Football Manager es la excusa de cada año para invertir horas y horas delante del ordenador, y con cada nueva entrega la simulación de la realidad es cada vez mayor. Sin ir más lejos, la gran novedad ha llegado de la mano de uno de los sucesos políticos más importantes de los últimos años en la Unión Europea: el brexit. Porque esta vez, el mánager de Sega ha decidido predecir el futuro más allá de lo deportivo y plantear qué podría pasar con las ligas británicas y los jugadores extranjeros que militan en sus equipos.
La sorpresa llega cuando empiezas a recibir noticias del brexit y de la salida de multitud de futbolistas de élite no británicos del United, City, Chelsea y compañía. De repente, Pogba y Agüero abandonan Mánchester y buscan nuevos destinos más allá de la Premier League. Lo peor no es eso, sino que el mercado interno de jugadores ingleses, galeses, irlandeses y escoceses se dispara. Gracias al brexit del 'Football Manager 2017', fichar a un buen goleador inglés con el Manchester City es más caro que hacerte con una estrella a nivel mundial con el Bayern.
Además, el juego ha vuelto a dar un paso adelante con las negociaciones. Los representantes regatean hasta la última cláusula del contrato y un posible fichaje puede no pasar de los titulares de los periódicos del juego (o de las redes sociales) por 'quíteme de ahí esas condiciones y métame ahí unas comisiones'. Lo típico, vaya.
Al menos, los desarrolladores sí que han contemplado que, al aumentar tantas opciones y añadir ese número de mejoras, la carga del juego también puede verse afectada. Se notan ciertas mejoras en el procesamiento y, con un ordenador de gama media y con una base de datos grande, el juego sigue funcionando razonablemente bien. La velocidad no se ve resentida y las opciones de guardado están igual de optimizadas.
¿Y si eres un técnico más de pizarra que de despachos? La interfaz 'lucha' por contener todas las opciones e información que tiene el juego en este apartado. Cada posición y jugador son editables en aras de encontrar el once ideal. Pero, cuidado, que este año las reacciones de tus decisiones por parte de las estrellas del equipo son mucho más complejas. Tan pronto tendrás buenas caras a tu llegada al vestuario, como un enemigo dentro con el que lidiar cada vez que visite el banquillo.
Sin embargo, el punto negro se encuentra justo en este calco de la realidad que intenta llevar al mundo virtual el equipo de desarrollo de 'Football Manager'. Cada año -y en este ya es algo exagerado- tienen menos licencias. Tanto es así que el Betis es el Real Híspalis o el Osasuna es el Atlético Pamplona. Sin escudos o nombres reales, la sensación de simulación se diluye. Afortunadamente, cualquier jugador veterano de 'Football Manager' conoce la comunidad que hay detrás y las posibilidades de ese magnífico editor que se puede compra aparte para solventar esa separación con la realidad. Más horas.
En definitiva, ¿merece la pena otro año más de 'Football Manager? Siempre lo hace. Además, el reto de hacer al Wigan campeón de la Champions en pleno brexit es mucho más difícil ahora que subir a un equipo de LaLiga 123 y coronarlo rey de Europa. Haz hueco en tu agenda porque es un imprescindible en tu biblioteca de Steam.