Análisis de Ride 4: pasión por el motociclismo
Vuelve el simulador de motociclismo de Milestone con muchas mejoras y muchas horas para disfrutar de la velocidad sobre dos ruedas.
Hace unas semanas pudimos echarle unas cuantas horas a una versión previa de Ride 4, la nueva entrega del simulador de motociclismo de Milestone (los responsables de las últimas entregas de MotoGP o la saga MXGP). En el avance ya os contábamos la gran cantidad de mejoras técnicas y de jugabilidad que aportaba el título y, sobre todo, la gran cantidad de motos que ponía a nuestra disposición, para llenar nuestro garaje con las mejores monturas y disfrutar conduciendo en todo tipo de circuitos por todo el mundo.
En aquella previa no tuvimos acceso al modo Trayectoria, el modo principal del juego y tampoco a sus opciones multijugador. Ahora, ya hemos echado un buen número de horas al juego final, que llega el próximo 8 de octubre a PC, PS4 y Xbox One. Además, el título llegará con entregas para la nueva generación de consolas dentro de un mes.
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Llenando el garaje
Como ya dijimos en el avance, el principal fuerte de Ride 4 es la posibilidad de conseguir una colección increíble de motos para llenar nuestro garaje. En esta ocasión, Milestone ha conseguido incluir en el juego 175 modelos diferentes desde el día 1 (luego llegarán mas de 80 en distintos DLC's), de 22 marcas distintas, y las han recreado de manera abrumadoramente realista. Sólo la colección de modelos, con todos sus detalles gráficos y la posibilidad de modificarlas con un enorme catálogo de componentes, hace que este juego merezca la pena, y mucho, para todo amante de las motos. Si hasta han conseguido diferenciar el sonido del motor de cada una de ellas, que se modifica si le montas uno u otro tubo de escape.
El nivel de realismo de los expertos de Milestone no deja de sorprendernos y las físicas de cada moto en su comportamiento sobre el asfalto es alucinante. Por eso, es una auténtica pasada poder ir adquiriendo diferentes modelos para ponerlos a prueba sobre los circuitos. Eso sí, no resulta fácil hacerse con ellas, ya que para comprar nuevos modelos hay que conseguir créditos y eso no es fácil. Tendremos que sudar mucho sobre la moto y pasar muchas horas en los circuitos (superando pruebas, desafíos, carreras, premios…) para acumular los créditos suficientes para adquirir una nueva moto. Pero esto es parte de la diversión, ¿no es verdad?
En la colección de motos que podemos encontrar en el concesionario podemos encontrar modelos muy actuales de las principales marcas, pero también modelos míticos de todos los tiempos y algunas motos marcadas como ‘legendarias’, que son motos que han marcado épocas, pero claro esas son las más caras de toda el catálogo. Lo más frustrante del juego será las horas que vas a necesitar para conseguir los créditos necesarios para hacerte con esa moto de tus sueños.
Pero si han aumentado el número de motos disponibles y su representación es extremadamente realista, otro tanto pasa con los circuitos. Hay un buen puñado de circuitos donde disfrutar con nuestras motos, repartidos en tres zonas mundiales: América (Canadian Tyre, Laguna seca, Virginia International Raceway, Road America, Road Atalanta, Interlagos y Utah), Europa (con Brands Hatch, Cadwell Park, Donintong Park, la Riviera francesa, Imola, Nordschieife, North West 200, Nurburgring, Oulton Park, Algarve, Magny-Cours, Monza, Mugello, Snetterton, Southern 100 e Imatra) y Asía (con Kanto, Macao, Okayama, Sakuza, Tsukuba, Sugo y Phillipe Island). Todos ellos están recreados al detalle y sobre coge su realismo y supone una experiencia fantástica conducir en todos ellos. Además, el ciclo día y noche y el sistema de clima dinámico aporta mucho más realismo, tanto visual como jugable, a la hora de rodar sobre su asfalto. Y lo bueno es que, aunque abundan los circuitos de carreras convencionales (que es donde hay que correr con las motos), también hay otros circuitos urbanos, por lo que podemos disfrutar de la conducción por calles de ciudades y pueblos en varios lugares del mundo.
Modos de juego
El juego permite echar partidas rápidas en el modo Carrera. Aquí podemos configurar carreras de tres tipos, como ya contamos en el avance: carrera única, contra-reloj y resistencia. Podemos elegir cualquier circuito, cualquiera de las motos de nuestro garaje y las condiciones climáticas para participar en estos tres modos. El primero, nos enfrenta a otros pilotos en carreras convencionales, el segundo nos permite competir contra el crono y el tercero es una entretenida novedad. En las carreras de resistencia tendremos que adquirir algunas de las motos modificadas para estas pruebas y conseguir ser los primeros en carreras muy largas (de unos 20 minutos), donde la gestión del desgaste de los neumáticos y del nivel de combustible es clave (habrá que elegir cuándo parar en boxes para cambiar las gomas y llenar el depósito para continuar).
