Ya tenemos nueva entrega de The Crew, la saga de conducción arcade y mundo abierto de Ubisoft Ivory Tower (tras el título original de 2014 y The Crew 2, que llegó en 2018). Una entrega cada cuatro años para consolidarse como una saga de conducción arcade de lo más variada, libre y divertida, muy en la línea de la saga Forza Horizon (título del que toma una inspiración más que evidente esta última entrega). Estamos ante The Crew Motorfest, el mejor capítulo de The Crew, un pack muy completo que, aunque con algunas pequeñas pegas, nos ha hecho disfrutar de lo lindo con su variado menú y su tono desenfadado. Bienvenidos al festival definitivo de la conducción.
The Crew Motorfest nos lleva a la isla de O‘ahu (en Hawái), que ha sido tomado en su totalidad por un macro festival dedicado a la conducción. Allí son trasladados los mejores conductores del mundo, líderes en las competiciones de motor de todo el planeta, pero también periodistas, celebrities, influencers y creadores de contenido en torno al mundo del motor, y en general a todos los amantes de los coches (y de las motos y cualquier tipo de medio de transporte a motor). Una isla completamente abierta a la exploración, con cientos de kilómetros de autovías, carreteras, pistas y caminos para recorrer y decenas de eventos, retos, desafíos y actividades para participar.
La isla es una auténtica pasada en sí misma, permite hartarse de conducir y explorar y se divide en un buen puñado de biomas distintos que otorgan variedad a sus carreras y desafíos. Temeos de todo, aunque es cierto que predominan los escenarios abiertos (campos, playas, bosques, desiertos, montañas, etc.) y los entornos urbanos son más escasos. Sus distintos paisajes y terrenos permiten adaptar pruebas concretas y la utilización de vehículos con distintas características. El aspecto gráfico, la belleza y detalle de cada rincón de la isla es uno de los puntos fuertes del juego, haciendo de las carreras, pero sobre todo de la conducción libre, una auténtica delicia. En muchas ocasiones hemos tenido que parar el vehículo en un acantilado para alucinar con una puesta de sol.
Eso sí, la isla está excesivamente ‘brandeada’ con elementos ornamentales del ‘MotorFest’, hasta un nivel insoportable y muy poco realista. No hay marca ni evento en el mundo, por grande que sea, que tenga tanto presupuesto de márketing para tanta bandera, banderola, pancarta, confeti, fuegos artificiales, cañones de fuego, máquinas de humo de colores, pantallas, láseres y demás parafernalia. Entendemos que se nos recuerde que estamos inmersos en este evento y se marquen con este tipo de llamadas de atención los puntos de interés donde podemos realizar eventos en la isla, pero es que está por todos lados y eso resta realismo al bello mundo abierto. En cada curva, en cada área de servicio, en cada carretera y camino de cabras, en la cumbre más alta y en la playa más remota… en todos lados hay banderines, pancartas, muñecos hinchables y cañones de confeti de colores que nos recuerdan al Motorfest. Eso sí, ni rastro de público, asistentes o peatones. Mucho merchandising para tan poco público.
Pero dejando a un lado esta molesta ‘disonancia’ que me ha sacado de muchas veces de la experiencia de conducción, tengo que decir que he disfrutado más de 20 horas de divertidas carreras y exploración desde que tengo el juego hace menos de una semana. Y es que este Motorfest está cargado de eventos y actividades de lo más interesante. Los principales eventos del título se denominan Playlists y se nos presentan como grandes bloques temáticos, basados en grandes marcas, coches de diferentes zonas o listas patrocinadas por conocidos creadores de contenido. Para avanzar en el juego tendremos que ir accediendo a estas Playslist y superando sus distintos retos. Hay de todo: ‘Made in Japan’ se centra en los coches japoneses y en entornos que recuerdan su cultura y ‘American Muscle’ nos lleva a experimentar a las potentes marcas americanas, pero hay muchas más como 911 Legacy (dedicada a este mítico modelo de Porsche), Dream Cars (de la youtuber Supercar Blondie), Electric Odyssey (sólo para súper coches eléctricos) o Rule the Street powered by Donut (una experiencia patrocinada por la famosa red estadounidense Donut Media, que pone a prueba a los coches más novedosos en los desafíos personales de James Pumphrey). Cada semana irán entrando nuevas playlist, con un montón de eventos personalizados pensados para cada temporada del juego.
