Un aviso de incendio sospechoso en un edificio semi abandonado en Yokohama. Dos jóvenes bomberos acuden casi a sabiendas que lo que encontrarán allí es una falsa alarma, para al llegar descubrir que lo que alguien quería que encontrasen no era un falso incendio provocado por bengalas, sino algo mucho más grave. De esta manera que tanto recuerda a clásicos del cine como Seven da comienzo la segunda parte de uno de los tapados de la generación anterior: Judgement
Judgment fue un juego que sin hacer mucho ruido se convirtió en uno de los mejores en su estilo. Lost Judgment llega para recoger dos testigos. El que dejó su antecesor y el que deja la saga de la que ambos vienen, Yakuza. Porque a pesar de que tiene pinta de ser una serie que se va a consolidar por méritos propios, Judgment empezó siendo un spin-off de la aclamada saga del estudio Ryo Ga Gotoku.
Yakuza, como ya has podido comprobar con Like a Dragon, sú última entrega, ha abrazado el camino de los combates por turnos, con un estilo algo más alocado mientras que Judgment ha sido el elegido para seguir el camino más recto, combates en tiempo real donde los puños y las patadas vuelan directos a la cara de nuestros enemigos sin tener que esperar a que llegue ningún turno. Además, conserva el estilo más serio que caracterizó las primeras entregas de Yakuza por lo que se convierte en el candidato perfecto si eres de los que se enganchó a aquellos primeros juegos.
Si no has jugado a la primera entrega de Judgment, ya estás tardando. El hecho de que además se encuentre a precio reducido para apoyar la llegada de esta segunda parte te deja sin excusas para hacerlo. A lo largo de este texto te contaremos las diferencias entre una entrega y otra y en qué mejora Lost Judgment a su primera parte.
Durante las primeras horas de juego Lost Judgment se dedica a mostrarnos muchas de las características que ya se van a convertir en señas de identidad de la saga. Algunas de ellas ya las vimos en la primera entrega, otras han sido mejoradas y por último nos encontramos con añadidos completamente nuevos que añaden a la exploración y los combates ese punto de variedad que rompe con la monotonía y que sirven como identificativo de la saga.
Durante nuestras primeras horas en Kamurocho, el barrio ficticio basado en Kabukicho en el que tienen lugar prácticamente toda la saga Yakuza y las dos entregas que llevamos de Judgment, Takayuki Yagami, Tak para los amigos, nos va a demostrar lo intactas que siguen sus cualidades como investigador privado. Durante estas primeras misiones nos veremos obligados a seguir a un sospechoso, hacer fotos que le incriminen, colarnos en un edificio haciendo gala de nuestras habilidades con el parkour, infiltrarnos sin ser vistos hasta llegar a nuestro destino, usar ganzúas cuando la situación lo requiera para abrirnos camino o salir corriendo en persecución de un criminal. Si eres de los que dedicó sus buenas horas a la primera entrega, ya habrás identificado qué ejercicios vienen repetidos de allí y cuales son nuevos, pero vamos por partes.
Las persecuciones por la ciudad son algo que ya hemos visto en la anterior entrega, si bien es cierto que el sistema es muy parecido, hay diferencias que las mejoran en esta segunda parte. Si antes sólo podíamos ocultarnos en puntos determinados y marcados por el juego, ahora podemos usar cualquier parte del recorrido para apartarnos de la vista de nuestro perseguido, y además contamos con un tiempo limitado que podemos usar a voluntad durante el cual Yagami disimulará y no será descubierto aunque se encuentre a plena vista de quien perseguimos.
Es decir, si nuestra víctima propiciatoria se gira en un punto en el que no encontramos nada que usar como cobertura, podemos pulsar triángulo para que Tak se ponga a mirar el móvil o interactúe con cualquier cosa que tenga cerca con la intención de despistar a nuestro espiado. Combinando el entorno con esta nueva habilidad, conseguiremos llegar a nuestro destino sin ser descubiertos. En muchas de estas ocasiones se nos pedirá terminar esta parte de la misión con una foto incriminatoria para la que tendremos que cumplir los requisitos específicos que se nos indiquen.
Hemos mencionado antes el parkour como una habilidad de Yagami, y esta es una de las novedades. En ocasiones, tendremos que investigar un lugar para encontrar el mejor sitio por donde colarnos. Lo más habitual es que busquemos un hueco para después encontrar puntos de apoyo y salientes que marquen el camino hasta él. En este caso no es que se requiera de una habilidad al realizar la infiltración, si no que la dificultad viene de encontrar los puntos correctos antes de colarnos. Una vez dentro, y aquí nos encontramos otra novedad, es muy probable que se nos pida llegar a un punto sin ser vistos.
En este caso el minimapa será nuestro mejor aliado. Mientras estemos ocultos tendremos la oportunidad de observar nuestro entorno y los vigilantes que haya para confeccionar mejor nuestra estrategia de infiltración. El uso de ganzúas para abrir puertas, de monedas para distraer a los guardias y nuestra pericia para permanecer escondidos nos hará llegar a nuestro destino sin sufrir un rasguño. Aunque a veces, las peleas son inevitables, y en este sentido es donde el juego menos ha evolucionado. Tampoco es que fuera necesario, y aunque contamos con más movimientos y algunas llaves nuevas, la sensación general es que estos combates son la misma experiencia que en Judgment.
