Análisis de Tiny Tina´s Wonderlands: Una maravillosa locura
El DLC de Borderlands 2 'Tina Chiquitina Asalta la Mazmorra del Dragón: Una Aventura Única' se hace mayor y ha dado pie a una aventura única
La partida de 'rol de mesa' más loca, al estilo Borderlands, y salida de la mente perversa de Tina Chiquitina
Algunas veces tenemos ideas para un determinado momento, con unas características tan únicas que merecen seguir desarrollándose fuera del contexto inicial. Eso pensaron en Gearbox Software y 2K Games después del DLC de Borderlands 2 en el que jugábamos una campaña de rol mastereada por Tina Chiquitina. Aquella 'Tina Chiquitina Asalta la Mazmorra del Dragón: Una Aventura Única' fue una divertida y pequeña campaña que encerraba una buena idea, Dragones&Mazmorras pero versión Borderlands, 'Cámaras&Cabronazos'.
Ahora, con esa idea lanzan una nueva aventura, Tiny Tina´s Wonderlands, que está disponible en todas las plataformas de antigua y nueva generación -PS4, PS5, XBOX ONE, XBOX X|S y PC-. Nosotros la hemos jugado en PS5, donde hemos tenido un rendimiento óptimo salvo ocasiones de bajadas de frames aleatorias.
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Una personalización enorme
Empecemos por el principio, que siempre es una buena opción. En Wonderlands dejamos atrás el mundo de Borderlands, hay cameos y personajes conocidos pero no tiene nada que ver. Es por eso que nuestro personaje es un principiante, tal cual, no tenemos nombre y nuestra “miniatura” ni siquiera esta pintada, somos parte de la marea gris. Por lo que antes de empezar a jugar hay que crear la hoja de personaje.
Sin duda la personalización de este juego es bastante completa pudiendo, además, encontrar más opciones de personalización según avanzamos por el juego. Nos da la capacidad de crearnos el personaje que nuestra imaginación ofrezca, podemos ser un enano alto, un elfo gordo, lo que queramos. También podemos modificar las voces, los pronombres y demás, no hay demasiados límites. Seguidamente tenemos que elegir la clase que queremos ser, con la mente puesta en que algo más avanzada la historia podremos elegir una segunda clase.
El combate es el mismo que los Borderlands, un looter-shooter donde nuestra opción principal de combate siempre va a ser usar el gatillo, aunque esto puede variar según cada clase y haciendo que usemos preferentemente otro tipo de armas o incluso el ataque cuerpo a cuerpo. Las clases en cuestión son: BRR-SERKER, Garrapiñazo, Sepulcronato, Tirahechizos, Forestal Esporífero y Puñalomante. Cada una favorece un estilo de combate y cuenta con habilidades únicas y devastadoras, además de una rama de talentos personalizada. En este sentido y si lo comparamos con Borderlands, se queda corto.
Si bien es cierto que en los Borderlands suele haber de inicio 4 clases, cada una de ellas suele tener 3 ramas de talentos que hacen que su jugabilidad se centre en un estilo u otro. Sin embargo, aunque en Wonderlands hay más clases de inicio, solo nos podemos centrar en un estilo de combate, aun teniendo la opción de elegir una segunda clase para variar nuestra forma de juego, la raíz sigue siendo la misma y no poder visualizar las ramas de talento del resto de clases hace que no sepamos que puede casar mejor con el personaje que estamos llevando.
Movernos por el mundo, ese gran problema
Movernos por el Maravimundo de Tina Chiquitina es algo más simple de lo visto en Borderlands, simplemente moveremos a nuestra cabezuda miniatura por el mapamundi interactuando con otros NPCs y objetos que hay tirados, hasta que alcancemos alguna mazmorra para limpiar o alguna zona concreta en la que ya podamos movernos con más libertad.
De esta manera se sustituyen los vehículos y se le da un aspecto más de juego de mesa, aunque es una buena idea teniendo en cuenta el juego en el que está integrado, la ejecución y las continuas pantallas de carga cada vez que se intuye un enfrentamiento o hay que entrar en alguna mazmorra de la que vamos a salir 5 minutos después, hacen que se vuelva un tedio intenso. Además de que el movimiento es torpe y se ralentiza a cada momento.
