PlayStation 4 tuvo el “deshonor” de ser la primera consola de sobremesa de Sony sin una entrega numerada de Gran Turismo, su saga estrella. En lugar de esto, en 2017 se lanzó Gran Turismo Sport, un título notable, pero excesivamente orientado al online. Polyphony Digital hizo caso a las críticas e introdujo algunos modos offline más (aunque se requería de conexión igualmente), pero el daño ya estaba hecho y Gran Turismo Sport pasó sin pena ni gloria por la historia de la saga (aunque he de decir que, personalmente, me pareció una entrega más que notable, siempre que se entienda su cometido).
Así, es obvio que Sony no quería que se repitieran errores pasados, y poco después del lanzamiento de PlayStation 5 ya tenemos aquí la primera entrega numerada desde 2013 (cuando se lanzó Gran Turismo 6 en PlayStation 3). Una entrega que, además, llega sin retrasos (la única fecha oficial fue el 4 de marzo) y ni tan siquiera ha hecho falta un “Prologue” para calmar las ansias de los fans. No te reconozco Kazunori Yamauchi.
Desde los primeros vídeos y anuncios ya pudimos notar que Gran Turismo 7 quería volver a sus orígenes con elementos clásicos de la saga y, por supuesto, un modo para un jugador a la altura. Después de una introducción en la que veremos un recorrido por la historia del automóvil, comenzaremos con un rally de música, una de las novedades de Gran Turismo 7. Aquí, el objetivo será correr y superar puntos de control a lo Outrun mientras escuchamos alguna de las melodías que incluye el juego. Por suerte, pronto podremos acceder a lo verdaderamente importante: el mapa del mundo.
En Gran Turismo 7 no hay distinción entre modo Arcade o modo Gran Turismo, ya que prácticamente todo el juego se desarrolla en el mapa del mundo. En este mapa encontramos las distintas opciones que tenemos dentro del juego, que no son pocas, aunque para tenerlas todas habrá que esperar, ya que las ubicaciones se van desbloqueando de forma progresiva. En nuestras primeras horas en el juego tendremos dos puntos importantes: circuitos del mundo y el Gran Turismo Café.
Todas las ubicaciones de Gran Turismo 7 tendrán a alguien con quien charlar, que será el encargado de explicarnos los detalles de la ubicación en cuestión y, en ocasiones, de guiarnos hasta el siguiente punto. Especialmente para esto último tenemos la cafetería, donde conoceremos a Luca. A pesar de su nombre, aquí no sirven café, sino que tendremos acceso a los libros de menú, unos encargos que harán las veces de pequeñas misiones con las que podremos ganar vehículos, créditos y, además, conocer todo lo que Gran Turismo 7 nos puede ofrecer. Realmente, y aunque oficialmente no lo sea, estos menús se pueden considerar como el tutorial del juego. El grueso de los menús consistirá en ir a los circuitos del mundo y ganar determinadas pruebas para recibir coches de bonificación necesarios para completar el menú. Podemos comprar los coches con créditos, pero lo divertido, lógicamente, es ganarlos.
Estos menús no son aleatorios, ya que tienen un objetivo concreto. Todos los menús de colecciones de coches requieren 3 vehículos, que suelen estar relacionados. Tenemos de varios tipos, como coches de rally de los 90, deportivos japoneses, una serie sobre el Mustang. Al completarlo, además de recibir alguna recompensa (que puede ser un vale de la ruleta para abrir en nuestro garaje en forma de sorteo), veremos una breve secuencia con una explicación sobre la historia de los vehículos. Cuando veamos la primera, empezaremos a ser conscientes del grado de “amor” por los coches que Gran Turismo 7 destila en cada línea de su código.
Además, en la propia cafetería nos encontraremos también a Chris, que nos dará más detalles acerca de la historia del vehículo o invitados de lujo como Tom Matano, un diseñador que ha trabajado, entre otros, en general Motors y en Mazda, siendo responsable del diseño del exitoso Mazda MX-5, que nos dará algunas nociones sobre el diseño del coche que tengamos seleccionado. La selección de los libros de menú es de lo más acertada, haciendo un repaso por verdaderas joyas que marcaron una época o que lo siguen marcando.
