Análisis de Trek to Yomi, el camino del samurái
Trek to Yomi es un beat'em 2D de lo más clásico, pero con una propuesta visual sorprendente
El cine clásico de samaráis inspira cada plano, logrando una narrativa que merece mucho la pena
En la actualidad es complicado destacar con una propuesta independiente. Está el camino "fácil", que es ofrecer un juego repleto de colores chillones y opciones multijugador, esperando que el creador de contenido de turno tenga a bien probarlo en directo... Y la cosa explote. Las posibilidades de que esto suceda son de una entre 200, siendo generosos.
Ese 0.5% de posibilidades de éxito resulta que, además, es el camino fácil, puesto que hay otra forma de perseguir el éxito de público en el mundo de videojuegos de presupuesto limitado, y es ofrecer algo que, por algún motivo, se sienta único.
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Este es el camino que Leonard Menchiari y Flying Wild Hog han decidido seguir. Y sin embargo lo han conseguido con Trek to Yomi. El secreto está en el corazón de la propuesta, que no es otro que el cine clásico de samuráis, del que esta producción coge montones de elementos, que van de la puesta en escena, a la temática o incluso al ritmo narrativo y más allá.
Lo curioso de todo esto es que Trek to Yomi nació de un guión de tan solo 2.000 palabras, para después convertirse en prototipo de juego de acción y, más tarde, convertirse en un gran juego con hechuras de juego grande que es, precisamente, lo que nosotros hemos recibido con los brazos abiertos.
Un viaje que entra por los ojos
Es inequívoco que lo primero que llama la atención de esta propuesta es su apartado gráfico, en completo blanco y negro. No es un secreto que han tratado de copiar el aspecto visual de las películas de samuráis clásicas, con grano fílmico incluido, cartelas dignas del cine de otra época y una puesta en escena singular.
El resultado es simplemente espectacular, con continuos contrastes entre los distintos planos, con escenarios espectaculares, juegos de luces y sombras, largos planos secuencia... Esto además se ve apoyado por un ritmo narrativo pausado, con muchos paseos que pueden parecer insustanciales, pero sirven para dar peso dramático a los momentos de calma, y dotar de un extra de intensidad a los combates. La estética de cine viejuno la clavan, y el resultado rebosa carisma. Minipunto para Trek to Yomi.
Bien es cierto que hay momentos en que desconectamos de ese 'realismo' fílmico por culpa de ciertas animaciones, algún ligero bug o un elemento que no acaba de estar todo lo pulido que debería. Sin embargo la mayor parte del tiempo Trek to Yomi es poesía en movimiento. El calmado mecer de las hojas, el reflejo de las luciérnagas sobre el agua... El contraste con una mancha oscura de sangre, el resonar de los pasos de nuestro samurái sobre la piedra y el último suspiro de un enemigo que cae bajo nuestra espada.
Y que continua por tus manos
En términos jugables no hay nada que temer, ya que nos encontramos con un beat'em up en 2.5D clásico. Es decir, que para pegarnos con los enemigos nos movemos solo en un plano bidimensional, con distintos combos y armas de largo alcance que iremos encontrando a lo largo de la aventura. Lo que parece simple en un principio se va complicando poco a poco a lo largo de la aventura, añadiendo nuevos movimientos y enemigos más complejos, aunque hay que decir que Trek to Yomi no resulta complicado de acabar (y menos de dominar, ya que hay movimientos y rutinas que se repetirán en exceso), salvo que elijas una dificultad elevada.
Además, los enemigos tampoco es que sean los más inteligentes del género, y pocas serán las veces que realmente te pongan en apuros. Al final, el viaje que nos propone este juego va más ligado a la narrativa y la puesta en escena que a ser un verdadero reto, aunque haya momentos en que refunfuñarás por culpa de algún enemigo más pesado de la cuenta.
Por supuesto no todo es pegar katanazos y disfrutar de la historia en Trek to Yomi, ya que también hay momentos de exploración, que será donde encontraremos los coleccionables de rigor, y algún que otro puzle que sirve para añadir cierta variedad a la explosiva mezcla de esta propuesta. Nada especialmente profundo o nuevo, pero como hemos dicho, esta es una aventura que no busca revolucionar el género de los 'yo contra el barrio' en términos jugables, pero sí en cuanto a estética y narrativa.
Pero que permanece por su historia
Las historias clásicas de samuráis son ya parte del imaginario habitual, con decenas de obras audiovisuales copiando el conocido "camino del guerrero" que, en realidad, es parte de las enseñanzas del bushido, es decir, parte inherente a casi cualquier historia clásica japonesa. En esta ocasión la historia gira en torno a un samurái que debe redimirse y recorrer el mismísimo infierno para tener una segunda oportunidad. Nada especialmente nuevo, aunque es reseñable el ritmo lento, incluso cansino, de la narrativa, fruto de los orígenes de la propuesta.
Sin embargo nos ha sorprendido en un par de puntos, que además contribuyen a aumentar la rejugabilidad de Trek to Yomi. Y es que el samurái protagonista deberá elegir en un par de momentos, dependiendo el resto de la narrativa, y el propio final del juego de lo que escojamos. Además, los escenarios no son siempre lineales, y ofrecen la oportunidad de interactuar con ciertos elementos del entorno y otros personajes, permitiéndonos encontrar más coleccionables, movimientos especiales o, simplemente, actuar de la mejor manera posible.
En definitiva...
Trek to Yomi no pretende reinventar la rueda, al tratarse de un beat'em up bastante clásico. Pelea, avanza, gana movimientos y permite al personaje protagonista evolucionar, a todos los niveles. Sí que llama la atención por su cuidada propuesta audiovisual, a pesar de ciertas estridencias.
Al final, con lo que debes quedarte es que Trek to Yomi es una aventura de espadazos de lo más disfrutable, ciertamente rejugable, y para nada exigente. Se puede acabar en 3 o 4 horas, y merece la pena experimentarla, aunque no haga casi nada que no hayamos visto en otros juegos.