Análisis de Nuclear Corps: Veterans in Fukushima para PlayStation: a tortas en la zona cero
Nuclear Corps: Veterans in Fukushima es un homenaje al os arcade los 90 del estudio español Jokoga Interactive
El juego, apoyado por PlayStation Talents, nos pone en la piel de tres veteranos nipones ayudando en la zona de exclusión de la catástrofe nuclear de Fukushima
Las ideas más locas, disparatadas y divertidas están surgiendo durante estos últimos meses de año del programa PlayStation Talents. Ya os hemos hablado de muchos juegos de gran calado como el terror de Insomnis, la aventura de tinte metroidvania de Aeterna Noctis o los puzles de Twogether: Project Indigos. Muchos han explorado innumerables géneros a parte de los ya mencionados, siendo estos claros exponentes de cómo dar un giro de tuerca y aportar ese toque de personalidad al género. Ahora hemos probado Nuclear Corps: Veterans in Fukushima.
Nuclear Corps: Veterans in Fukushima es la apuesta de otro estudio español. Jokoga Interactive, quienes estuvieron tras el proyecto de Meltdown, nos traen a PlayStation 5 y PlayStation 4 un título en el que la acción y la aventura son algunas de sus principales características. Basado en los hechos acaecidos hace una década, con la conocida catástrofe nuclear de Fukushima, se ha adoptado una divertida mecánica de juego donde tomaremos el papel de tres personajes capaces de realizar un sinfín de habilidades dentro de un título en el que tienen una importante misión que realizar.
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Tres personajes con mecánicas únicas
Controlando a estos tres mencionados personajes, habrá que ayudar a todos los ciudadanos que encontremos dentro de la zona de esta conocida explosión nuclear en 2011, evacuando a todo tipo de civiles, ayudarlos y librarlos de los numerosos peligros que asolan la zona cero. Cada uno tiene sus propias habilidades, por lo que es muy aconsejable conocerlos a fondo y aprovechar al máximo todo lo que ofrecen. El primero de ellos es conocido como Dordok y posee un poderoso escudo que es capaz de rebotar todos los proyectiles y balas que se hayan lanzado. Esto es de gran utilidad ya que pueden desviarse y hacerlos impactar sobre los enemigos para aturdirlos durante unos segundos.
En segundo lugar, tenemos a Smarty, un viejo y experimentado habitante que tiene la capacidad de disparar a todo lo que se encuentre por delante suyo. Este tiene unas mecánicas jugables de lo más sencilla ya que con uno de los stick se maneja su movimiento mientras que con el restante se orienta la dirección del disparo. Cerramos el trío de personajes con Lola, que tiene en su poder un gancho, así como la capacidad de correr y desplazarse por el escenario a una mayor velocidad. Como veis, cada uno de estos incorpora una serie de habilidades únicas y es muy importante conocerlas para usarlas en tu favor y salir victorioso de las fases.
Poca duración, pero muy rejugable
Cada uno de estos niveles propondrá siempre algo distinto, tanto en su disposición de enemigos como en lo objetivos. La base inicial es lo misma, comenzando desde un punto A hasta uno B, donde se tendrá a los tres personajes disponibles y que habrá que usar para hacer frente a los enemigos. Una de las peculiaridades reside en que tanto Dordok, como Smarty y Lola deben permanecer con vida, por lo que si alguno de estos cae habrá que reiniciar el nivel por completo. Siendo esto algo injusto, no habiendo estado de más la incorporación de puntos de control. Hay una gran cantidad de enemigos que se encuentran en nuestro camino para salvar y evacuar a ciudadanos, muchos de ellos siendo auténticos monstruos mutantes que han cambiado a causa de la radiación de Fukushima.
La distribución de Nuclear Corps: Veterans in Fukushima se forma por fases que componen este mundo. Un total de diez, concretamente, en los cuales también se encuentran en alguno que otro un jefe al que derrotar. Estos tienen mecánicas concretas que habrá que descubrir, por lo que no servirá atacar por atacar, por lo que se le otorga un pequeño plus de profundidad. A pesar de tener muchas bondades, también tiene algunos problemas, sobre todo como la ausencia de un tutorial algo más robusto y que explique mejor las mecánicas de los personajes y la interacción de ellos en el entorno.
El juego es muy llamativo en su conjunto, sobre todo en los diseños de los personajes, siendo un auténtico homenaje a los arcade de los noventa en cuanto a indumentaria y apariencia. Los enemigos beben de lo mismo, proporcionando mutantes con formas monstruosas y divertidas a partes de iguales. Todo el conjunto ha sido realizado con la técnica del cel-shading, haciendo que todo sea mucho más llamativo y atractivo visualmente. En cuanto al apartado sonoro, especial mención a lo soso de las canciones que acompañan durante la aventura y que no llegan a destacar en ningún momento. Por otra parte, sus efectos sonoros tampoco aportan grandes cosas. Mencionar también que el juego llega con textos de pantalla en castellano.
En definitiva…
Esto es todo lo que nos ofrece Nuclear Corps: Veterans in Fukushima, una de las nuevas producciones de PlayStation Talents de la mano de los españoles de Jokoga Interactive. Es un título entretenido que, aunque no cuente con una gran cantidad de fases, alrededor de diez, incorpora un precio lo suficientemente competitivo para darle una oportunidad y entretener durante estas fechas. Si eres un aficionado a los arcade de la década de los noventa y buscas una aventura con notas de humor, este puede ser una buena opción.