Más allá de los menús sobre vehículos, tendremos menús con campeonatos que ganar y otros, como hemos comentado, que harán las veces de tutorial. Por ejemplo, ir a Scapes y hacer una foto al vehículo o uno de los momentos estelares del juego: simplemente ir a GT Auto… ¡y lavar el coche! Sí, el lavado de coches ha vuelto, así que ya sí podemos decir que estamos ante un Gran Turismo con todas las de la ley. ¿Podríamos haber lavado nuestro coche antes de que nos saliera el menú? Pues realmente no, porque además del “tutorial”, los menús nos darán la oportunidad de avanzar e ir desbloqueando las distintas opciones del mapa, y no son pocas.
La otra opción principal que hemos comentado son los circuitos del mundo. Aquí es donde tendremos todos los circuitos del juego, divididos entre Europa, América y Asia/Oceanía. Para correr habrá que seleccionar un circuito, y ahí tendremos los diferentes campeonatos asociados (por supuesto, con la Copa Clubman y la Copa Sunday presentes) y las distintas opciones para correr en el circuito fuera del copas (opciones de las que hablaremos más adelante).
Al igual que con los iconos del mapa del juego, de primeras no tendremos todos los circuitos disponibles, ya que éstos se irán desbloqueando conforme avancemos en el juego. Si tenemos algún menú sobre vehículos activo, veremos una marca en los circuitos que tienen alguna prueba con la que ganar alguno de los coches requeridos por el menú. Además, en esta misma pantalla, además del menú de circuitos tendremos los campeonatos, que, de nuevo, se desbloquearán como parte de algún menú.
Realmente los menús son los que marcan la evolución del juego. De primeras es un modo muy agradable de ir entendiendo el mundo de Gran Turismo y metiéndonos de lleno en él. Las explicaciones sobre los coches son muy atractivas e interesantes y los retos nos ayudan a conocer a fondo el juego. Los jugadores han cambiado mucho desde 2013, y es evidente que en Polyphony Digital lo saben. Después de un intento por adaptarse a los “nuevos tiempos” con un juego principalmente online, la vuelta a los orígenes era un secreto a voces, pero, quizá por este cambio en los jugadores, el estudio se ha preocupado mucho de que los nuevos jugadores de la saga no se pierdan entre tantas opciones y tengan un avance progresivo.
Esto, que a priori parece una buena idea, se acaba haciendo algo tedioso, ya que la sensación de que estamos en un tutorial se mantiene durante excesivas horas y se echa en falta más libertad. Desbloquear todas las ubicaciones del mapa del mundo nos llevará algunas horas, y eso incluye Scapes e incluso los modos online, pero desbloquear los circuitos nos llevará bastante más. ¿Hay ganas de correr en Spa-Francorchamps? Pues ya os adelantamos que toca echar bastantes horas y muchos libros de menú antes de poder correr ahí (veremos, por cierto, si el circuito se actualiza próximamente con las obras que se están realizando actualmente en él).
Llega un momento en que, a pesar de lo atractivo de los menús con colecciones, tan solo queremos avanzar y desbloquear algunos circuitos nuevos y no repetir pruebas en los mismos. ¿Realmente era necesario un progreso tan lento? Eso sí, una vez completados los menús y vistos los créditos del juego podremos seguir ganando campeonatos o carreras (incluso se desbloquearán algunos eventos con una dificultad más alta), aunque debido a la estructura del mapa queda algo descafeinado.
