El frío se acerca poco a poco a medida que nos acercamos al invierno y eso es algo que podremos sentir a través de la pantalla al jugar a la segunda expansión de Pokémon Espada y Escudo y adentrarnos así en el gélido territorio de Las Nieves de la Corona. Ya se encuentra disponible y, tras jugarlo en profundidad, os traemos nuestro análisis detallado en el que resolvemos la duda que muchos tendréis: ¿merece la pena el pack de expansiones para la última entrega de la franquicia Pokémon? Si bien con La Isla de la Armadura podíamos tener alguna duda al resolver esta pregunta, en el momento de ver aparecer “FIN” en la pantalla al terminar este segundo gran contenido se despejan todas las incógnitas: sí, merece la pena, y aquí os explicamos el porqué.
Si en la primera expansión viajábamos hasta la Isla de la Armadura, situada en la zona noreste de Galar, en Las Nieves de la Corona tomamos el ferrocarril para ir al sur y descubrir una nueva región abierta y helada, que despierta nuestra sed de aventuras desde que ponemos un primer pie sobre la nieve. Se trata de un territorio vetusto y un tanto olvidado con el paso de los años, dónde apenas podemos encontrar un pequeño poblado habitado por algunos ancianos y visitado por excursionistas con el mismo afán aventurero que nosotros.
Allí, al llegar a la Villa Helada, descubrimos la leyenda del Rey de las Cosechas, un Pokémon legendario al que antaño se veneró pero que poco a poco fue olvidado. Partiendo de esta premisa general, un tanto deprimente, iremos desentrañando poco a poco esas fábulas junto a un carismático compañero de aventuras llamado Peony, cuya hija no comparte su entusiasmo. De esta forma, acabaremos por encontrar el calor que faltaba en este lugar y, a pesar de no cambiar las cosas de forma significativa con nuestro paso, sí que notaremos que hemos ayudado a los locales y sus cosechas a prosperar, además de a un Pokémon legendario a recuperar su antigua gloria.
Hacía ya mucho tiempo que los jugadores de Pokémon queríamos poder jugar una historia interesante relacionada con un legendario a la altura de las expectativas. Con Calyrex lo han logrado. A pesar de que su diseño pueda dividir opiniones, el hecho de poder escoger entre dos monturas diferentes (Glacier, de hielo, y Spectrier, de tipo fantasma), además de comunicarnos directamente con él para poder entablar una serie de ricas conversaciones, nos acabará por conquistar y el capturarlo con tal de que pueda acompañarnos en nuestra aventura será algo primordial en nuestra lista de misiones principales.
Calyrex no es el único Pokémon legendario al que podremos atrapar en Las Nieves de la Corona, ni mucho menos. De hecho, esta expansión se caracteriza por añadir más de 40 criaturas legendarias (algunas que conocemos de anteriores generaciones y otras nuevas), por primera vez en Pokémon Espada y Escudo. Tan solo eso ya sería motivo suficiente para adquirir el pack de expansiones, pero el giro llega en el método del que disponemos para atrapar a dichos Pokémon.
Se trata de las llamadas Aventuras Gigamax, las cuales toman el concepto de las incursiones que ya jugamos en la entrega principal y les dotan de una nueva capa de profundidad para convertirlas en una especie de “modo roguelike”. Le otorgamos esta calificación debido a sus características clave. Al embarcarnos en una de estas aventuras no podremos escoger el Pokémon que llevamos, sino que tendrá que ser de préstamo. Podremos ir solos o en compañía de otros tres NPC o jugadores (mediante el modo online) para pasar por una serie de tres enfrentamientos hasta llegar al final, que suele ser un imponente legendario.
La estrategia es un valor importante en las Aventuras Dinamax, ya que podremos ir avanzando a través de distintos caminos en los que nos esperan Pokémon de tipos variados y así, tener en cuenta nuestras debilidades y fortalezas a la par que avanzamos. Si somos derrotamos en batalla volveremos al principio y no tenemos la opción de curar a nuestras criaturas más allá de los momentos en los que nos encontramos con una científica (que nos ofrece cambiar de Pokémon o un objeto para equipárselo) o montones de bayas curativas.
Por todo ello, se puede considerar una especie de roguelike sencillo gracias al cual lograremos aumentar nuestra colección de Pokémon legendarios poco a poco. Con ello también se incentiva al intercambio y conexión con otros jugadores, ya que hay algunos que son exclusivos de una de las dos ediciones: Espada o Escudo.
Las Nieves de la Corona funciona muy bien como expansión para cerrar el pack que incluye ésta y La Isla de la Armadura. No debemos empezarlo esperando encontrar algo demasiado revolucionario, sino una extensión del contenido que (tal vez) ya debería haber estado presente de base en Espada y Escudo. Con este segundo DLC se abre la puerta a la llegada de un buen puñado de legendarios, tanto conocidos como por conocer, y se añade un interesante nuevo modo para atraparlos.
Más allá de lo meramente jugable, lo que nos ha gustado de Las Nieves de la Corona es el hecho de que al jugarlo hemos sentido que Game Freak está volviendo poco a poco a la senda correcta y a la forma de hacer las cosas de la que nos enamoramos tantos años atrás, cuando éramos niños y niñas ilusionados con un juego de Pokémon entre manos. El futuro de la saga es prometedor y, ¿quién sabe?, tal vez el siguiente Pokémon sea enteramente de mundo abierto y nos sorprenda para bien, enamorando a los nostálgicos jugadores y dando la bienvenida a otros muchos a un universo apasionante y en constante crecimiento.