2010. Remedy lanza un título exclusivo para Xbox 360: Alan Wake. El juego fue un éxito de crítica instantáneo, si bien las ventas iniciales seguramente no fueran tan bien como se esperaba y prácticamente se convirtió en un título de culto, cuya repercusión fue en aumento con el paso del tiempo (y de camino las ventas, claro está). Tanto, que el personaje volvió hace un par de años con el título original remasterizado… y el anuncio de una secuela.
Quizá la primera entrega pasó algo desapercibida en su lanzamiento, pero no es el caso de Alan Wake 2, con hordas de fans de la historia del escritor sedientos de más vivencias del personaje, así como nuevos jugadores potenciales atraídos por el hype generado por los primeros, pero también por el buen hacer del estudio estos años y la pinta espectacular de los tráilers durante el desarrollo del juego. Alan Wake 2 es uno de los juegos más esperados de los últimos años, y ya puedo adelantar que no solo ha cumplido las expectativas puestas en él, sino que las ha superado.
Lo primero que hay que decir del título es que estamos ante una secuela directa del primer juego. El estudio asegura que no es necesario jugar al primero y, claro está, no hay ningún carnet requerido para jugar a esta secuela donde se acredite que se ha jugado al primero, pero es muy, muy recomendable, como poco, haber jugado al primer título para tener un mejor conocimiento del pasado de los personajes y cómo han llegado hasta la situación inicial en Alan Wake 2. Remedy está creando un pequeño universo en sus juegos, ya que además de Alan Wake y sus expansiones (imprescindibles también e incluidas en Alan Wake Remastered), el mundo de Control también está conectado con Alan Wake. ¿Se puede disfrutar Alan Wake 2 sin haber jugado al primero? Por supuesto, el juego cuenta su propia historia e introduce personajes nuevos, por lo que es perfectamente jugable, pero se pierden muchos detalles y matices de un argumento que, sin duda, es el plato fuerte del juego (al igual que lo fue en la primera entrega).
De hecho, para comenzar hablando del argumento hay que soltar un gran spoiler de Alan Wake, pero es algo imprescindible para saber en qué punto estamos y dónde se ambienta esta secuela. Alan Wake 2 tiene dos partes diferenciadas. Por un lado tenemos a Saga Anderson, una detective del FBI que llega a Bright Falls (el pueblo del primer juego) a investigar un asesinato con su compañero Alex Casey (el detective de los libros de Alan Wake, interpretado, de forma magistral, por Sam Lake, director del juego). Ni que decir que la cosa se irá complicando, y mucho, al ir descubriendo más detalles sobre el caso. Hasta aquí es todo nuevo.
Mientras tanto, Alan Wake, la otra parte del juego, sigue atrapado en el Lugar Oscuro (que se representa mediante una versión de Nueva York bastante decadente ), luchando por escapar de la forma que mejor sabe: escribiendo. Justo donde terminó el primer Alan Wake. Hay que tener en cuenta que el juego no cuenta con ningún resumen de lo ocurrido anteriormente, por lo que los nuevos jugadores empezarán algo perdidos, seguramente bastante. Este es el punto de partida de ambos personajes, una historia que se irá desarrollando delante de nuestros ojos y que incluye muchas sorpresas. No estamos ante un desarrollo típico y guiado donde somos meros espectadores de la historia. En Alan Wake 2 nosotros somos la historia, y hay que currárselo. Remedy juega mucho con el jugador en todo momento, de una forma mucho más intensa que en la primera entrega. El juego nos hará emocionarnos, perdernos, confundirnos o quizá todo a la vez en multitud de ocasiones. Estamos ante un juego lento, que hay que saborear con calma. Hay mucha exploración, mucho texto para leer y muchos misterios que resolver.
