Análisis de Marvel’s Guardianes de la Galaxia: rock and roll galáctico
Eidos consigue trasladar el peculiar y desenfadado espíritu de este supergrupo espacial a un videojuego fantástico
Acción, combates y palomitas en una producción redonda a ritmo de himnos ochenteros
El gran público conoce y adora a los Guardianes de la Galaxia desde que Disney los rescató de las páginas del cómics y los llevó a la gran pantalla para ser un pilar fundamental de su Universo Cinematográfico. Por eso, precisamente, su llegada al videojuego tenía las expectativas tan altas. Y aunque el diseño de los personajes, y todo lo demás, llega directamente desde los cómics (y no de las películas), vemos en ellos todo lo que nos cautivó en el cine. Aunque este Peter Quill no se parezca a Chris Pratt, nosotros no podemos dejar de verle en cada secuencia (además, con las voces en castellano que doblaron al grupo de héroes en las películas, todo es más fácil).
Pero, a pesar de su diseño diferente (para los que solo conocen a los referentes cinematográficos), los Guardianes no defraudan. Star-Lord, Gamora, Drax, Rocket y Groot resultan extremadamente familiares y, enseguida, estamos integrados y como en casa a bordo de la Milano.
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Luchando en equipo
El juego nos pone en el papel de Peter Quill, que pasa de su actual vida como el héroe estelar ‘súper molón’ conocido como Star-Lord, a revivir un buen número de recuerdos de cuando era un adolescente rebelde que vivía en la Tierra. Los recuerdos sobre la madre de Quill serán recurrentes y se intercalarán en la historia de una forma muy original.
Pero cuando estemos lidiando con los problemas de ser el líder del variopinto grupo de los Guardianes de la Galaxia, el juego nos propondrá embarcarnos en una aventura que irá complicándose mientras exploramos distintos planetas y estaciones espaciales de todo tipo. Los niveles son bastante lineales, sin mucho que explorar, aunque sí que esconden algunas recompensas para los que sepan desviarse un poco del camino marcado (tampoco es que haya muchas opciones).
Mientras avanzamos habrá que tirar de las habilidades de los demás miembros del grupo para resolver algunos puzzles, pero no demasiado complejos ni originales. Una vez que aprendamos que Drax es el tipo que levanta objetos pesados, Groot el que construye puentes de ramas para cruzar, Gamora la que corta cables que nos estorban y Rocket el que puede manipular dispositivos electrónicos y escurrirse por agujeros pequeños… ya sabremos salir de cualquier problema físico con el que nos encontremos.
Pero, además de lidiar con algunas plataformas y sencillos puzles, tendremos que combatir y aquí es donde se encuentra la guinda del pastel de este juego, ya que, aunque solo manejamos a Peter Quill de forma directa, los Guardianes de la Galaxia se enfrenta a los enemigos en equipo. Así, tendremos que saber utilizar las habilidades del resto de componentes del grupo en nuestro favor en cada combate. Y, al igual que les pedimos que realicen algunas acciones en la resolución de puzles, en medio de la batalla también podemos pedirles que realicen determinados ataques.
En los combates la acción transcurre mucho más rápido y tenemos menos tiempo de reacción, pero el suficiente para ser capaces de elegir esas habilidades especiales que cada uno de los componentes de los Guardianes tiene para ofrecernos. Mientras disparamos a todo lo que nos rodea podemos pedir a Groot que paralice a los enemigos con sus ramas, o a Rocket que lance sus bombas a un enemigo más duro de tumbar. De igual forma podemos pedirle a Gamora que realice un golpe letal o a Drax que embista a un grupo de alienígenas molestos.
Aprenderemos a sacar el mejor partido de cada componente del grupo durante los combates, mientras estamos atentos a su nivel de vida. Nuestros compañeros pueden caer en medio del combate y tendremos que reanimarlos para que vuelvan a la lucha. Además, en determinados momentos del combate, podemos reunir al equipo y otorgarles un ‘punch’ de moral con la labia de Quill y la música de Walkman. Esto hará que comiencen los ‘fuegos artificiales’.
