Los videojuegos indies son una absoluta caja de sorpresas. Proporcionan experiencias diferentes, innovadoras y arriesgadas, que pueden salir muy bien o justamente lo contrario. Hoy os hablamos de Headland, la nueva producción de Northplay, estudio acostumbrado a traer muchas experiencias de juego cargadas de diversión y mecánicas muy diferentes.
Si dijéramos nombres probablemente pocos o prácticamente ninguno os sonará, dado que han dedicado una parte de sus desarrollos a los mercados móviles de iOS y Android. La franquicia Conduct con entregas como Conduct Deluxe!, Conduct Ar! o Conduct Together!, este último lanzado en Nintendo Switch, son apuestas por simulaciones a pequeña escala. Por otra parte, Planet Life o Fly Together apuestan por la vida planetaria y manejar aviones de todo tipo respectivamente.
Hoy nos pondremos en otra tesitura, un concepto de juego diferente a lo mencionado anteriormente y que pretende indagar en la imaginación, destinado sobre todo a los más pequeños de la casa con fases de plataformas y aventura de gran sencillez y sobre todo mucho colorido. A pesar de ser un videojuego cuya concepción haya sido destinado a un público infantil no quita que aquellos más adultos puedan pasarlo en grande explorando este mundo, cargado de desternillantes diálogos y momentos que sacarán más de una carcajada además de proporcionar coleccionables y secretos que descubrir.
Pero primero centrémonos en su trama argumental donde encarnaremos a Nor, un joven que tiene la misión de salvar el mundo de Headland. Lo que a priori parece una historia más que explotada y utilizada en el mundo de los videojuegos se torna en toda una odisea donde se debe reconstruir la imaginación. Así es, esta ha sido destrozada y la principal misión será explorar y buscar la forma de restaurarla tal y como se encontraba. Esto llevará a Nor a recorrer múltiples fases donde conocer a personajes estrafalarios, luchar contra otros habitantes no tan amistosos y fomentar la exploración.
Como buen héroe que se tercie se portará una espada donde atacar a diestro y siniestro a todo bicho viviente que se tope por tu camino. Hay secuencias en las que la acción estará a la orden del día, donde arrasar con todo tipo de criaturas y monstruos. Eso sí, recordamos que estamos ante un título para un público juvenil, por lo que los enemigos cuentan con simpáticos diseños, rozando lo visto en dibujos animados y siendo muy vistosos. Como es habitual, encontraremos seres esparcidos por todo el mundo que contarán con sus puntos débiles, por lo que será necesario encontrarlos para derrotarlos. De esto también beben los enemigos finales, cuyos enfrentamientos serán más duros y que pese a no tener una dificultad muy elevada si pueden contar algún que otro intento.
Headland apuesta por un sistema de vidas, por lo que si caes en combate pagarás el precio de perder varios de los recursos como armas o moneda obtenidas. Nor cuenta con una serie de corazones que representan los golpes que puede recibir, en el caso de agotarlos todo se deberá volver al punto de control. No es un juego que tenga una duración excesivamente larga, dado que cada una de estas fases pueden perfectamente completadas en pocos minutos. Uno de los principales alicientes reside en subir de nivel al personaje a través de los puntos de experiencia, en este caso, conforme más se eliminen más se irán recibiendo y por consiguiente se ascenderá más rápido.
Con la subida de niveles se obtendrán mejoras más que interesantes para el armamento, como algunos equipamientos más poderosos o útiles que permitan explorar otras formas de eliminar a los enemigos. Algo que fomenta mucho Headland es la exploración, en este caso aquellos jugadores que se pierden más en las zonas y mapeados verán recompensado este esfuerzo con más puntos de experiencia o armas exclusivas. Esto es un buen aliciente para mantener algo más vivo el título, pero dada su escasa duración y lo monótono de las misiones la premisa se torna repetitiva con el paso de las horas. Esto mismo podemos decir con los enemigos que iremos encontrando, si bien cambian en diseño cuentan con patrones de movimiento calcado de los anteriores, únicamente que sus movimientos serán más fuertes y vencerlos algo más complicado.
A pesar de esto, la aventura puede ser bastante rejugable ya que incorpora pequeñas cajas coleccionables y que se encuentran escondidas en distintos puntos de las fases, por lo que es bastante aconsejable investigar a fondo el escenario para conseguirlas todas. Si bien la dificultad de Headland es ascendente, esta no llega a límites excesivamente complejos, por lo que jugadores de todas las edades podrán completar el título sin muchos problemas.
Uno de sus puntos fuertes reside en sus aspectos técnicos, a pesar de ser relativamente simple en cuanto a trabajos, estos gozan de mucha personalidad y colorido. Los escenarios tienen unos diseños muy bien trabajados, proporcionando en cada fase algo diferente y el pequeño desafío de encontrar todos sus secretos. Si bien destacan por ser muy coloristas también los hacen por otorgar una gran fluidez de movimientos y la suficiente libertad para desplazarse por ellos para combatir. Cuenta con una cámara que desplazar libremente, diseños atractivos a la vista que rozan lo caricaturesco y color, mucho color.
Headland es un juego destinado a un público juvenil, pero eso no quita que jugadores algo más entrados en años puedan sumarse a este colorista universo. Reconstruir este mundo y recuperar la imaginación no será un desafío excesivamente complejo, pero tampoco sencillo, fomentando la exploración y fases de acción. Llega con un precio justo acorde a su duración, aunque avisamos que con el paso de las horas se torna en una aventura algo repetitiva.