Las aventuras gráficas point & click parecían haber pasado a mejor vida, después de haber vivido su época dorada en los años 90, con algunos ilustres ejemplos todavía a principios de la década del 200. Porque ahora el género ha ido mutando hacia las llamadas aventuras narrativas, donde se han perdido esas mecánicas de pulsar en la pantalla buscando recoger objetos o activar mecanismos, y se han potenciado los árboles de conversaciones y decisiones.
Pero todavía nos encontramos con fabulosas excepciones de aventuras con el aroma clásico del point and click, normalmente de la mano de estudios independientes. Es el caso de Fireart Games que nos ofrece este TOHU, una adorable aventura que llega para Nintendo Switch, PlayStation 4, Xbox One, PC y Mac. Nosotros hemos probado la versión para la consola híbrida de Nintendo y nos hemos enamorado de su fabuloso y colorido universo.
Tohu es ese tipo de juegos independientes que ponen todo el empeño en entrar por los ojos, en deslumbrarte con su excelente apartado artístico. Esos juegos que dicen tanto con el aspecto de sus fondos, universos y personajes que casi no tienen que explicarte nada para que te sientas atrapado y comiences a jugarlo en menos de un minuto. Así es Tohu, una aventura sencilla, sin necesidad tutoriales, que enseguida nos invita a perdernos en ella.
El juego está ambientado en un mundo de extraños y maravillosos planetas pez, unas especie de islas flotantes que, en realidad, descansan sobre el cuerpo de peces y demás animales marinos que flotan en el espacio. El juego nos permitirá viajar por ellas y explorarlas, encarnando a una simpática niña, capaz de transformarse en su alter ego mecánico, Cubus.
Un misterioso y malvado personaje ha llegado a la isla pez de la niña protagonista y ha averiado su Motor Sagrado, el núcleo del planeta pez que hace que siga con vida y se mantenga suspendido en el aire. La protagonista tiene que repararlo como sea, pero para ello tendrá que emprender un viaje que le llevará a descubrir muchos otros pequeños mundos, poblados por las más extrañas criaturas, los puzles más complejos y algunas situaciones de peligro.
Para llegar a buen puerto, tenemos mucho que observar, mucho que explorar y muchos puzles que resolver. Además, tenemos las diferentes habilidades de la niña protagonista y de Cubus. Podemos cambiar de personaje a voluntad cuando lo necesitemos y es que Cubus es capaz de levantar y trasladar objetos muy pesados mientras que la niña es capaz de trepar por algunos objetos.
La sencilla historia de Tohu nos llevará a los distintos escenarios, cada cual más loco, mas surrealista y más bellamente dibujado, para intentar conseguir algún objeto o la ayuda de algún personaje. Para ello no conversaremos demasiado, aunque sí que hay pequeños diálogos con algunos personajes. Nos moveremos pinchando en las ubicaciones dónde queremos llegar y interactuaremos con objetos pinchando sobre ellos. Tampoco tendremos un gran inventario, aunque si llevaremos una mochila con nosotros que nos servirá para guardar un puñado de objetos. Estos objetos podrán servirnos para combinarlos con algún otro del entorno o para activar algún mecanismo. Y es tan fácil como arrastrarlo hasta el lugar indicado.
Pero las tareas que tenemos que llevar a cabo y los puzles que hay que resolver en cada mundo son muy distintos y aquí radica uno de los puntos fuertes de esta aventura. La increíble variedad de sus acertijos y situaciones nos han hecho sonreír, desesperarnos un poquito y pasarlo bien la mayoría de las veces. No es un juego difícil, ya que la mayoría de las propuestas se resuelven de manera lógica, pero si consigue hacernos dudar y pensar bastante en algunos momentos. A veces, tenemos toda la escena a resolver en la misma pantalla, pero en muchas otras ocasiones tenemos que recorrer varias instancias, varias veces, para conseguir objetos, encender y apagar mecanismo, etc. hasta que el puzzle está resulto.
Todo ello, en un mundo sorprendente y lleno de vida, con toda clase de pequeñas y grandes criaturas que pululan por los rincones y con las que podemos interactuar en su mayor parte. Y esto para que se muevan, reacciones de alguna forma, nos ayuden a resolver un puzle o, simplemente, pasen a formar parte d nuestro inventario de criaturas raras (uno de los coleccionables del juego).
Y si nos atascamos en algún puzle, el juego tiene un sistema de pistas, que nos cuentan con algunas viñetas los pasos que deberíamos dar para desbloquear el enigma en cuestión. Pero para desbloquear estas pistas, habrá que superar un juego de habilidad no demasiado complejo.
Tohu es una preciosa aventura gráfica, pausada y adorable que invita a perderse en su fantástico mundo. El apartado artístico es una autentica maravilla y el diseño de sus fondos y personajes son dignos de una gran película de animación. Nos recuerda mucho a Machinarium, y eso es decir mucho. No es demasiado largo pero merece la pena rejugarlo para conseguir todos sus coleccionables. Además, cuenta con una banda sonora extraordinaria, compuesta por Christopher Larkin, quien puso música a Hollow Knight.