Pero el modo principal del título es el Modo Trayectoria, un completo modo cargado de desafíos y pruebas que nos irá haciendo mejorar como pilotos. Está dividido en varias Ligas regionales (europea, americana y asiática) que tendremos que superar para poder pasar a competiciones más serias. Estas serán la Liga Mundial, que cuneta con 90 copas mucho más exigentes y las Ligas Finales. Esta última competición se trata, como no podía ser de otra forma, de la Liga mundial de Superbikes, la competición mundial de motocicletas modificadas para competición.
Ir superando el modo Trayectoria es un desafío sólo apto para los mejores pilotos, que va incrementando en dificultad. Al principio, resulta un poco frustrante, ya que las pruebas son muy exigentes y sacar un poco la rueda fuera del trazado da al traste con tu mejor vuelta. Las penalizaciones en las pruebas contra el crono por pisar fuera de la pista son absurdamente estrictas, ya que hacen que termine la prueba de manera fulminante si medio milímetro de tu neumático pisa el césped. Te provocarán una úlcera en algunos circuitos. Normalmente hay que repetir unas cuantas veces las pruebas, aprenderte el circuito a la perfección y arañar esas décimas que te permitirán superar el desafío y seguir adelante. En otras ocasiones, cambia de moto o añade alguna mejora y podrás superar esa prueba que se resiste.
Es cierto que el modo carece de las narrativas que sueñen aplicarse en otros simuladores, como contarte la historia de superación de un piloto, pero es que Ride 4 va directo al lío. Sin historias. Súbete a la moto y supera estas pruebas y conseguirás seguir subiendo tus estadísticas como piloto y tu palmarés. Y lo que es más importante, tu cuenta corriente y, como consecuencia, tu colección de motos en el garaje.
En las carreras puras, con otros oponentes, hemos podido poner a prueba el sistema ANNA de inteligencia artificial del que tanto habían hablado sus desarrolladores y hay que decir que funciona en algunos aspectos, cómo las reacciones de los pilotos cuando intentamos cruzarnos en su trayectoria o adelantarles por dentro. Aquí suelen reaccionar de manera bastante realista, tapando los huecos. Pero, por otro lado, no parece que estén muy enseñados a la hora de evitar colisiones y es muy común que te golpeen por detrás o te lleven por delante si estás tumbado en una curva y frenas más de la cuenta. Eso hace que las caídas sean muy frecuentes y siempre da la sensación de que tú tienes mucho más cuidado que ellos al a hora de evitar una colisión, lo que termina no siendo justo y ellos se llevan siempre esa ventaja.
Además de estos modos principales, el juego cuenta con un buen modo multijugador, donde probarte con otros rivales de cualquier parte del mundo. Aquí puedes buscar partidas públicas y unirte a ellas o crear tu sala privada para correr con los amigos. Y podemos decir que con oponentes humanos las colisiones son mucho menos habituales, aunque las hay, claro. Porque los pilotos humanos tienen más cuidado que los controlados por la IA.
En definitiva…
Ride 4 es un fabuloso simulador de motociclismo, que tiene su punto fuerte en la gran cantidad de marcas y modelos que podemos llegar a conseguir, para guardar en nuestro garaje y para pilotarlas en su gran cantidad de circuitos, pruebas y desafíos. Mejora la propuesta y está convirtiendo a Ride en la saga por excelencia de los apasionados de las dos ruedas. Y es que a nivel técnico no podemos poner ni una pega, con un nivel gráfico, unas físicas realistas, una conducción exigente pero divertida y la opción de modificar las motos a nuestro gusto muy amplia. Además, el juego permite activar y desactivar muchas ayudas de conducción, para adecuar la experiencia a nuestras habilidades.
Es cierto que se queda algo corto en cuanto a contenido y el modo Trayectoria es poco apasionante, ya que no es lineal, no cuenta con una historia y te deja ir progresando a tu aire, y la IA de los rivales puede resultar molesta. Pero todo amante de las motos disfrutará muchas horas con Ride 4. Además, sus desarrolladores tienen un plan de añadir contenidos que abarca los siguientes 11 meses, con 14 DLC's (que incluirán nuevas motos, trazados y eventos) completamente gratuitos y otros 15 de en los que sí que habrá que pasar por caja.