Ya habrá tiempo de ir a por el malo
Tanto en el mapamundi como en los escenarios hay que tener muy presente la idea de explorar, Wonderlands y su personalización hacen que cada objeto pueda llegar a ser útil, por lo que explorar y encontrar la mayor cantidad de ellos siempre es una buena idea, además de que podemos intercambiar armas y equipo en medio de un combate por lo que optar por un hechizo u arma del tipo elemental correcto siempre es una opción más que viable. Incluso en el mapamundi es importante, además del dinero que podamos encontrar tirado por ahí, la mayoría de mazmorras que no tienen misiones secundarias asignadas, sí que tienen piezas de altar, completar dichos altares puede darnos ventajas muy útiles como ganar más experiencia o movernos más rápido, una bendición por lo comentado antes.
De hecho explorar y revisar zonas por las que ya hemos pasado nos da la opción de encontrar misiones secundarias, hay muchísimas en este título, y la mayoría dan buenos objetos, algunas incluso dan piezas de altar. También nos desbloquean otras zonas alejadas de las misiones principales, con más misiones y secretos que de otra manera no descubriríamos. Es la esencia de cualquier partida de rol, pasar del objetivo principal para explorar el mundo y que el Master tenga que improvisar otras zonas.
No solo es que haya una cantidad de misiones secundarias bastante intensa, es que la mayoría son divertidas de jugar, también hay muchas que son repetitivas y un tedio, pero son de las menos. Aparte de que algunas de ellas son misiones bastante largas y eso abre más opciones a la hora de su creación, tienen el añadido de los cameos y las referencias, siempre con el toque Borderlands. Referencias a la cultura pop, juegos, libros y demás. Desde encontrarnos con Ron Rivote hasta los Tufos y Gargaramoco, Wonderlands hace uso de las referencias no como motor principal si no como desahogo humorístico, como añadido para enriquecer su mundo.
Cualquier cosa puede pasar
Si nos centramos en la historia principal, y el mundo creado por Tina Chiquitina, sí que nos daremos de bruces con una historia muy Borderlands, un villano que interactúa constantemente con el jugador y muchas cosas sin sentido, algo normal en la saga de Gearbox. Sin embargo, Wonderlands va un paso más allá, mezclar su mundo ya con un sentido lógico macabro y la mente explosiva de Tina Chiquitina hace que cualquier cosa pueda pasar en cualquier momento, no se cortan un pelo y si un master de rol puede dejar que algo suceda por la gracia de saber que puede pasar, Tina directamente va a hacer que sucedan sin que nadie lo diga.
Una voladura de cerebro en general que no nos saca en ningún momento de la narrativa, porque se basa en ello, y que solo nos deja con ganas de más por el simple hecho de querer saber qué va a pasar. Es uno de esos casos extremos en los que si supiéramos el final, aun así querríamos jugarlo de igual manera por saber cómo leches hemos llegado.
El diseño del título sigue la estela de la saga principal, con un dibujo con rasgos y sombras muy marcados para hacerlo ver más realista pero con el colorido más propio del estilo cartoon. Aunque en cuanto a calidad no se nota una mejora con respecto al Borderlands 3, incluso a veces se nota un descenso leve. En el diseño del mundo, los enemigos y los personajes sí que se nota un buen trabajo, no solo llevando un mundo primordialmente de fantasía medieval al aspecto propio de estudio, sino también en cómo se comportan los enemigos, haciendo que sean bastante diferentes a lo visto en la saga y no un simple corta-pega. El mundo, la música y los diseños nos teleportan a una fantasía épico-metalera-medieval que consigue aunar lo mejor de la saga principal, lo mejor de las partidas de rol y lo explosivo de la personalidad de Tina.
En definitiva...
Tiny Tina´s Wonderlands es un spin-off que toma prácticamente todo de la saga principal, pero haciéndolo propio, con un sello único que nos permite jugar casi todo el juego de la manera en la que queramos. Siempre con la premisa de que explorar es muy útil y que completar el contenido opcional, no es opcional, si queremos la experiencia completa hay que visitar y conocer el mundo que nos rodea algo que nos puede tomar hasta 40 horas, siendo menos si lo hacemos mal y vamos directos a la misión principal.
Una divertida y loca aventura con un diseño propio que engancha, donde es muy fácil que nos saquen alguna carcajada. Su mayor y única pega viene de cómo está integrado el sistema del mapamundi, el movimiento fuera de los escenarios, una idea simple que, siendo algo que va con el estilo del juego, se intuye una salida fácil para no optar por el mundo más abierto y los vehículos a los que nos tiene acostumbrados Gearbox.