Análisis Alba: A Wildlife Adventure, un viaje nostálgico al Mediterráneo
Analizamos la nueva obra indie de los españoles ustwogames, Alba: A Wildlife Adventure, ya disponible en PC y Apple Arcade
Para quienes nos criamos en un pueblo del Mediterráneo, es especialmente placentero y nostálgico el pasear por los escenarios construidos por los españoles ustwogames (creadores de Monument Valley) para su nueva obra. Alba: A Wildlife Adventure es un juego tranquilo y para todos los públicos en el que nos podemos sumergir para huir del ajetreo y problemas de la vida diaria y vivir así algunos momentos que se podrían corresponder perfectamente con nuestra infancia. A continuación os dejamos con nuestro análisis de esta obra indie, disponible por ahora en PC (Steam) y Apple Arcade y más adelante también en consolas.
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El Mediterráneo como escenario y la historia de Alba
En un comunicado emitido a través de la página de Steam oficial del juego, el equipo de ustwogames deja plasmado el reto que ha supuesto la creación de Alba: A Wild Life Adventure. Inicialmente surgió como una obra centrada en observar pájaros, pero a medida que pasaron los meses de desarrollo e proyecto se fue transformando en algo distinto, más complejo y personal. De esta forma, lo que nos llega es un juego rebosante de personalidad en el que nos esperan unos escenarios construidos con mimo y unos personajes entrañables y sorprendentemente realistas a pesar de la sencillez habida en sus líneas de diálogo.
La protagonista de esta historia es Alba, una niña que visita a sus abuelos durante el verano para pasar sus vacaciones en la isla del Mediterráneo en la que residen. Tras presenciar un animal marítimo en peligro y apresurarse en llamar a todos los adultos de la zona para que la ayuden a salvarlo, la joven sabe que su misión en la vida será la de repetir una y otra vez esta acción, además de descubrir nuevas especies de aves e inmortalizarlas en su teléfono móvil recién adquirido.
Tras esta introducción, la acción nos traslada a unos diez años después. Alba regresa un verano más a la isla para descubrir que pretenden destruir la reserva natural local y en su lugar edificar un lujoso hotel. Por supuesto, el impedir esta tarea será cosa de Alba y su amiga Inés, además de otros vecinos que se vayan sumando a la causa a medida que las hazañas de ambas niñas aparezcan en el periódico. Así nacerá la LRFAI, una organización cuyo objetivo es salvar la isla y asegurarse así de que siga siendo un lugar natural en el que los animales puedan habitar en paz.
Tal y como ya hemos avanzado en la introducción, el escenario Mediterráneo en el que se sitúa la acción nos transmite desde el principio una sensación de calma y nostalgia (en el caso de quién escribe estas líneas, nacida y criada en un pueblo costero catalán). Aun así, cualquier jugador podrá sentirse identificado con determinados eventos, escenas y conversaciones que ocurren en el juego. Todo ello está cargado de cariño y es algo que se transmite en cada píxel de la obra. Además, logra transmitir una sensación de calma muy necesaria sobre todo en los tiempos actuales con este 2020 en el que apenas hemos podido salir a pasear y admirar la fauna y flora natural.
Mecánicas sencillas pero bien ejecutadas
Jugablemente es un título bastante sencillo, algo que forma parte de su espíritu. Sin embargo, es más que un “walking simulator”, ya que tendremos a nuestra disposición un teléfono móvil con una útil cámara y aplicación con la que plasmar e identificar a todos los animales que campan a sus anchas por la isla. De esta forma, la mecánica principal del juego es la de explorar cada rincón del escenario con tal de realizar fotografías y ampliar nuestro enciclopedia personal de fauna local. Con ello se crea una sensación de descubrimiento, especialmente recomendable para poner a los más pequeños de la casa a los mandos y permitirles así aprender a la par que se divierten jugando.
Pero el asunto no queda ahí, ya que más allá de la exploración y las fotografías también podremos dedicar nuestro tiempo en el juego a conversar con los vecinos locales, recoger basura, llenar los comederos y mucho más. No hay combates ni ningún tipo de acción violenta, sino que se centra todo en lo que os hemos mencionado. Esta es una razón más para convertirse en un juego más que apto y recomendable para un público infantil, quienes pueden dejarse llevar y explorar cada rincón del juego a su ritmo.
Apartado gráfico, técnico y sonoro
Gráficamente Alba: A Wildlife Adventure es un título repleto de personalidad y construido con una paleta de colores suaves y pastel. Sin demasiados bordes ni definición, consigue un estilo único que nos conquistará y ayudará a transmitir esa sensación de calma gracias a su gama cromática principal y a lo bonitos que resultan los diseños de personajes, escenarios, animales y demás.
En lo técnico nos hemos encontrado con algún que otro bug ligero como popping de texturas, pero nada que no pueda ser solucionado con la llegada de futuros parches en los que no dudamos que el equipo trabajará. Sin embargo, nada con lo que nos hayamos topado nos impide progresar en nuestra aventura y hay que decir a su favor que las pantallas de carga son muy rápidas, algo que ayuda a la fluidez general del título y es de agradecer.
Por último, su banda sonora es la guinda del pastel. Con la colaboración de la compositora Lorena Álvarez, el equipo de ustwogames han conseguido cosechar una serie de temas propios relajantes que acompañan la experiencia para elevarla a un nuevo nivel. El resto del apartado sonoro se complementa con sonidos de animales y, a pesar de no contar con voces para los personajes, creemos que es un acierto en este caso para dar más poder así a los textos y conversaciones.
En definitiva…
Alba: A Wildlife Adventure es una obra que nos proporciona un paraíso virtual en el que perdernos y un lugar en el que quedarnos para rememorar los veranos de nuestra infancia o para brindar un espacio a los más pequeños en el que descubrir y aprender. El equipo de ustwogames ha cimentado su nueva creación con cariño y esto es algo que se nota en cada píxel y apartado. Es un juego sencillo, sí, pero también supone un soplo de aire fresco entre tanto gran lanzamiento. Un escenario virtual relajante al que acudir cuando los problemas de la vida diaria se nos echen encima y necesitemos recordar lo bonito que tiene la vida.