Gran parte de que el juego requiera toda nuestra atención al jugarlo son los distintos mapas por los que transcurre el juego. Un juego con una parte narrativa tan importante prácticamente requiere de una acusada linealidad. Pero no para Remedy. Desde luego no estamos ante un sandbox ni nada por el estilo, pero tampoco tenemos un juego pasillero. Contamos con mapas semiabiertos, con algunos caminos definidos, así como ubicaciones donde entrar e interactuar. En estos mapas no tenemos distintos iconos ni misiones secundarias, sino algunos puntos clave marcados en el mapa (mapa, que por cierto, tendremos que encontrar antes de acceder a él) y tocará usar nuestra inteligencia para saber dónde está el objetivo necesario para avanzar en la historia… aunque es muy posible que ese objetivo requiera ir a otro punto del mapa a desvelar otro secreto. Por el camino, podremos recoger páginas de manuscrito u otros coleccionables, resolver algunos puzzles o recabar suministros. La estructura, que dicho así no suena muy apetecible, funciona a la perfección, ya que tenemos la sensación en todo momento de formar parte de algo más grande y estar dando pasitos para llegar hasta el objetivo final. En el caso de Saga el objetivo suele ser saber más acerca de lo ocurrido y avanzar con la investigación, mientras que cuando manejemos a Alan Wake los objetivos estarán más orientados a sobrevivir y escapar del Lugar Oscuro.
Para ayudarnos en estas tareas contamos con unas nuevas mecánicas introducidas en el juego para darle un toque todavía más detectivesco. Ambos personajes tienen una sala “en su mente” que resulta muy importante en el desarrollo del juego y a la que podremos acceder simplemente pulsando un botón. En el caso de Saga contamos con el “lugar mental”. Esta sala sirve como oficina, donde podemos mejorar armas o revisar los vídeos desbloqueados en la televisión, entre otras cosas. Sin duda, lo más importante es el tablero de investigación, que es justamente lo que parece. Al investigar obtendremos pistas que podremos colocar para llegar a deducciones y atar cabos sobre los distintos casos a los que nos enfrentaremos. Es un proceso, a decir verdad, algo automático, ya que las pistas sólo encajarán en su lugar correcto, así que no hay margen de error, pero la mecánica funciona muy bien y nos hace sentir como verdaderos detectives. Aquí también podremos acceder a los perfiles de algunos personajes, donde Saga puede obtener información gracias a su habilidad para obtener información, en ocasiones, literalmente de la nada. Alan Wake, por su parte, cuenta con la “sala de escritura”, donde podemos revisar parte de la historia… o reescribirla. Para ello podemos desbloquear diferentes tramas para las escenas y aplicarlas al escenario actual, haciendo que varíe completamente y nos permita avanzar, o simplemente obtener una información que permanecía oculta. Esto da un toque muy original a los niveles y funciona muy bien, como prácticamente todas las decisiones que ha tomado Remedy para esta secuela.
Por supuesto, no se puede entender Alan Wake 2 sin la inseparable linterna que ya fue protagonista en el primer título. Alan Wake 2 es un título mucho más oscuro que su predecesor, y no solo en cuanto a la trama (que también), sino que tenemos con unos entornos muy oscuros, donde la linterna es imprescindible para poder avanzar. Por supuesto, esta mayor oscuridad presente en el juego da lugar a una ambientación más tétrica y más propensa a sustos. El juego se puede definir como un survival horror narrativo, con mucho de cada una de las partes mencionadas. Mucha carga narrativa, mucho terror y, claro está, mucha supervivencia, donde la linterna vuelve a ser imprescindible. Al igual que en el primer Alan Wake, la luz tiene una gran importancia en los combates, aunque la mecánica se ha pulido todavía más. Los enemigos no son precisamente amigos de la luz, así que podemos usar la linterna para aturdirlos (o mostrarlos, en el caso de los espectros) y hacerlos así más vulnerables a nuestros ataques. Además, en ciertas partes contaremos con nodos que tendremos que iluminar para poder avanzar.
