Análisis de Back 4 Blood: el Left 4 Dead 3 que llevas 10 años esperando
Turtle Rock repite temática, tropos y montones de detalles para devolver a la vida su juego más famoso, con otro título y trucos más propios de 2021
¿El juego cooperativo del año? Afirmativamente sí.
Antes de empezar a hablar de Back 4 Blood, rebobinemos. Nos vamos de vuelta al año 2009, cuando Valve y Turtle Rock lanzaron Left 4 Dead 2. Se trataba de un juego repleto de zombis en el que 4 jugadores se armaban hasta los dientes para superar una serie de escenarios a cada cual más complicado, con la constante amenaza de unos no muertos controlados por una IA diseñada para que la partida sea más intensa que nunca.
Aquel fue un juego de culto, un clásico casi instantáneo, que una década después sigue haciendo que los jugadores suspiren ante cada pequeña pista sobre una tercera entrega de esta serie que Valve parece negarse a continuar.
MÁS
Pero de repente llegó Back 4 Blood, que acaba de lanzarse en PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series y PC de la mano de Warner y los creadores originales de L4D, Turtle Rock. Coinciden temática -los zombis-, la propuesta cooperativa, la IA endemoniada que nos pone las cosas muy difíciles... Por tanto es lícito pensar si esta no es sino la secuela 'no oficial' del juego que nos hizo amar y odiar a los zombis hace una generación y media de consolas.
La respuesta es sí.
Back 4 Blood es todo lo que podía ser Left 4 Dead 3... Y mucho más
La base de esta propuesta ya os la hemos contado, y es lo que resultará familiar a los jugadores de otra generación. Sin embargo sobre ello se añaden incontables capas de sofisticación que sirve para poner al día Back 4 Blood en múltiples frentes, aunque no consiga brillar en todos los frentes.
De entrada, donde Turtle Rock sí que tiene éxito es en cuanto a la jugabilidad, ya que nos encontramos ante un juego sencillo de controlar, pero difícil de dominar. Solo hay que saber apuntar y disparar con precisión para empezar a sobrevivir, y eso es un punto a favor. Sin embargo, solo con eso no sirve para completar la larga (y difícil) campaña que el juego pondrá ante ti.
A lo largo de cada uno de los niveles que componen cada acto encontrarás armas con distintas estadísticas, objetos de ataque y de apoyo, botiquines, accesorios para las armas... Es decir el trajín habitual de este tipo de títulos de acción, a lo que hay que añadir además un puñado de personajes con ligeras diferencias entre ellos, y un mapa cambiante entre partida y partida, sobre todo en términos de posición y número de objetos y enemigos (los escenarios se mantienen, eso sí).
Una mano ganadora
El añadido más importante es el sistema de cartas que se van desbloqueando mientras jugamos, y que te permiten personalizar tu personaje para enfocarlo hacia un estilo de juego determinado. Es casi como un sistema de habilidades tradicional, pero permitiendo cargar sets de posibilidades... Que después podrás sacar al progresar en la aventura eso sí, con cierto matiz de aleatoriedad. Son clave para triunfar en Back 4 Blood, mucho más de lo que podrías esperar, ya que cuando las cosas se ponen difíciles, la especialización y coordinación entre las cartas de cada jugador es la clave para sobrevivir.
Se trata de un concepto simple que en realidad parece mucho más complicado de describir de lo que realmente es, pero parte de la culpa la tienen los sistemas de menús y tutoriales del juego, excesivamente obtusos en ocasiones. En ocasiones sentirás que te sobreexplican ciertos detalles, mientras que otros quedan en el aire y tendrás que interpretarlos tú (como por ejemplo que necesitas completar una 'serie' de actos en la campaña antes de poder seguir progresando si mueres). Se trata de un pequeño problema que llega quizás por las múltiples capas de complejidad del sistema.