Las carreras tienen una dificultad ajustable, aunque solo en 3 niveles. Eso sí, como siempre en la saga podemos jugarlo como si de un RPG se tratara. ¿La carrera resulta muy difícil? Pues compramos piezas para mejorar el coche y arrasamos. También está la opción de bajar dificultad para ahorrarnos unos créditos, pero nosotros no os lo hemos dicho (además, las recompensas no varían al subir dificultad) o, claro está, la apuesta ideal de dejar el coche en un rendimiento igualado al resto y ganarles en la pista. Eso sí, el formato sigue siendo el mismo que en otros Gran Turismo: salida lanzada desde el último puesto, y a remontar.
Se sigue echando de menos una salida estándar desde parrilla (que si está disponible si configuramos una carrera personalizada) y algún sistema de clasificación para que la emoción de las carreras no se base únicamente en tener que remontar 16 coches en 3 vueltas, algo inimaginable en carreras de turismos, conocidas por ser una de las categorías más igualadas. La IA intenta poner de su parte para que las carreras sean de lo más divertidas, y decimos “intenta” ya que en la dificultad más alta son muy rápidos, e incluso hemos visto algunos errores “humanos” que nos han encantado (como algún latigazo al acelerar o incluso salidas de pista), pero, por otro lado, en duelos 1 a 1 sigue sin tener muy en cuenta nuestra posición a veces, lo que da lugar a accidentes totalmente evitables si la IA fuera más consciente de nuestra posición. Hace unas semanas Sony presentó Gran Turismo Sophy, una nueva IA que, prometen, será capaz de retar a los jugadores más exigentes. ¿Será una realidad? Esperemos que sí, aunque de momento no está disponible y nos toca conformarnos con la IA estándar.
Si queremos “relajarnos” entre tanto torneo siempre tenemos opción a correr una carrera más o menos simple dentro de cada circuito. Y decimos “más o menos”, ya que las opciones son muy variadas. Por supuesto, podemos crear una carrera personalizada, seleccionando las opciones a nuestro gusto, ya que podemos ajustar la duración, penalizaciones, el número de rivales, el consumo de combustible y, por fin, la climatología, ya que ahora es dinámica (aunque no es posible correr con lluvia en todos los circuitos, ojo). Para esto, podemos ajustar la probabilidad de lluvia y así “jugar” con la emoción de no saber si nos encontraremos la pista mojada en algún momento de la carrera. Además, podemos ajustar también la hora de inicio y la velocidad del tiempo. ¿Qué tal una carrera de noche con lluvia que va variando en intensidad durante la carrera? Desde luego es todo un reto (que nos encontramos en algún menú, por cierto).
Si no queremos tanta complicación, podemos optar por las carreras arcade, en las que seleccionar alguna de las opciones predefinidas (a las 13:45h con lluvia, por ejemplo) y correr en busca de créditos. Como siempre, a más dificultad, más créditos, al menos en las carreras personalizadas, ya que, como hemos comentado, el cambio de dificultad en las carreras “oficiales” de los torneos no afecta a los premios. No podía faltar la opción de contrarreloj para luchar contra el eterno enemigo invisible, como es el tiempo.
En esta entrega, además, contamos con pruebas de derrapes en prácticamente todos los circuitos (recomendamos ir a la tienda de modificaciones y adaptar el coche, eso sí) y una opción de lo más interesante llamada “Experiencia en circuitos”. Aquí, tendremos que superar los diversos sectores del circuito mientras aprendemos las curvas y recibimos consejos para ser lo más rápidos posibles para, finalmente, atrevernos con una vuelta de ataque al circuito completo. Si llegamos al oro, tendremos recompensa en forma de créditos y, claro está, en reconocimiento, ya que contamos con clasificaciones online.
¿Esto último os recuerda a algo? Sí, las míticas licencias de Gran Turismo están de vuelta. El Centro de licencias cuenta con 5 licencias clásicas, con 9 pruebas previas que dan acceso al examen final. Las licencias son imprescindibles para entrar a algunos eventos, aunque menos en otros juegos de la saga, ya que para ver los créditos del juego apenas nos han hecho falta 2 de las 5. Las pruebas, como siempre, tienen 3 medallas posibles. El bronce es asequible, pero el oro, especialmente en niveles más avanzados, nos hará sudar de lo lindo. ¿Merece la pena el sufrimiento? Solo hay que decir que hay marcadores online, más créditos para las medalla superior y un vehículo extra si completamos todos los eventos de la licencia con oro.
