de Ubisoft que, si bien es cierto que tiene ideas muy buenas, hay muchas otras que no se sienten propias de un juego que sale a las puertas de la nueva generación, en pleno 2020. Os lo contamos todo, con detalle, en nuestro análisis de esta atrevida pero mejorable obra.
La trama de Legion se sitúa en un futuro cercano en el que la ciudad de Londres (y probablemente el resto del mundo, aunque no lo visitemos) se encuentra en un estado cyberpunk distópico. Tras un atentado en el que suceden una serie de grandes explosiones simultáneas en la ciudad inglesa, le echan la culpa de todo ello a DeadSec, la organización de hackers que ya conocemos de anteriores entregas. Por supuesto no son ellos los responsables, por lo que durante la totalidad de la obra nuestra misión principal será la de limpiar nuestro nombre a la par que descubrimos qué ocurrió en realidad durante el llamado Día Cero.
En general, nos ha parecido que el trato de esta temática de revolución y opresión que sufren los ciudadanos debido a la hipervigilancia de la que ya nos advirtió Orwell hace tantos años es un tanto superficial. Si bien es cierto que hay misiones principales en las que veremos tratados temas interesantes y duros como la esclavitud, la venta de órganos, las Inteligencias Artificiales y demás, nunca sentiremos que se profundiza demasiado en todo ello.
Con el potencial que tiene todo lo que aparece en Watch Dogs: Legion, hubiéramos agradecido la aparición de cinemáticas y escenas para el recuerdo, más allá de una trama bastante previsible (en su mayor medida) y el recurrir a elementos mainstream y que están de moda tanto en lo visual como en lo jugable. Con esto nos referimos a, por ejemplo, que nuestros agentes aparezcan haciéndose selfies cuando cambiamos entre uno y otro, el hecho de disponer de El Rubius como personaje jugable o ponernos a hacer grafitis por la ciudad mientras a nuestras espaldas hay un miembro de Albion (los “mercenarios” que han tomado el control de la ciudad) pegando con una porra a una ciudadana inocente.
No nos malinterpretéis: Watch Dogs: Legion nos ha gustado y no cabe duda en el hecho de que es un juego tremendamente divertido. Aun así, debido a la situación global que estamos viviendo y a la temática que supuestamente tiene como núcleo el juego, esperábamos algo más consistente, rompedor y revolucionario.
El atractivo principal y distintivo de Watch Dogs: Legion es el poder reclutar a cualquier NPC de Londres. Así es. Por muy loco que suene, Ubisoft ha logrado que sea posible inspeccionar con nuestro teléfono móvil virtual a cualquier personaje que vaya caminando tranquilamente por Londres e iniciar así una misión de reclutamiento. Estas suelen basarse en hacer algún tipo de favor al NPC en cuestión como rescatar a uno de sus amigos, conseguirle datos de una base enemiga o derivados. En general resultan interesantes pero un tanto repetitivas a la larga, por lo que hubiéramos agradecido un método más sencillo y automático para sumar a estos miembros a nuestra revolución.
En función de si seleccionamos el modo de permadeath o no al inicio de nuestra partida tendremos más riesgo al realizar cada operación. Si lo tenemos activo cuando nuestros personajes mueran lo harán de forma definitiva y tendremos que seguir reclutando para poder continuar con nuestra misión. Sin embargo, si lo desactivamos tan solo irán al hospital o a la cárcel por un tiempo determinado, el cual podremos reducir si reclutamos a una enfermera o un abogado, en cada caso.
Esto es algo especialmente interesante, ya que cada personaje dispone de sus propias habilidades, armas y fortalezas. Por ello, si reclutamos a una anciana ex policía tal vez conserve ciertas facultades físicas, pero ciertamente su puntos fuertes serán distintos a los que pueda tener un obrero joven y fuerte (que cuenta con un útil dron de carga al que nos podemos subir para volar y alcanzar superficies elevadas). Con ello se añade un punto estratégico a cada infiltración y misión, ya que podremos seleccionar a nuestros operativos en cada caso en función de las necesidades que tengamos.
También entran en juego los disfraces, por lo que si reclutamos a una miembro de Albion y la convencemos de traicionarlos en pos de unirse a DeadSec seguirá manteniendo su uniforme y podrá así colarse en zonas enemigas sin levantar sospechas (a no ser que nos acerquemos demasiado a los guardias enemigos o nos pongamos a hacer el cabra).
El sistema de sigilo e infiltración del juego está potenciado por el hackeo y las habilidades propias de esta rama, como el poder desplegar y controlar un spiderbot (robot araña) o un dron volador y con ellos reconocer el terreno o bien adentrarnos en una base enemiga sin que nos detecten físicamente. En líneas generales, todo este sistema es muy original y adictivo. Cada infiltración es única y ya es mucho decir puesto que estamos ante un juego masivo de mundo abierto cuya compleción nos puede llevar unas 15h mínimo y muchas más si exploramos cada detalle de Londres.