Obviamente contamos también con diversas armas de fuego para rematar la faena, aunque la munición es muy escasa, así que debemos ser muy cuidadosos en los duelos directos para no desperdiciar munición. Esto no siempre es fácil, ya que si hay que buscarle algún “pero” a Alan Wake 2, es un control no siempre preciso. Por suerte, los combates son menos abundantes de lo que uno podría pensar en un inicio. Tranquilos, que gracias al buen hacer de Remedy no se echan de menos, ya que el juego resulta de lo más equilibrado en todo momento, y tenemos las dosis justas de acción, lo que ayuda, además, a hacerlo más los enfrentamientos más tensos, a pesar de que conforme avanza la aventura da la sensación es de que las fases de acción resultan más sencillas. Por si acaso, tenemos 3 niveles de dificultad que podemos modificar en cualquier momento durante la aventura. Una aventura que nos puede llevar fácilmente algo más de 20 horas para superar la historia principal, obviamente más si queremos hacernos con todos los coleccionables.
Otro aspecto donde Remedy ha dado un gran salto en esta secuela es en el apartado gráfico. Era de esperar, lógicamente, una mejora importante, ya que el primer juego se lanzó en Xbox 360, donde gráficamente estuvo a la altura, pero sin destacar. No es el caso de esta secuela, que llega directamente a ponerse en el grupo de cabeza gráficamente hablando en lo que va de generación. El motor gráfico Northlight ya destacó en Control, pero en Alan Wake 2 consigue dar todavía más de sí y dejar un apartado técnico espectacular. Los modelados de personajes son excelentes, incluyendo sus animaciones faciales. Tenemos unos entornos de lo más detallados y que no se privan de elementos como el movimiento de los árboles o suciedad en el suelo de la ciudad. El plato fuerte, sin duda, es la iluminación. Desde luego Remedy sabe de la importancia de la luz en el juego, y se apoya en un motor de iluminación soberbio, que sin duda está entre los mejores que ha visto nunca un servidor. La luz del cielo, los neones y reflejos en la ciudad… todo tiene un aspecto natural y fotorrealista, que hace que nos frotemos los ojos en ocasiones.
Esto se complementa además con unos efectos a la altura, como niebla o lluvia. En consolas de nueva generación contamos con dos modos gráficos: calidad y rendimiento (este último no disponible en Xbox Series S). Como es habitual, uno apuesta por 30fps con mayor resolución y detalles y el otro tiene como objetivo los 60fps (que no siempre se alcanzan) con algunos sacrificios gráficos, especialmente en resolución (de hecho, llega a verse algo borroso, pero se compensa con una mayor fluidez). Si optamos por PC, obviamente encontramos un salto gráfico, aunque estamos ante un juego con unos requisitos exigentes. Tomemos la decisión que tomemos y juguemos donde juguemos, Alan Wake 2 consigue entrar también por los ojos.
También está a la altura el sonido, con un gran doblaje (por debajo de la versión en inglés, eso sí), efectos sonoros contundentes y una banda sonora que cuenta con momentos para recordar, especialmente durante... bueno, mejor descubrirlo. Hay que dar un pequeño tirón de orejas a Remedy, ya que nos hemos encontrado algunos bugs sonoros (partes sin sonido o frases en inglés jugando a la versión en español), gráficos (personajes que flotan o atraviesan paredes) e incluso algún crasheo al cargar un nivel.
Alan Wake 2 me ha enamorado. Me cuesta encontrar una secuela que supere en tanto a su predecesor y que haga las cosas tan bien. Es un juego atrevido, pero que acierta en todas sus decisiones y deja la confirmación de que Sam Lake es ya un gurú del videojuego, como en su día lo fue Hideo Kojima, con una actuación soberbia, tanto dirigiendo el juego como en su papel como Alex Casey. No solo estamos ante un firme candidato al GOTY, sino que estamos ante uno de los mejores juegos de los últimos años.