Si queremos más retos tenemos además la sección Misiones, una sección “recuperada” directamente de Gran Turismo 4, donde tenemos diversas pruebas de lo más variadas. De primeras tendremos algunas pruebas de adelantamientos. ¿Queremos el oro? Pues toca adelantar a todos y llegar en primera posición. Simple, ¿no? Por supuesto, no todas las misiones serán tan fáciles, ya que, conforme avancemos, veremos retos más complejos, como misiones de derrapes, desafíos ecológicos (donde nos tocará controlar los mapas de combustible), pruebas de rebufo o incluso de resistencia. Las misiones son de lo más variado, y suponen todo un reto. Si completamos una serie, además, obtendremos un vehículo de bonificación y, si lo hacemos en oro, otro más. Esta sección resulta todo un acierto y un soplo de aire fresco entre tanto empacho de menús. Por supuesto, las series de misiones no están desbloqueadas desde un inicio, aunque aquí no hará falta completar menús para desbloquearlas, sino mejorar nuestro nivel de coleccionista.
El nivel de coleccionista de Gran Turismo 7 marca el nivel de nuestros coches. Cada coche que compremos o recibamos como bonificación hará que éste aumente. Por supuesto, un coche de mayor rareza (o precio) nos reportará más puntos de coleccionismo. Al llegar a una determinada cantidad este nivel irá aumentando y tocará ir a por el siguiente.
Este nivel quizá nos sirva, además, para fardar con otros jugadores, ya que aparece en nuestro perfil de piloto, aunque si realmente queremos enfrentarnos a otros jugadores hay mejores opciones, como el modo Sport. Este modo viene directamente de Gran Turismo Sport, y tan directamente que incluso se importará nuestra clasificación de piloto y de deportividad. El funcionamiento es el mismo. Tendremos una serie de carreras programadas a lo largo del día, en las que podemos unirnos previamente para marcar un tiempo de vuelta.
El juego nos emparejará con jugadores que tengan un tiempo de vuelta similar, pero además que tengan una clasificación de piloto y de deportividad similar. Es decir, si un jugador quiere jugar al kamikace Gran Turismo 7 lo acepta, pero lo emparejará con jugadores que busquen lo mismo. Así, se produce una diferenciación que da lugar, por lo general, a carreras limpias (siempre que nosotros como pilotos juguemos limpio) y emocionantes, al tener rivales de un nivel similar. El sistema ya era una delicia en Gran Turismo Sport, y aquí sigue presente, a pesar de que se vuelven a echar de menos carreras más largas. Más allá de eso tenemos las clásicas salas multijugador, donde crear o unirnos a una sala personalizadas y los puntos de encuentro, que estarán disponibles en algunos circuitos y que nos servirán para dar unas vueltas con otros jugadores y, claro está, fardar de coche.
Llevamos mucho hablando sobre Gran Turismo 7, pero hasta ahora no hemos mencionado absolutamente nada sobre lo que, a priori, debería ser lo más importante en un juego de este tipo: la conducción. El subtítulo de la saga siempre ha sido “The Real Driving Simulator”, aunque ya hace tiempo que, por suerte, este subtítulo no le hace justicia. Por suerte para la mayoría de jugadores, el juego no es un simulador puro.
Polyphony Digital ha sabido crear un manejo marca de la casa (algo similar a Codemasters) que incluye lo mejor de los simuladores y lo mejor de los arcades. La conducción es muy suave, los coches responden de forma correcta en todo momento. Los movimientos de los coches están recreados a la perfección y notamos el peso y las inercias al conducir. El motor físico da la talla en todo momento. No está a la altura de los grandes simuladores de PC, pero tampoco es un objetivo ni es lo que desea el público al que va dirigido el juego. El jugador de Gran Turismo 7 quiere ver la belleza de las carreras en cada curva o en cada bache, y eso está recreado a la perfección.