Además, cabe señalar que encontraremos puzles de hackeo interesantes y, a pesar de no ser demasiado innovadores, sí nos servirán para exprimir ligeramente nuestra materia gris de cara a poder resolverlos de forma eficiente y rápida en cada situación que se nos presente.
Sin embargo, es en otros apartados como el shooter o la conducción donde Legion flojea. Está claro que desde Ubisoft han querido apostar más por el sigilo, pero será inevitable que en algunas misiones tengamos que sacar las armas y ponernos a pegar tiros (de hecho, a veces es obligatorio por la propia trama). A este respecto creemos que se podría haber pulido un poco más el sistema, ya que nos ha parecido algo ortopédico.
Por no hablar de la conducción, la cual ya dejaba que desear en su momento, en el primer Watch Dogs, y no ha mejorado demasiado con el paso de los años. Sentiremos que el control entre un coche deportivo de alta gama respecto al de uno antiguo es prácticamente idéntico, salvo por una diferencia en velocidad. De tracción, colisiones pulidas y demás ya nos podemos ir olvidando.
Al contrario de lo que ocurría en Watch Dogs 2, en Legion no contamos con un sistema multijugador extensible a la totalidad del juego. De hecho, será un modo independiente que llegará más adelante, ya en 2021 para tratar de construir algo similar a lo que ostenta GTA V, salvando las distancias. Esto es algo que nos hubiera gustado probar, ya que debido a la asignación de roles que tiene cada personaje sería interesante el repartirnos las tareas y, mientras que una obrera sube con el dron de carga a la terraza para colarse por el ático del lugar, un fontanero hace lo propio por las cañerías con una spiderbot y finalmente un par de militares se abren paso, armas en mano, por la entrada principal.
Creemos que todo ello será posible cuando el modo multijugador pase a estar disponible, pero por ahora no tenemos nada de eso y de hecho, salvo en una ocasión puntual, tampoco podremos hacer algo similar con nuestros agentes durante la campaña. A pesar de “ser legión” se dirigirán solos a cada misión y tan solo contará con la ayuda de los demás si caen en combate, para tomarle el relevo. Una oportunidad perdida, a nuestro parecer, ya que hubiera sido mucho más interesante el poder cambiar entre un y otro agente de forma fácil y dinámica para realizar misiones cooperativas, aun estando en el modo de un jugador.
Gráficamente disfrutaremos de Watch Dogs si contamos con un buen PC o televisión en la que usar nuestra consola. Sentiremos viva la ciudad de Londres y a sus habitantes, con diversas rutinas diarias y ocupaciones. Cada reflejo de agua y rayo de luz está cuidado y se siente de gran calidad, algo que será todavía más potenciado en las versiones de nueva generación.
Es en el apartado técnico dónde hemos encontrado una larga lista de problemas durante nuestra partida. Desde pantallas de carga demasiado extensas (para cada viaje rápido, cambio de agente y entre escenas cinemáticas y gameplay) hasta crasheos que nos sacan al menú de la consola y otros muchos errores como colisiones poco cuidadas. Todo ello se podría arreglar o al menos mejorar con la llegada de parches. Además, es muy probable que todo ello ni siquiera suponga un problema al jugar a la versión de nueva generación. Aun así, es nuestro deber informar de que nuestra experiencia de juego se ha visto lastrada por los bugs y errores mencionados.
Por último, el apartado sonoro del título está compuesto por una gran BSO, que cuenta con temas modernos y variados que reúnen a grupos como Bring me the Horizon o Gorillaz y que podremos disfrutar cada vez que vayamos montados en un vehículo a través de la radio. El doblaje, tanto al inglés original como en castellano es bastante bueno y lo mismo se aplica a la traducción y localización a nuestro idioma, de agradecer para cualquier título que sea lanzado tanto en la actualidad como en el futuro.
Nos hemos divertido mucho jugando a Watch Dogs: Legion y es probable que para muchos jugadores eso sea suficiente. Sus puntos fuertes son unas originales mecánicas de hackeo que podemos utilizar tanto en infiltraciones sigilosas como para escapar de una situación comprometida cargada de acción, el innovador hecho de poder reclutar a cualquier NPC y el visitar una ciudad de Londres muy detallada y viva. Por otro lado, lo que nos hubiera gustado que estuviera más pulido es su apartado técnico, fluidez general y algunos aspectos tratados en el cuerpo del análisis.
No dudamos en que la versión de nueva generación estará mucho más pulida y que, con la llegada del multijugador y las expansiones en 2021, la experiencia de la obra de Ubisoft se expandirá todavía más. En definitiva, Watch Dogs: Legion sigue la estela del resto de la saga y nos propone un sandbox divertido a los mandos que no termina de ser del todo revolucionario y sorprendente pero que, aun así, nos proporcionará horas y horas de contenido.
Hemos realizado este análisis gracias a un código de PS4 proporcionado por Ubisoft