Análisis de New Pokémon Snap: ¡Hazte con todas.. las fotografías!
Vuelve el safari para hacer las mejores fotografías a todos los Pokémon
La vuelta de un clásico de los amantes de Pokémon
Hablar de Pokémon es hablar de una saga que ha trascendido los videojuegos. Casi cualquier persona, le guste o no este mundillo, sabe reconocer a Pikachu y sus amigos. Y es que no en vano estos amigables 'monstruitos' llevan entre nosotros nada menos que 25 años. Millones de juegos vendidos, series de dibujos con varias temporadas y emitidas en canales generalistas, multitud de merchandise, oficial y de imitación, y en definitiva un universo propio hacen que Pokémon ya se trate más de un elemento cultural que de un simple videojuego.
New Pokémon Snap no es un juego de la saga al uso. Estamos sin embargo ante la nueva entrega de un spin-off que consiguió hacerse un hueco en el corazón de los amantes de pokémon. El juego original irrumpió en Nintendo cuatro años después de la llegada de la saga original. Han pasado más de veinte años desde que tuvimos la oportunidad de coger nuestra cámara e irnos de safari con la intención de descubrir a esas criaturas en su hábitat natural, y por supuesto, de dejar prueba fotográfica de ello.
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En su día el planteamiento de juego fue totalmente original. Desmarcándose por completo del estilo de la serie principal, nos proponía avanzar sobre itinerarios fijos, sobre raíles, e ir fotografiando a cuantas criaturas nos salieran a nuestro paso. No es el único juego que ha explorado este sistema, Sony lo intentó con su propia producción en 2008 con Afrika. Aquel juego, que no tuvo continuación, nos ponía en la piel de un fotógrafo que se ganaba la vida trabajando para revistas de naturaleza en África, cumpliendo diversos encargos que nos hacían ir de un lado a otro con nuestro jeep y a esperar pacientemente hasta avistar al animal que tocaba.
Personalmente de New Pokémon Snap esperaba algo de este estilo, con más libertad para moverte en el área del juego. Con la salida de Espada y Escudo, perteneciente a la rama principal, éramos muchos los que nos ilusionamos con la posibilidad de ver a diferentes criaturas en su hábitat natural. El juego, el primero con estilo sandbox, invitaba a ello, pero a la hora de la verdad, y aunque aparecían distintas criaturas dependiendo del bioma y de la climatología del momento, pero no llegó a profundizar como se esperaba en ese sentido.
En New Pokémon Snap sin embargo sí que se nos da la posibilidad de ver a las criaturas en su hábitat natural, interactuando con el entorno y con otros Pokémon. Nos da una oportunidad única de vivir desde dentro un universo que nos fascina y que nos es muy familiar. En ese sentido estamos ante un juego único. Sin embargo, en lo que se refiere a mecánicas ha optado por la clásica, montarnos en un vehículo sobre el que no tenemos apenas ningún control -hay excepciones que veremos luego- y que nos lleva por unos raíles imaginarios hasta el final del recorrido. Por una parte, esto hace que la inmersión sea mucho menor, pero el objetivo que persigue, y que consigue con creces, es que nos concentremos al cien por cien en fotografiar a los Pokémon que veamos. Aunque no nos vamos a dedicar únicamente a eso.
No es solo un paseo
Lo primero que tenemos que contarte es que estas incursiones son muy breves. Apenas cuatro o cinco minutos por incursión en las que tendremos que poner todos nuestros sentidos a servicio de nuestra cámara con la que intentaremos capturar las instantáneas que nos permitan seguir avanzando en la aventura.
Porque en realidad todo el juego se trata de eso, de completar las piezas de un gran puzzle que nos permitan seguir avanzando, descubriendo nuevas zonas con sus correspondientes pokémon y fotografiándolos a todos. Para ello tendremos que subir de nivel las correspondientes zonas de incursión consiguiendo los puntos suficientes en cada uno de ellos, al más puro estilo RPG. Para conseguir estos puntos debemos tomar fotografías con ciertas características. La actitud del pokémon, el tamaño con el que consigamos tomar la instantánea, su postura o la cantidad de ellos que aparezcan en la foto influyen en la calidad de la misma.