El sistema de combates de Guardianes de la Galaxia no es extremadamente complejo, pero es efectivo y resulta muy satisfactorio si aprendes a utilizar las habilidades de sus cinco componentes. A medida que ganas puntos de experiencia puedes ir desbloqueando las cuatro habilidades especiales de cada Guardián (cada uno con un árbol de habilidades muy sencillito) y utilizarlas después en los combates. A este sistema de combate en melé junto a tus compañeros de equipo se une un sistema de mejora de las armas de Quill, que irán versatilidad (con poder de fuego, hielo, electricidad…) además de añadir mejoras en los bancos de trabajo de Rocket, que se encuentran repartidos por todos los niveles y que, a cambio de un puñado de componentes que vamos recogiendo, nos añade gadgets de lo más útil.
Toda una película de Marvel
Más allá del sistema de combate y de las opciones, limitadas, de exploración y puzles a los que nos enfrenta la aventura, lo más destacable de esta trabajada aventura de Eidos es su narrativa, su historia y cómo está contado todo. Te guste más o menos su gameplay, vas a terminarte este juego al 100% para ver cómo acaba esta fabulosa aventura de los Guardianes de la Galaxia.
Y este fabuloso ritmo cinematográfico se consigue con una poderosa historia, un montón de situaciones y escenas de lo más divertidas protagonizadas por este peculiar equipo de héroes y los fabulosos diálogos que no paran en ningún momento del juego. Todo el rato, los cinco protagonistas están discutiendo, gastando bromas, metiéndose pullas entre ellos y manteniendo unas conversaciones que no tienen desperdicio.
De hecho, si eres muy rápido recorriendo algunas zonas o resolviendo algún puzle, te perderás buena parte de los diálogos y conversaciones absurdas entre Rocket, Drax o Gamora (además de los elocuentes “Yo soy Groot” de Groot). Un servidor se paraba en muchas ocasiones del juego sólo para ver cuánta cuerda tenían los personajes con sus conversaciones (recordamos que dobladas al castellano por los actores de doblaje de las películas de Marvel). Y es que las conversaciones guardadas por si acaso decidimos tomarnos las cosas con calma son casi infinitas. Los guardianes no paran de hablar entre ellos, de los temas más diversos y descacharrantes.
Además, el juego está lleno de modos de conversación, donde tendremos que decidir qué les decimos a cada miembro del equipo (para levantar la moral o conseguir que hagan algo que necesitamos) y de escenas QTE que permiten dar giros muy cinematográficos a las escenas de acción. Las geniales escenas cinemáticas y los momentos en la Milano (que sirven de transición entre misión y misión) nos permiten conocer mejor a los personajes, avanzar en la historia y vivir el juego como una auténtica película de Marvel. ¡Y hay niveles de batalla espaciales controlando la Milano! ¡Qué mas puede pedir un fan de este grupo de héroes cósmico!
A nivel técnico Guardianes de la Galaxia es una maravilla. El diseño de personajes, enemigos y entornos está extremadamente cuidado y jugarlo 60 FPS en 4K, con el trazado de rayos de las nuevas consolas o el PC es una experiencia increíble. ¡Y qué decir de su banda sonora! Gracias al excepcional gusto por la música de los ochenta de Peter Quill, estamos ante la mejor banda sonora de un videojuego y punto. Destruir alienígenas a ritmo de ‘Never Gonna Give You Up’ de Rick Asley no tiene precio.
En definitiva…
Se puede acusar a Guardianes de la Galaxia de unos combates un poco simples y un diseño de niveles un poco lineal, sin demasiada profundidad en la progresión de personajes. Pero la experiencia cinematográfica que ofrece, que podríamos tildar de ‘gourmet’, es más que suficiente para los que amamos a este grupo de héroes de las viñetas de Marvel. Es un juego divertido, cargado de acción y mucho humor y con detalles técnicos que hacen que contar con una consola de nueva generación merezca la pena. Si te gustan los guardianes, el juego de Eidos Montreal te conquistará.