Esto es algo que a los recién llegados les va a importar poco, pero a aquellos que hayan pasado ya por la primera iteración les van a parecer poco las nuevas posturas añadidas. Además de las de la grulla y el tigre originales, y que nos ayudan a luchar contra varios enemigos o centrarnos mejor en uno respectivamente, contamos con alguna nueva como la postura de la serpiente, que se centra en enfrentamientos muy veloces y lo convierte en un sistema útil sobre todo para contraataques. En cualquier caso, es un sistema de combate ágil y rápido, que nos va a resultar satisfactorio y que en caso de que nos queramos centrar más en la aventura y la historia no va a cortar el ritmo en ningún momento, y esto es una de las claves del juego, porque su trasfondo y su historia son lo que nos va a hacer jugar durante horas.
Como decíamos al principio, el juego comienza mostrando gran parte de sus cartas, y por supuesto la narrativa vuelve a ser uno de los pilares sobre los que este título se asienta, igual que lo hizo su antecesor. La historia que Lost Judgment nos va desgranando poco a poco nos enganchará desde los primeros instantes, y nos va a querer hacer avanzar en la historia hasta descubrir quién y por qué está haciendo lo que hace. Una historia de mafias japonesas, conocidas como Yakuza, con innumerables giros en el guión y donde muchas veces nada es lo que parece nos va a tener pegados al mando de nuestra PlayStation como si estuviéramos viendo una de las mejores series de acción y detectives.
Aunque la historia que se nos cuenta en Lost Judgment es independiente y el juego se puede jugar perfectamente sin haber probado la primera entrega, es muy recomendable terminarse primero Judgment, porque de esta forma disfrutaremos aún más con los detalles que nos deja esta entrega y que de no haber jugado al primero se nos van a escapar irremediablemente. Por eso, aunque no sea imprescindible, sí que es muy recomendable jugar a ambos juegos en el orden de salida.
Uno de los atractivos de la saga Yakuza, y que este spin off ha heredado con gran acierto es una buena cantidad de actividades y minijuegos que hay repartidos por toda la ciudad. Para empezar, la forma de recuperar la energía es a través de la comida. Visitar las distintas tiendas y restaurantes en busca de ese bocado que nos reponga va a ser una constante, y para que esto cuente con un aliciente extra, se nos recompensará de dos formas. Por un lado, y de forma más directa, algunos de los platos que comamos tienen el icono de un regalo envuelto, lo que ya nos hace ver que hay algo más. Esto son recompensas en forma de potenciadores temporales con los que, por ejemplo, los enemigos que derrotemos mientras esté activo suelten recompensas más jugosas que de costumbre.
La otra forma de recompensarnos es hacer que completemos todos los platos de todas las tiendas para conseguir puntos de experiencia adicionales con los que potenciar nuestras habilidades. Lo mismo pasa con las bebidas alcohólicas, cuyo consumo además nos permite desbloquear momentáneamente el estilo de lucha “mono borracho”, por lo que al contrario de lo que pasa en la realidad -no intentéis esto en el mundo real- el alcohol nos dará ventaja en las peleas contra los matones de barrio.
Pero si Lost Judgment bebe de las fuentes de su anterior entrega, también toma prestadas muchas cosas de la última aparición de Yakuza: Like a Dragon. Es por eso que, por poner un ejemplo rápido, debemos esta vez tener cuidado con el tráfico, puesto que los atropellos nos costarán una buena parte de nuestra energía, y por supuesto al igual que en el juego protagonizado por Ichiban, podremos jugar en la ciudad de Yokohama además de movernos por la clásica zona de Kamurocho. Videojuegos, con una Master System completamente funcional en nuestro apartamento y que cuenta de salida con el juego completo de Alex Kidd In a Miracle World, además de muchos otros que encontraremos durante nuestra aventura, dardos, baseball, citas y otro buen puñado de actividades y misiones secundarias serán lo que ocupen las horas en las que Yagami se tome un descanso en sus quehaceres diarios.
Si hemos dicho antes que su historia es uno de los grandes pilares en los que se asienta el éxito de esta serie, sus misiones secundarias, en muchos casos tan interesantes como las principales y la recompensa que se te da al explorar su mundo abierto son la otra pata sobre la que se apoya toda la saga, incluyendo Yakuza, y Lost Judgment no es una excepción. Explorar cada rincón de Kamurocho y Yokohama, entrar en todas las tiendas, probar todas las comidas y bebidas, conocer a todos los personajes secundarios y resolver todos los casos menores que se nos presentan, jugar a todos los videojuegos, combatir contra los pandilleros que pueblan las calles, y en definitiva vivir la vida que Ryo Ga Gotoku Studio nos ofrece es como mínimo igual de atractivo que resolver la trama principal, que no es poco.
Quizá se pueda acusar a Lost Judgment, y a toda la saga en general de evolucionar muy despacio. Si lo comparamos con otros sandbox más grandes es cierto que cada entrega presenta pocas novedades respecto a los juegos publicados anteriormente. Ryo Ga Gotoku Studios lo sabe, y es muy probable que por eso la rama principal, la saga Yakuza, haya tomado un camino distinto en pos de la exploración de nuevas sensaciones. Pero tampoco han querido dejar atrás la jugabilidad más tradicional, aderezada con las exploraciones y el toque detectivesco que añade esta nueva ramificación. Seguro que en los años venideros ambas series nos van a dar muchas horas de alegría. Judgment ya lo ha hecho. Lost Judgment lo está haciendo, y es seguro que tanto la serie Yakuza como esta irán aprendiendo una de la otra para dejarnos a sus seguidores con tan buen sabor de boca como lo ha hecho el juego que nos ocupa hoy. Una continuación más que digna que esperamos sirva para asentar la serie fuera del territorio nipón.