Assassin's Creed Mirage nos devuelve a Oriente Medio y a los orígenes de la saga de los asesinos
Cuando se cumnplen 15 años de la saga Assassin's creed, Ubisoft cierra el círculo con Mirage llevando el juego a sus orígenes
Assassin's Creed Mirage partió como un DLC de Valhalla pero se ha convertido en un juego independiente por mérito propio
Sin muchas distracciones ni misiones secundarias, la historia de Mirage nos atrapa con el sabor medieval de las primeras entregas
Si cierras un poco los ojos casi puedes ver a una orgullosa y sonriente Jade Raymond en la presentación de su nueva franquicia. Una apuesta que aunque prometía llegar para instalarse entre las grandes, casi seguro que ni Ubisoft Montreal imaginaba el impacto que tendría en la industria del entretenimiento. Este año se celebra el 15 aniversario de Assassin’s Creed, y lo hace con una entrega que se acerca más que nunca a los orígenes de una saga que ya ha trascendido la barrera de los videojuegos para convertirse en un producto reconocido por muchos de los que son ajenos a las pantallas de nuestras videoconsolas.
Assassins Creed Mirage vuelve a oriente medio para mostrarnos que nada es verdad y todo está permitido.
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La historia de Assassins Creed ha tenido muchos altos y bajos a lo largo de los tres lustros que lleva con nosotros. Con tres maravillosas entregas iniciales que marcaron las bases de lo que sería toda la serie, y que todavía hoy son en muchas ocasiones los favoritos de los fans. La saga de Altair, y especialmente la de Ezio Auditore entraron directamente a lo más alto de las valoraciones de videojuegos y de los corazones de sus jugadores. Aquello se convirtió en un filón que Ubisoft no iba a desperdiciar, y la salida de una entrega anual acabó desgastando bastante la saga. Después llegó Assassins Creed III, que introdujo nuevas mecánicas como el mantenimiento de una comunidad mientras nos hacía vivir desde dentro el nacimiento de los Estados Unidos, y a partir de ahí la sobresaturación. Con algunas entregas buenas, otras aceptables y otras olvidables, Assassins Creed recorrió un periplo que nos llevó por los mares del caribe, la Francia de la revolución o el Londres victoriano. La comunidad empezaba a notar el desgaste, las notas empezaron a decaer a la par que subían las críticas negativas. Era un buen aliciente explorar diferentes contextos históricos y hacernos partícipes de hechos tan relevantes para la humanidad mientras por el camino conocíamos a personajes como Alexander Graham Bell, Charles Dickens, o Napoleon Bonaparte, por nombrar algunos, pero había que frenar la inercia.
Ubisoft se tomó un descanso y dejó de sacar juegos de la línea principal durante unos años, aunque siguieron llegando algunos spin-off de plataformas o para móviles, y reinció la saga con Origins, ambientado en el antiguo Egipto y que daba comienzo a la trilogía mitológica. Un buen juego que contentó a la mayor parte de los fans y que fue sucedido por Odyssey, que nos llevó a la grecia clásica y el más reciente Valhalla, donde pudimos ponernos en la piel de los exploradores vikingos, con el guiño histórico al descubrimiento de América incluído.
Precisamente en esta entrega, y para conectarlo con el lore clásico de Assassins Creed conocimos a Basim Ibn Ishaq, que sirvió de enlace entre la hermandad de los ocultos y nuestro personaje elegido en Valhalla. Y es que aunque la intención inicial de Ubisoft era que este Assassins Creed Mirage fuese un DLC para el mencionado Valhalla, el potencial de la historia que querían contar hizo que el juego derivase en una entrega completa, aunque a precio algo reducido para lo que viene siendo habitual.
El hecho de que sea una especie de híbrido entre juego completo y contenido descargable se deja notar en algunos aspectos, y no siempre son negativos. El principal, y que más puntos puede restar a Mirage como juego independiente es el hecho de que está estrechamente ligado a los acontecimientos vividos en Valhalla por lo que si no hemos jugado a esa entrega habrá algunos detalles que se nos quedarán en el tintero con Mirage. Otro punto donde se puede notar la intención inicial de que fuera un contenido descargable es en la escasez de contenido extra, pero esto, como explicaremos más adelante, más que ser un punto en contra se convierte a la larga en un gran punto a favor, pero vamos a empezar por el principio.
De regreso a los orígenes de Assassin's Creed
Assassins Creed Mirage cuenta con un apartado gráfico, sonoro y técnico de mucha calidad. Para este análisis hemos jugado en una Xbox Series S, y aun siendo la menos potente de las consolas de nueva generación, el juego aguanta muy bien el tipo. Ni bugs importantes más allá de los inevitables en juegos de mundo abierto, ni popping ni cuelgues. A pesar de la fama de la serie de sacar al mercado juegos poco pulidos, en esta ocasión no podríamos estar más contentos en este sentido. No podemos pasar por alto además la alta densidad de población en todos los núcleos urbanos, con especial hincapié en Bagdad donde caminar por sus calles es hacerlo entre ingentes cantidades de personas, y a pesar de esto no se aprecian grandes bajadas de framerate ni errores técnicos de los que suelen ocurrir cuando la CPU se sobrecarga con datos. Por si no fuera suficiente, a la hora de escribir estas líneas y con el juego a punto de llegar a las tiendas, contamos con un parche de corrección de errores que mejora la estabilidad general del juego.
