Seamos sinceros, tras más de año y medio encerrados, o con nuestra libertad de movimiento coartada, necesitábamos salir y que nos diera el aire. Por eso las últimas semanas han sido un poco más locas de lo que veníamos estando habituados en los últimos tiempos. Sin embargo ha llegado el otoño, y con él, el mal tiempo. Salir a la calle y explorar nuevos entornos se vuelve más complicado, sobre todo al estar acostumbrados a la calidez de nuestros salones.
Pero tenemos una buena noticia. Entre los nubarrones grises del mal tiempo de esta estación emergen rayos de un sol radiante. Ese sol brillante es hoy Microsoft, y sus rayos de luz, que atraviesan la ventana para insuflarte vida también tienen nombre. Hablamos de Forza Horizon 5, el que posiblemente sea el mejor juego de coches de todo 2021, y que lo tiene todo en todos los sentidos.
El sueño húmedo del aficionado a las 4 ruedas
Antes del lanzamiento de cada juego, siempre, las compañías se esfuerzan en destacar las virtudes de cada lanzamiento, siempre poniendo por delante los detalles en los que un título en concreto destaca. Sin embargo, tras haber jugado un buen puñado de horas a Forza Horizon 5 en Xbox Series, no sabríamos que detalles destacar ante el dispendio casi obsceno de excelencia que demuestra el título de Playground Games.
Podemos empezar por los más de 500 vehículos disponibles, seguir por sus profundísimas opciones de personalización de la experiencia, los cientos de pruebas diferentes, o las decenas de opciones disponibles dentro del juego. También es una opción alabar su mundo abierto, repleto de detalles y actividades que hacer (aunque a veces está un poco vacío de tráfico). Sin embargo, aunque todo eso sorprende y maravilla, es lo que cabría esperar de un juego de la serie Forza Horizon. Y es que, al fin y al cabo, esta subsaga se ha convertido con cada entrega en mucho más que un spin-off, para convertirse en la auténtica estrella del firmamento de los juegos de conducción con un toque arcade.
Por eso precisamente se hace complicado destacar un aspecto concreto de Forza Horizon 5, ya que todo lo hace bien, hasta niveles estratosféricos. El control de cada vehículo es distinto, las distintas superficies afectan a su manejo, del mismo modo que el clima cambiante o el ciclo día noche también debe ser tenido en cuenta cuanto te colocas tras el volante de los vehículos que hay en el juego. Es que ni siquiera falla en la representación de cada modelo, que cuentan con una cantidad abusiva de detalles.
¿Recuerdas ese retrovisor un poco incómodo de tu Toyota Supra? Está igual. ¿Y el volante venido del futuro del superbólido de turno? Igual que en los documentales en los que lo viste. Todo está aquí, incluyendo por supuesto, el sonido de los motores, la forma en que se abren las puertas, los colores de los asientos... Como decíamos más arriba, el verdadero sueño húmedo de los fans de las cuatro ruedas.
Pero si me pongo a elegir...
Entre todas las cosas que hacen especial a Forza Horizon 5 me quedo con la absoluta libertad que tenemos para interpretar el juego como queramos. No es solo que podamos elegir dónde ir, y qué prueba hacer, sino que también se nos permite elegir el vehículo con el que correr, e incluso modificar las pruebas a nuestro gusto y compartirlas con la comunidad para hacer al juego aún más nuestro. Aquí me vais a decir muchos, y quizás no os falte razón, que esta libertad siempre ha formado parte del ADN de la serie Forza, pero es que en esta ocasión van mucho más allá, con una miriada de posibilidades a cada paso, más opciones de juego que nunca, y sin olvidarse de uno solo de los detalles que han hecho únicos a esta franquicia, como el gusto por la simulación, con retoques mecánicos profundos para ajustar al máximo el comportamiento de cada vehículo. Y sí, puedes volver a modificar el aspecto de cada coche todo lo que quieras.
De hecho, esta libertad en ocasiones resulta un arma de doble filo, ya que incluso tras varias horas de juego seguirás encontrando pequeños tutoriales y posibilidades que aún no habías explorado, dándote la sensación de que te habías perdido algo por el camino. Sin embargo, puedes estar tranquilo. No te habrás perdido nada, es simplemente que Forza Horizon 5 es un juego gigantesco, que no resta nada a anteriores ediciones de la serie, pero suma capas y capas de sofisticación a un cóctel que con la cuarta entrega ya nos parecía casi perfecto.
Si quieres jugar solo tendrás docenas de horas, con un sistema de temporadas que además renovará el juego cada cierto tiempo. Si lo tuyo es jugar con amigos, la diversión no tiene stop ya que podrás jugar todas las pruebas del juego en modo cooperativo. Y si eres de los que disfrutan de los enfrentamientos directos, a cara de perro contra otros usuarios, ahora es más fácil que nunca meterte en un cara a cara o en una serie de pruebas contra otros conductores. Al fin y al cabo el México de Forza Horizon 5 sigue siendo un mundo compartido, abierto a la interpretación que los jugadores quieran hacer de su propuesta.
México lindo y querido
Pero, ya sabéis que siempre hay un pero, no podíamos continuar con el análisis sin hablar (y alabar) otro de los aspectos claves del juego de Microsoft para Xbox y PC, su representación de México.
El escenario es amplísimo, está repleto de detalles, cuenta con diversos biomas y ofrece una variedad más que loable. Sin embargo, le falta algo de vida. Con ello no nos referimos a que la selva no sea suficientemente densa, o que las construcciones no tengan personalidad, pero sí que echamos de menos más animales, personas e incluso vehículos, moviéndose por las carreteras y entornos que encontraremos en el juego. Hasta cierto punto es lógica la decisión, ya que estamos ante un juego de conducción, y no ante un sandbox que te permita interactuar con transeuntes, pero se echa en falta algo más de vida, más allá de los centros neurálgicos del festival Horizon que sí muestran público. Las bandadas de pájaros en el cielo, el movimiento del follaje, los efectos de partículas o el arrullo del mar están ahí, y sí que contribuyen a que todo en Forza Horizon 5 sea más dinámico, pero siempre querremos más.
De hecho, quizás este sea el único pero que ponemos a esta producción, que no falla en ningún aspecto más. Y es que no hemos encontrado bugs de ningún tipo (algo que no es precisamente habitual en los tiempos que corren), la banda sonora es estelar y los diálogos resultan interesantes (aunque estén solo en inglés, cuando el cuerpo te pide que te hablen en español latino, como mínimo). Diablos, es que hasta la tasa de imágenes por segundo es sólida como una roca, y en Xbox Series X se puede elegir el modo rendimiento para que el juego se mueva a 60 imágenes por segundo... Poesía en movimiento.
En definitiva...
Forza Horizon 5 es tan bueno, que es malo, pero en el mejor de los sentidos. Hace casi todo perfecto, y necesitarán arrancarte el mando de las manos para que quieras volver a la vida real... Esa misma que ahora resulta fría y lluviosa.
Playground Games ha vuelto a rizar el rizo, una vez más, consiguiendo ofrecernos el juego de conducción del año. Un título tan completo que pasarán meses (o más) antes de que otro juego consiga acercarse a los niveles de excelencia técnica o jugable que ofrece esta propuesta.
Dicho esto, me vais a perdonar, que llevo bastante rato tecleando con el mando de Xbox Series en las manos, y los drivatar rivales empiezan a hacérmelas pasar canutas. Sí, amigos, no he conseguido desengancharme del juego ni para escribir este análisis. En resumidas cuentas: si no eres alérgico a los juegos de coches, tienes una parada obligatoria con Forza Horizon 5.