Análisis de Ghost of Tsushima: Director's Cut: El camino del Bushido
Analizamos la versión para PS5 del fabuloso videojuego de Suker Punch, que llega con increíbles mejoras y la expansión de la Isla de Iki
Hace poco más de un año Sucker Punch nos trajo una de las maravillas de 2020. Los autores de las sagas Sly o Infamous llevaron a la consola de Sony uno de sus exclusivos más espectaculares. Ghost of Tsushsima se aupó de inmediato a los puestos más altos en todas las listas de mejores juegos del año. Pasado un año de su salida empezaron a escucharse rumores sobre una posible secuela, que finalmente se vieron concretados en la expansión “Isla de Iki, incluída entre otras mejoras en este Director’s Cut que hoy analizamos.
Ya desde el primer vistazo queda claro el esfuerzo que la desarrolladora ha hecho para que esta edición de Ghost of Tsushima parezca algo nuevo. El propio menú de entrada al juego ha sido remozado con un aspecto más sobrio que en la versión original, para que así no tengamos dudas desde los primeros instantes de que estamos ante la versión actualizada. En lo personal me parece que esta sobriedad le sienta estupendamente al estilo general del juego y aunque el estilo del anterior menú era correcto, en este aspecto, y aunque sea algo menor, el juego también mejora. Cabe mencionar también que el fondo del menú, en principio formado por una katana clavada en el suelo, cambia a medida que avanzamos en la historia.
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Por supuesto el juego nos da la opción de recuperar la partida donde la hubiésemos dejado en PS4, lo que hará que quienes se terminasen el juego en esa versión puedan arrancar desde el principio con la nueva expansión. Y digo esto porque, aunque esta esté disponible al completar un par de horas de juego, es muy recomendable que no se acometa este contenido extra hasta haber terminado al menos la historia principal. Esto es por varios motivos, entre ellos que habrá elementos que no podamos desbloquear en la isla de Iki hasta haber realizado ciertas acciones en la isla principal. Sin entrar en spoilers, pero para dejarlo más claro, en Iki podemos encontrar apariencias alternativas para algunas de nuestras armaduras, pero obviamente para conseguirlas tenemos que tener primero en nuestro poder la armadura correspondiente.
Pero si decimos que conviene acabar primero la historia es sobre todo porque, aunque lo que se nos va a contar en nuestro devenir por Iki no se puede considerar spoiler, complementa la historia principal de tal forma que de jugarlo antes de terminarla habrá conversaciones que no encajan bien. Además, el sentimiento que desarrolla nuestro personaje hacia su pasado durante ambos modos complementa muy bien en el orden natural pero no tanto si lo hacemos al revés.
Pero el atractivo de este contenido adicional no reside solo en esa ampliación del modo historia. También cuenta con un buen puñado de añadidos estéticos, entre los que se encuentran las modificaciones de armadura que hemos mencionado antes, nuevos y muy vistosos pañuelos que encontraremos en los nuevos puntos de Haiku que encontraremos en esta parte del mapa e incluso una nueva armadura para nuestro caballo que podremos obtener a medida que avancemos en la historia y que incluso nos dará acceso a una nueva técnica que tiene que ver con nuestro equino amigo.
Además, contamos con nuevos santuarios de animales y una original forma de completarlos en los que tendremos que realizar un minijuego musical donde nuestra flauta pasa a ser protagonista y unos complicados desafíos de arquería que pondrán a prueba nuestra pericia con el arco y las flechas.
A esto le tenemos que sumar los nuevos enemigos, algunos con habilidades únicas. Los chamanes, que por sí sólos no son demasiado difíciles pero que tienen la habilidad de potenciar las características de los enemigos cercanos con sus cánticos religiosos, y los nuevos enemigos capaces de cambiar de arma en mitad del combate. Si jugaste al original, ya sabes que cada tipo de arma enemiga requiere de una postura adecuada para derrotarles con más facilidad, por lo que hacer frente a enemigos que cambian al momento de un arma a otra nos obliga también a nosotros a cambiar de postura, haciendo que los combates ganen dinamismo. En general, el nivel de dificultad de estos sube un punto respecto a los de la isla original.
En lo que respecta al apartado técnico la mejora se deja notar desde el primer momento. Al aumento de resolución o sincronización labial -solo para el idioma japonés- se le suma una suavidad en el movimiento que hace que el juego se mueva en todo momento a sesenta cuadros por segundo, haciendo que la experiencia general mejore mucho, eliminando por completo los tirones incluso en los combates con muchos enemigos en pantalla. La fluidez con la que Jin se mueve por los escenarios, la belleza de estos y la inclusión de nuevas partículas en el viento como pétalos de flor o ascuas encendidas dota a la experiencia de una mejora que aunque no fuera necesaria se agradece mucho.
La versión de PS5, que analizamos en este artículo, cuenta además con tiempos de carga prácticamente inexistentes, tanto como para acceder a la partida desde el menú como para realizar los viajes largos entre puntos que ya hayamos visitado, incluyendo los viajes entre el mapa original y la nueva zona descubierta en esta actualización. Algo que incide directamente en una experiencia más fluida y que es un gran avance respecto a la versión de PS4.
Por supuesto, el nuevo DualSense tiene también parte de culpa en esta mejora sensorial. Casi podemos sentir el viento en nuestras manos cuando caminamos por Tsushima, y por supuesto los enfrentamientos con nuestros enemigos nos harán sentir cada golpe en nuestro mando, variando la intensidad y la zona donde lo recibimos. Por supuesto también cambia la sensación al caminar sobre hojas secas o zonas pantanosas, algo que los poseedores de PS5 ya conocen y que sorprende a los recién llegados. Los gatillos adaptativos también cumplen con su función haciéndonos sentir la creciente tensión de nuestro arco, y combinando la dureza de estos con la ligera vibración que nos advierte que no podemos aguantar más sin soltar la flecha, convierte estos disparos con arco en algo orgánico. Es difícil explicar sin sentirlo, pero se resume en que sabes perfectamente cuanto puedes tensionar la cuerda y cuanto tiempo antes de verte obligado a soltar la flecha.
En definitiva...
Todo esto desemboca en la pregunta clave. ¿Merece la pena esta ampliación? La respuesta general es un rotundo sí. Especialmente si eres poseedor de una Playstation 5. La mejora, que por sí misma no justifica el desembolso, junto con el nuevo contenido en la isla de Iki conforma un conjunto que convierte al ya fantástico Ghost of Tsushima en un juego digno de la generación que acabamos de estrenar, y si lo disfrutaste en su versión PS4 tienes una excusa perfecta para volver a desenvainar tu katana y hacer frente a los nuevos desafíos.
Si dejaste pasar de largo el juego en la generación anterior y te gustan míminamente los juegos de acción estás ante uno de esos juegos que no se te puede escapar. Todas las sensaciones que aporta, su apartado visual, el viento indicándote el camino, zorros, pájaros y luciérnagas diciéndote más o menos sutilmente dónde puedes encontrar secretos y contenido extra, descubrir rincones de belleza pocas veces vista y profundizar en la relación de Jin con su padre y con su tío que ya conocemos son lo que necesitas para volver a Tushima y descubrir la isla de Iki.
Si decíamos al principio que este DLC acallaba los rumores de secuela, después de jugarlo en profundidad estamos deseando que esos rumores vuelvan. Necesitamos más Sakai, más Tushima. Más katanas, y sobre todo, más juegos tan bellos y profundos como este.