En lo que respecta a la ambientación propiamente dicha, podemos decir que Mirage está en una línea continuista con lo visto en la trilogía de los mitos, por lo que tanto el apartado gráfico como sonoro rozan la excelencia. Gráficos realistas y detallados, animaciones fluidas tanto en el movimiento como en el combate y una banda sonora que acompaña de manera sutil cuando tiene que hacerlo y que sirve como acento a los momentos de tensión del juego forman un conjunto del que Mirage se beneficia siempre. Los paisajes desérticos que rodean los núcleos urbanos o la arquitectura propia del lugar y la época en la que nos encontramos son la guinda de un pastel que nos comemos con todo el gusto y que nos deja un sabor conocido, como aquellos guisos que nos hacía nuestra abuela, que ya sabíamos lo que eran pero siempre queríamos más. Sabina dijo una vez que al lugar donde fueras feliz no debieras tratar de volver. Ubisoft se ha pasado esta máxima por el Arco de la Victoria Bagdadí y nos lleva de vuelta a las tierras que vieron nacer esta saga, con una entrega que podría servir de perfecto cierre de círculo, si no tuviéramos la certeza de que a la serie le queda todavía mucho por cortar.
Porque Mirage es un paso más en una series que nos ha traído juegos en las épocas históricas más grandes de la humanidad, pero todavía quedan algunos espacios que explorar, como el demandado Japón medieval.
Decíamos hace poco que Assassins Creed Mirage es un juego que aboga por la sencillez, eliminando muchas de las capas que han cubierto la jugabilidad de sus predecesores, eliminando casi por completo los elementos coleccionables y las misiones secundarias que muchas veces nos servían de distracción al explorar el mapa. Apuesta sin embargo por una historia no lineal que puedes jugar, con ciertas limitaciones, en el orden que prefieras. Esto mitiga por completo la sensación que podríamos tener de vacío, de no tener nada que hacer por la falta de esas misiones secundarias y coleccionables que decimos. El poder elegir que parte de la misión principal queremos hacer en ese momento nos confiere la libertad que le demandamos a este tipo de juego.
También hay un cambio de aires en las misiones propiamente dichas, que especialmente al principio, hacen un profundo hincapié en el sigilo y la investigación. Esto no quiere decir que el juego esté falto de acción, tenemos libertad para hacer el bruto y encarar nuestras tareas espada en mano y entrando como elefantes en cacharrerías, pero si optamos por esto vamos a sufrir bastante.
Y es que estamos ante uno de los modos de combate más exigente de la saga, con enemigos que saben como combinar sus dos tipos de ataque, rápido y fuerte, para hacer mella en nuestra no muy boyante salud, que podemos contrarrestar de las dos formas clásicas, bloqueando los ataques rápidos y esquivando los potentes. Cuando nos enfrentemos a uno o dos enemigos a la vez seguro que somos capaces de enseñarles qué espada es la más afilada, pero la cosa se complica si nos rodean más de tres enemigos, y en especial si alguno de ellos es de esos diferentes que son mucho más fuertes y hábiles que los demás. Por eso es buena idea hacer caso a lo que los desarrolladores han ideado para este juego e intentar hacer las misiones llamando la atención lo menos posible. Como amante de la acción directa es algo que me ha costado un poco más de lo deseable, pero es cierto que el propio juego te lleva de la mano por los caminos de la sombra para poder llevar a cabo incursiones sigilosas con éxito aunque seas, como es mi caso, un poco torpe en este sentido. Por supuesto contamos también con la ayuda de herramientas extra como es habitual en la saga como cuchillos arrojadizos, cerbatana de dardos, bombas de humo y otras cuantas ayudas que nos pueden sacar de un apuro en más de una ocasión.
También tenemos presente el ligero componente rolero que nos permite, a medida que aumentamos el nivel de nuestro personaje, mejorar las áreas que más nos convienen en cada momento, potenciando desde el principio las habilidades que prefiramos.
En definitiva...
Assassins Creed Mirage ha dejado muy buenas sensaciones, pese al miedo inicial de encontrarnos un juego más corto dentro de la saga, y por qué no decirlo, menos elaborado. Nada más lejos de la realidad. Tanto la historia de los asesinos como la ambientación por el lugar y el contexto histórico nos han metido de lleno en un juego que responde a muchas de las preguntas que han surgido a lo largo de estos quince años de historia. Un juego sencillo, que no simple, que se convierte en un digno representante del título que lleva y en uno de los grandes juegos del año, sobre todo si eres de aquellos que disfruta cuando nada es verdad y todo está permitido.