Es relativamente fácil ir rápido en el juego (o, al menos, no ir lento), algo que, por lo general, no es nada fácil en simuladores puros, pero eso no quiere decir que el juego sea un paseo, ya que ajustar trazadas, frenar en el punto exacto o calcular el momento ideal para un adelantamiento no lo hace el motor físico, sino las manos del jugador. Con lluvia, la cosa se complica, más cuanto más agua haya en la pista. Es algo que nos ha encantado, ya que notamos a la perfección cuando la pista está completamente mojada (los tiempos subirán, y mucho) e incluso cuando se empieza a secar, siendo incluso visible el carril en el asfalto.
No hay duda de que Gran Turismo nació pensado para jugarse con mando también (y estoy seguro de que el porcentaje de jugadores con mando es infinitamente mayor) y eso se nota en cada entrega, con un control perfectamente adaptado al mando. Eso sí, no contéis con muchas “florituras” con el Dualsense, ya que finalmente se ha quedado en una vibración y algo de resistencia en los gatillos al frenar o al acelerar si nos pasamos de la raya. Por supuesto, Gran Turismo 7 puede ser disfrutado con volante y no hay duda de que es la opción ideal. El Force Feedback está bien implementado, al menos en la pista, ya que hemos echado de menos más detalle de la pista fuera de ella. Pianos, césped… son inapreciables con volante (mucho mejor implementado con mando). Por otra parte, el mayor recorrido permite una lógica con mayor precisión, que se agradece especialmente en curvas rápidas y más si tenemos un coche con una trasera inestable.
Más allá del control, lo que da realismo a un título de conducción es su apartado gráfico. Gran Turismo 7 es intergeneracional, y realmente es algo que se nota cuando estamos jugando. Si venimos de Gran Turismo Sport no encontraremos excesivas novedades, incluso si jugamos en PlayStation 5. El modelado de los coches es excelente, como no podía ser de otra forma en la saga, aunque como suele ser también habitual, tienen un acabado algo “plástico” en ocasiones.
El interior está totalmente detallado, incluyendo la interfaz propia de cada uno. Por otra parte, los circuitos están bien recreados, aunque a un nivel inferior al de los coches. Una de las debilidades históricas de la saga es lo perfecto y limpio que es todo y es algo que repite aquí. Se echan de menos algunas imperfecciones en asfalto, edificios o incluso coches (sí, seguimos sin un sistema de daños decente). Los efectos climatológicos están a buen nivel, aunque lejos de otros títulos como Project CARS o incluso el malogrado Driveclub.
Además, jugando con la cámara en tercera persona da la sensación de que el coche flota en exceso por la pista (además, esta cámara por defecto es demasiado rígida, pero se puede ajustar). Por su parte, el ciclo día-noche cumple a la perfección, apoyado en el buen motor de iluminación del juego. En PlayStation 5 tenemos dos modos de juego, uno para priorizar fps y otro para priorizar trazado de rayos (aunque no estará disponible cuando el tiempo de respuesta sea importante). No hemos notado excesiva diferencia entre ambos y en un juego así los 60fps deberían ser innegociables.
Los sonidos de los vehículos están bien recreados, aunque se echa en falta algo más de contundencia, especialmente en los vehículos más potentes y la banda sonora pues… es una banda sonora de Gran Turismo. Mayoría de temas de artistas japoneses desconocidos mezclados con algún tema decente… y mucha música clásica… incluso en remix. Teniendo posibilidad de usar Spotify en la consola… es la opción más recomendada, o incluso apagar la música, al menos en carrera (en los menús, la música “con clase” no desentona en exceso).