Y es que no es solo los zombis, la IA que modifica cada partida, las armas, las habilidades de los personajes, las cartas y su desbloqueo, la suerte... Es que además hay varios modos de juego, crossplay entre plataformas, personalización de la experiencia... Capa tras capa que se añade para conformar una experiencia de lo más interesante y compleja, que además parece capaz de enganchar durante muchas, muchas horas, sobre todo si te gustan los retos.
En el nivel básico de dificultad ya las pasarás canutas. En el medio sufrirás, y mucho, para completar cada acto. El tercer nivel es ya una virguería complicadísima, de esas que hacen lanzar mandos por el aire por desesperación... Y engancha.
Pero no todo podía ser bueno...
Hasta ahora casi todo han sido buenas palabras sobre Back 4 Blood, pero no todo es tan brillante como nos gustaría. De entrada la narrativa es difusa y poco concreta, incluso repetitiva. Los Left 4 Dead originales no se metían en estos charcos, y esta vez Turtle Rock ha querido chapotear en estas aguas, con infructuoso resultado. Al final la historia la conocemos por las charlas entre los protagonistas, aunque en realidad no te importará lo más mínimo lo que cuentan, sino solo los zombis frente a tu mirilla.
De hecho si quieres comprobar de qué va este juego, lo más recomendable es que pruebes el modo para un jugador, que es lo más descafeinado que puedes encontrarte. No es solo que la IA de los compañeros sea floja, sino que además tu progresión no sirve de nada para desbloquear nuevos elementos, por ejemplo, haciendo que pierda sentido. Y es que todo en Back 4 Blood está pensado para que juegues online, aunque ya te avisamos de que te armes de paciencia al hacerlo, ya que las esperas suelen ser el pan de cada día, tanto a la hora de buscar partida, como al esperar que todos los jugadores estén listos.
Hay un modo de juego más, llamado Nube, pero que poco tiene que ver con el cloud gaming, y se trata de una versión competitiva en el que hay jugadores en la piel de los protagonistas, y otros en la de los zombis, luchando ambos para mantenerse con vida el máximo tiempo posible... Mientras una nube tóxica se va cerrando sobre nosotros. Suena entretenido, y lo es, pero no acaba de hacer click.
Otro detalle destacable en lo negativo es que no hay una excesiva variedad de enemigos, aunque cada uno de los tipos de zombis tenga variantes de mayor o menor dificultad. La novedad viene por la aparición de más o menos no muertos en los momentos más tensos, más que por la variedad de estos. Es más, Turtle Rock también se queda corta con los jefes finales, con apenas un par de ellos que aparecen para hacernos sudar tinta. Alguno más le habría venido bien al juego.
El golpe de gracia
Por supuesto, no podíamos acabar este análisis sin hablar de los apartados técnicos y el acabado de Back 4 Blood. Lo cierto es que nos encontramos ante un juego pretendidamente simple en mucho aspectos, pero con mucha personalidad. Los escenarios y personajes no son lo más detallado, ni variado, pero están al servicio de las ingentes oleadas de no muertos para que el motor gráfico no cruja. De hecho, el título se comporta con total estabilidad en todo momento, dejando que la acción sea la protagonista en todo momento.
En términos sonoros encontramos un doblaje de calidad, y una banda sonora algo escasa, pero efectista cuando aparece. Por supuesto, los efectos sonoros son lo importante, y en este sentido cumple con creces.
En definitiva...
Back 4 Blood es el juego que los fans de los juegos cooperativos con zombis llevan 12 años esperando. Es todo lo que hizo especial a Left 4 Dead, y mucho más. Turtle Rock no solo ha cogido la fórmula original de su juego, sino que además le ha añadido elementos modernos para satisfacer incluso a los jugones más exigentes, con el sistema de mazos de cartas como punta de lanza.
El resultado es una propuesta divertida, que ofrece incontables horas de diversión, y con una variedad de situaciones que ya querrían para sí muchas de las grandes producciones del mercado. Es decir, un serio candidato a convertirse en tu juego cooperativo favorito cuando juegues con tus amigos, tengan el sistema de videojuegos que tengan.