Lara Croft nos enseña su mejor cara en el nuevo Rise of the Tomb Rider

Marcos A. (@emeanton) 01/02/2016 12:59

Si el juego de 2013 era lo mejor que habíamos visto de Lara Croft en su larga vida digital, Rise of the Tomb Raider ha conseguido superar a su predecesor. El nuevo Tomb Raider no solo es un juego de aventuras y acción; Square Enix ha sabido hacer un juego de supervivencia con gran libertad de acción. Si bien no es un título de mundo abierto, nuestros pasos no estarán tan guiados como en aventuras anteriores y creeremos estar, por momentos, en un juego muy rolero con gran capacidad de exploración. Nominado al mejor juego de acción y aventuras en los Game Awards, el nuevo Tomb Raider llega con un apartado gráfico deslumbrante, fruto de una exclusiva tecnología VXAO desarrollada en colaboración con NVIDIA.

En busca de la inmortalidad

La documentación legada por su padre lleva a Lara hasta Siria en esta nueva aventura. Allí, en plena guerra, descubriremos con ella los misterios que nos llevarán a la verdadera búsqueda: la fuente de la vida eterna. El viaje nos llevará a una de las regiones más remotas de Siberia, pero no estaremos solos. Nos siguen los pasos y Lara se ha convertido en un elemento incómodo para ellos. Así arranca una historia con tintes de thriller cinematográfico que nos llevará a vivir numerosos contratiempos mientras recopilamos reliquias históricas.

Tras la primera misión en Siria, que no deja de ser un viaje guiado donde tendremos que correr, saltar y resolver un par de puzzles, es cuando el juego muestra todo su pontencial a nivel narrativo y de jugabilidad. Una historia bien redondeada que no se convierte en ningún quebradero de cabeza para quienes solo buscan acción, pero que no se limita a un par de líneas argumentales planas. Durante la historia hos enfrentaremos a pocos QTE, esas secuencias interactivas tipo Final Fantasy que tanto desesperan a algunos jugadores; los pocos que incluye están bien justificados y otorgan dinamismo a algunos momentos.

Cabe destacar la gran capacidad de exploración que tiene el juego y que amplía las horas que podremos pasar ante él. Lo positivo es que esa capacidad exploratoria es opcional: podremos dedicarnos a vagar por los bosques cumpliendo misiones secundarias o ir al grano y seguir la aventura de forma lineal. Mención especial para el sistema de creación de objetos y armas o 'crafting' que se ha implementado. Podremos y tendremos que recoger recursos y cazar animales para poder fabricar ciertos útiles o armas que nos ayuden a avanzar, enriqueciendo la jugabilidad del título. También tendremos un sistema de progresión rolero, con aumento de experiencia y puntos de habilidades que podremos repartir a nuestro gusto, en función del tipo de Lara que queramos jugar.

La nueva Lara

Nunca fui un gran fan de Lara Croft. Aquellas curvas poligonales de sus inicios y su perfil de amazona invencible atrajeron a muchos jugadores a la saga, pero consiguieron que otros muchos nos quedáramos con una imagen que nos predisponía a no tomarnos en serio las nuevas entregas de Tomb Raider. Entonces llegó la nueva Lara: la joven aventurera que siempre debió ser. Un personaje tenaz, cercano y actual con el que somos capaces de empatizar. Desde las primeras escenas descubriremos que está obsesionada por el legado de su padre y que es un personaje con un bagaje a sus espaldas. En The Rise of the Tomb Raider estamos, sin duda, ante la mejor Lara Croft de toda la saga.

Con la nueva Lara no solo se acabó el culote ajustado y la camiseta de talla ridícula; de la misma manera que el personaje gana en vestuario, tenemos a una Lara mucho más rica y profunda, sensible, reflexiva, que pasa frío si se abandona en la nieve y que sangra si se cae por un barranco. Pero no nos engañemos, no han convertido a Lara en un personaje dócil necesitado de protección. En esta entrega es, quizás, mucho más agresiva en sus acciones y segura de sí misma a la hora de tomar decisiones. No nos olvidemos de que estamos ante un juego de acción y sí, moriremos un par de veces, pero seremos capaces de acabar con un ejército entero. Nadie ha dicho que Lara Croft sea real.

Los gráficos: una relación de amor odio

Vivimos en el mundo de las gráficas, el full HD y el 4K; los saltos al vacío, las explosiones y los disparos hiperrealistas. Rise of the Tomb Raider no se ha podido resistir a esa orgía de luces y fuegos artificiales delante de la pantalla. Y es que parece que hoy en día no puede existir un 'blockbuster' si no necesitamos una GTX de alta gama para jugar. En su favor hay que decir que el juego se presta a ello, pero hay escenas que son tan excesivas que los gráficos se escapan a los sentidos y no podemos hacer otra cosa que avanzar como si un juego de plataformas de hace 10 años se tratase.

El juego es espectacular, sí, pero a veces ese hiperrealismo hace saltar la liebre y nos aleja completamente de la historia. Jugado en un equipo de alta gama vemos que el juego no es perfecto a nivel gráfico y que muchos fondos nos recuerdan a los cromas excesivos del cine y que nos sobran muchas cosas. Demasiados brillos, demasiados reflejos sobre el cuerpo de Lara en muchos momentos. Hay cinemáticas espectaculares, sí, pero quizás también excesivas, sobre todo al principio, cuando empezamos el juego y lo único que queremos es jugar. Un mal extendido en muchos de los juegos actuales, demasiado ambiciosos para impresionar con sus gráficos desde el minuto uno.

Destacada la parte negativa (y completamente subjetiva), hay que mencionar los puntos fuertes a nivel visual. Rise of the Tomb Raider es completamente estable. En ningún momento echaremos de menos un fotograma ni sufriremos una ralentización. Los personajes están bien construidos; las texturas y las animaciones están muy logradas y, si bien en los secundarios parece que el detalle es mejor, Lara es casi perfecta. El juego es más cinematográfico que muchas de las escenas protagonizadas por Angelina Jolie, y los movimientos 'in game' muy logrados. Eso sí, en ocasiones un poco repetitivos. Lara se llenará de barro, se hará heridas, destrozará las botas y despellejará animales, pero si nos damos un chapuzón tendrá que escurrirse el agua de la coleta. Y parece que solo diseñaron un movimiento para algo que, la primera vez que lo vemos, nos sorprende, pero cuando caemos seis veces en la misma charca durante un puzzle que no conseguimos solucionar, acabaremos un poco hartos.

Conclusiones

Rise of the Tomb Raider es el resultado de la mezcla de muchos géneros con un cambio de rumbo vital en una saga emblemática. Si la anterior entrega fue un experimento, la nueva Lara se consolida en este juegazo de aventuras que tantea con los títulos de mundo abierto. Gráficamente impecable, salvando algunas deficiencias por exceso, y narrativamente atractivo, estamos ante el que posiblemente sea el mejor Tomb Raider de la franquicia. Abrumador al principio para jugadores poco ambiciosos o aficionados a las aventuras lineales, el juego nos ofrece la posibilidad de ir por la vía rápida o disfrutar con el sistema de creación de objetos, progresión de habilidades y misiones secundarias. Un imprescindible en tu colección, un soplo de aire fresco para la saga y una gran forma de aterrizar en ella si nunca antes has jugado a un Tomb Raider.