Cada fotografía se divide en cuatro categorías diferentes, representadas cada una por un número de estrellas, y dentro de esas categorías la calidad de la foto se representa con oro, plata y bronce. Si has hecho cuentas, esto nos va a obligar a fotografiar a cada pokémon un mínimo de cuatro veces. Si a esto le sumamos que al finalizar cada incursión sólo podemos entregar una única foto de cada criatura, ya habrás llegado a la conclusión de que habrá que repetir el camino una y otra vez si queremos completar el juego.
Dicho así, suena repetitivo, pero al ir adentrándonos en la mecánica de juego descubriremos que aumentar el nivel de una zona redunda en que las criaturas reaccionan de diferente forma a nuestra presencia, siendo cada vez menos tímidas, lo que nos permitirá tomar fotografías diferentes cada vez, con criaturas más relajadas y que empezarán a interactuar con nosotros y con el entorno tal y como nos conviene. Para ello, tendremos, como hemos dicho hace un momento, que repetir incursiones. También podremos usar los diferentes objetos que nos vaya proporcionado el Profesor Espejo, como comida para los pokémon o las esferas luminosas. Con ellos intentaremos modificar el comportamiento de los pokémon y así conseguir fotografías distintas de cada uno.
Decíamos antes que teníamos un control relativo sobre nuestro vehículo, y es que en determinados escenarios, una vez que los subimos de nivel y bajo circunstancias concretas, podemos modificar el recorrido de nuestro viaje, lo que nos permitirá descubrir nuevas zonas dentro del área de incursión y con ello nuevos pokémon, o la mayoría de las veces, los mismos que ya hemos visto pero en diferentes actitudes. Sin estropear nada, pero por poner un ejemplo de a qué nos referimos, podemos dejarle una manzana a un Pokémon concreto que escupe fuego, y en lugar de comérsela la asa con su aliento. Si capturamos ese momento con el pokémon grande en la fotografía, tendremos una instantánea de tres estrellas de oro.
Con todo, el tener que repetir una y otra vez cada una de las fases para conseguir los puntos necesarios para poder avanzar acaba convirtiéndose en el gran talón de Aquiles del juego. Es cierto que muchas veces encontramos cosas diferentes, pero la sensación general tras las primeras horas de juego es que repetimos la misma acción una y otra vez, y lo cierto es que en muchas ocasiones es así. No vamos a contar nada de los pokémon especiales que se desbloquean en ciertos momentos de la aventura, porque uno de los grandes alicientes del juego es ir descubriendo las cosas por nosotros mismos, pero tampoco queremos dejar de pasar la ocasión de decir que es uno de los momentos más espectaculares del juego.
El hecho de que los objetos de ayuda y las diferentes funciones de la cámara, como el radar o la música que también afectan a las criaturas, se vayan desbloqueando poco a poco nos ayuda con esa necesidad de seguir avanzando, y palia en gran parte la sensación de repetición que comentábamos hace un momento. Una vez tengamos todas las zonas desbloqueadas y todas las herramientas disponibles, sólo nos quedará nuestro afán completista si queremos obtener absolutamente todas las fotos.
En definitiva...
New Pokémon Snap es una revisión de un clásico que hizo felices a muchos niños y jóvenes, que cámara en mano tuvimos la oportunidad de acercarnos a los Pokémon de forma distinta. Pudimos observarlos en su hábitat, y pudimos tomar fotografías graciosas que guardamos con cariño en nuestro cartucho de Nintendo 64. Esta nueva versión es más de lo mismo, y el hecho de que llegue más de veinte años después nos va a desbloquear ese rinconcito nostálgico que todos tenemos en nuestro interior.
Más allá de eso, el juego ofrece poco más de diez horas de paseos guiados en los que observar a estas adorables criaturas, y solo eso. Si se convierte en un juego como lo fue su predecesor, o si el paso del tiempo castiga a este título por su salida al mercado a precio completo es algo que tendremos que ver con el tiempo. Está claro que se venderá bien, porque aúna dos componentes clave para los compradores. Un nombre mítico y un componente de nostalgia muy pronunciado.