Si queremos apreciar el excelente modelado de los vehículos siempre podemos ir a Scapes (el modo foto), que ya se ha convertido en un fijo en la saga. Aquí tenemos más de 2500 escenarios diferentes donde sacar al artista que llevamos dentro. Las opciones son casi infinitas y contamos con opciones profesionales para ajustar cualquier parámetro, aunque siempre nos queda el “comodín” de aplicar alguno de los efectos incluídos. Los nuevos jugadores pueden pensar que Scapes es un modo secundario dentro del juego, pero a poco que sean amantes de los coches no tardarán en pasar horas y horas observando y ajustando los parámetros para dar con la foto perfecta.
Los vehículos del juego están divididos en distintos concesionarios. En Brand Central tendremos el grueso de ellos, concesionarios de cada marca en donde, para la mayoría de ellos, además de ver los coches disponibles, tendremos acceso al canal (con algunos vídeos sobre la marca), el Museo (con una historia de la marca) y a los lugares de Scapes relacionados. Toda una enciclopedia sobre los coches que hará las delicias de los que quieran conocer hasta el último detalle sobre ellos.
Si queremos algo más “humilde” podremos optar por los coches usados, donde encontraremos modelos más antiguos que van rotando día a día. Finalmente, si queremos algo más exclusivo tendremos los coches legendarios, donde encontraremos algunos coches míticos. Una vez adquiridos (lo que nos costará lo suyo, ya que los precios son “realistas” y no es fácil ganar créditos) estarán disponibles en el garaje, donde podemos cambiar de montura, ajustar reglajes o revisar nuestra colección de coches, donde, además, podremos aprender más sobre el vehículo con un texto de lo más interesante sobre su historia, motor, diseño… etc. Todo en Gran Turismo 7 está realizado para verdaderos amantes de los coches y pensado para que éstos disfruten el juego tanto en la pista como fuera de ella.
Todos estos datos están disponibles para cada uno de los más de 400 coches de los que disponemos. Cifra muy similar a la de Gran Turismo Sport ya que, de hecho, la inmensa mayoría de ellos viene directamente de la anterior entrega. Mirando la lista de vehículos, se empiezan a echar en falta más modelos actuales, ya que es difícil encontrar coches que hayan salido al mercado en los últimos 2-3 años. Algo similar ocurre con los circuitos. Tenemos un total de 34 trazados, que básicamente son los de Gran Turismo Sport más Trial Mountain, High Speed Ring, Deep Forest y Daytona. Como siempre, se mezclan trazados reales con ficticios, aunque todos están a buen nivel, y volver a correr en Trial Mountain es un regalo a los jugadores clásicos de la saga. De nuevo, vuelven los circuitos de tierra que, sin duda, no es el punto fuerte del juego, aunque es un añadido interesante.
Finalmente, tenemos también algunas opciones de personalización ya que no solo podemos acudir a GT Auto a lavar el coche, sino que podremos personalizarlo a nuestro gusto, incluyendo un potente editor de diseños con el que crear pequeñas obras de arte. Además del coche, también podemos personalizar nuestro equipo de competición con diferentes cascos y monos. Todas estas opciones de personalización, por supuesto, pueden ser compartidas con otros jugadores a través de exhibición, donde también podremos subir nuestras mejores fotos y observar las de otros jugadores.
Con todo, queda claro que Gran Turismo 7 es lo que debería haber sido Gran Turismo Sport. La vuelta de modo Gran Turismo es un regalo a los fans, aunque Polyphony Digital parece haberse olvidado en parte de ellos (de nosotros) al guiarlo demasiado. Se echa en falta algo más de libertad e incluso más diferenciación entre modos (el menú principal con tan solo “Mapa del mundo” y “Rally de música” queda muy, muy pobre), pero el objetivo sigue siendo el mismo de antaño, y sigue siendo tan divertido como siempre.
Sus múltiples datos sobre los distintos coches harán las delicias de los aficionados. Puede que no tenga el control más realista, ni los mejores gráficos y ni tan siquiera los mejores números, pero Gran Turismo 7 no busca al jugador amante de los juegos de carreras. Gran Turismo 7 busca al amante de los coches, sea o no jugador de videojuegos y, en eso, no hay nadie que lo haga mejor.