Al completar cada evento de estas playlists recibiremos todo tipo de recompensas (dinero en forma de la moneda del juego y gadgets y complementos para mejorar nuestros vehículos) y cuando consigamos completar la playlist completa recibiremos de premio un vehículo exclusivo, uno de los que nos han prestado para conducir en sus eventos. Así iremos completando nuestro garaje, además de adquiriendo coches por nuestra cuenta (pero para eso hay que recolectar pasta del juego o gastarte tu dinero real a cambio de créditos). Ten en cuenta que para acceder a algunas playslist y actividades concretas vas a necesitar tener un tipo concreto de vehículo en tu garaje.
Pero más allá de las playslist, hay muchas más cosas que hacer, desbloquear y superar en la isla. Pequeños desafíos, carreras rápidas, pruebas, coleccionables que encontrar, búsqueda de tesoros ocultos, maratones de fotografía para poner a prueba el espectacular modo foto del juego, etc. Hay muchas cosas que hacer en cada recodo de la isla, y todas estas pequeñas actividades se van también activando y surgiendo en torno a los grandes eventos de las playlist y los eventos centrales del Motorfest.
El resumen es que hay contenido para aburrir mientras exploras la isla y vas ampliando tu colección de coches y motos, los auténticos protagonistas del juego, donde aparecen marcas míticas como Bugatti, BMX, Ferrari, Honda, Chevrolet, Dodge, KTM, Ford, Lamborghini, mercedes, Porsche, Nissan, McLaren, Jaguar, Jeep, Aston Martin, Ducati, Toyota, Harley Davidson… Y luego están las avionetas y las lachas motoras. Y es que, como en las anteriores entregas de The Crew, también podemos volar sobre la isla o saltar sobre las olas junto a sus costas. Aunque la experiencia de avionetas y barcos está menos conseguida, sus retos y desafíos son entretenidos y se unen al inmenso menú de experiencias motorizadas del Motorfest.
Además de todo el contenido offline, The Crew Motorfest cuenta con un completo apartado de modos online, que es el que realmente dota de vida a la isla. Y esto lo digo de manera literal, porque si no nos cruzásemos con el resto de vehículos de otros jugadores que compiten en el juego, sus carreteras estarían prácticamente vacías. El tráfico de coches controlados por el juego es prácticamente residual. Hay competiciones online para todos los gustos: Grand Race, Demolition Royale, Summit Contest y Custom Show, modos para todos los gustos para disfrutar de retos constantes con jugadores de todo el mundo.
El apartado técnico de The Crew Motorfest raya a gran altura, con un apartado gráfico que ya hemos dicho que nos ha cautivado. Es cierto que los vehículos no muestran un peso y unas físicas muy depuradas, y tampoco reciben prácticamnte daños a pesar de recibir golpes y colisiones, y la conducción no difiere demasiado cuando cambiamos entre vehículos distintos, pero hay que repetir que no estamos ante un simulador, sino ante una experiencia arcade Y si eres capaz de pasar por alto estos detalles (puedes quitar todas las ayudas a la conducción y así subir un poco el nivel de sensación a la conducción) disfrutarás de lo lindo de sus divertidos retos y desafíos. Con respecto al audio, gran banda sonora (podemos cambiar entre diferentes emisoras de música) y voces en inglés que nos dan la turra constante (con datos del os vehículos y las competiciones) y nos muestran unos subtítulos en castellano imposibles de leer mientras intentamos no estamparnos contra una palmera.
En definitiva…
The Crew Motorfest nos ha resultado muy divertido por lo variado de su propuesta, por la libertad de exploración y por la cantidad de vehículos a nuestra disposición. Puede que no llegue a la calidad de otros títulos en este género concreto, pero el menú es tan variado, extenso y de tan inmediata recompensa que sólo podemos decir que nos ha enganchado durante horas.