Muchas veces una de las cosas que pretenden los videojuegos es transmitir historias, aventuras y sumergir a los jugadores en mundos de auténtica calidad y con premisas totalmente nuevas. En una industria que parece haberse quedado estancada uno de los frentes que más ideas están aportando son los estudios independientes, como es el caso de Embers que nos trae a consolas y PC Strayed Lights.
Este juego fue mostrado hace más de un año y ha pasado desapercibido para aquellos que no se encuentran muy informados del panorama independiente, pero eso no es una excusa para que Embers haya puesto mucho mimo y cariño en una aventura con mucho potencial.
Una de las principales peculiaridades de Strayed Lights es que nos encontramos ante un título cuyos personajes no se comunican con largas secuencias de diálogos, es más, su narrativa pretende que a través de sus gestos y acciones imaginemos que es lo que está ocurriendo. Embers no ha inventado la rueda con esto, pero sí que lo ha hecho de una manera muy especial con la que se cuenta la historia de una criatura de la luz que está buscando la iluminación. Como suele ser habitual, cuando se quiere buscar este concepto habrá que enfrentarse a los demonios interiores. Es el momento en el que nuestro protagonista deberá sumergirse en su interior y exterior donde luchar contra múltiples demonios y al mismo tiempo llevándolos al camino de la luz.
Es una historia que puede rozar lo tópico y la sencillez, pero la manera de abordarla y unida a la forma de transmitirla es lo que hace que Strayed Lights sea un juego indie muy especial. El personaje principal cuenta con una gran personalidad y muestra todos sus sentimientos e inquietudes a través de posturas, movimientos y gestos. Sí que es cierto que en algunos momentos este tipo de momentos en los que transmitir la historia se antojan algo largos e incluso innecesarios, pero no dejan de ser interesantes para sumergirse.
Su mecánica jugable es uno de los puntos donde más sobresale. Nos encontramos ante una aventura con entornos tridimensionales donde movernos con total libertad y luchar contra numerosos enemigos. El protagonista incorpora un amplio arsenal de habilidades de las que hacer uso tanto contra enemigos débiles que no pondrán las cosas sencillas como jefes que esconden puntos débiles que hallar. Una de las peculiaridades de estos enfrentamientos es que habrá ocasiones en los que el enemigo tendrá un color rojo o azul y dependiendo de este hará que se deba utilizar un determinado movimiento u otro. En otras ocasiones tendrá un aura que lo recubrirá bajo una tonalidad púrpura y que serán invencibles durante unos segundos.
Elegir el color concreto para protegerse, esperar para atacar y hallar sus puntos débiles son las principales mecánicas de combate que ofrece Strayed Lights y que lo dota de un sistema bastante satisfactorio. Un punto a su favor es que los enemigos tienen sus propios patrones de movimiento y ataques prácticamente únicos por lo que no hay cabida al aburrimiento y nos encontraremos constantemente luchando contra algo diferente. En términos de dificultad debemos decir que es un juego que no tiene una gran exigencia, pero sí que obliga en cierta forma al ensayo y error para conseguir derrotarlos. Es por ello que es aconsejable realizar ataques, esquivar constantemente e incluso utilizar ataques especiales para salir indemnes de los enfrentamientos.
Como es habitual pueden realizarse cadenas de combos de una forma sencilla y que aparece de una forma prácticamente automática. Strayed Lights incorpora un sencillo árbol de habilidades en el que ir desbloqueando nuevos movimientos conforme se vayan derrotando enemigos y jefes, por lo que es aconsejable irlos utilizando para hacer un personaje lo más equilibrado posible. Tenemos dos tipos de destreza, unos físicos y otros comunes que hacen que la experiencia sea muy sencilla y al mismo tiempo permita ser accesible para todo tipo de jugadores. Una de las ventajas para aquellos menos habituados a los títulos de acción es que se recuperará la salud en el momento en el que se haya derrotado a un enemigo por lo que ayudará a los más novatos y dará una sensación de extrema sencillez para aquellos más expertos en la materia.
Uno de los errores que encontramos es que no se incorpora ningún tipo de mapa que consultar mientras nos desplazamos por los escenarios, por lo que muchas veces se acabará recorriendo el mapa en busca del siguiente objetivo. Esto hace que muchas veces busquemos coleccionables y sea complicado hallar el camino para avanzar en la aventura.
Su estilo artístico es de una gran belleza, incorporando una buena cantidad de biomas que visitar con multitud de elementos en los que fijarse. Es por eso que en muchas ocasiones nos sumergiremos en la ambientación y explorando, a pesar de que sus niveles no cuentan con una excesiva complejidad y sí tienen bastante linealidad. Desde un frondoso bosque o una cueva son algunos de los escenarios que se incorporan. Su banda sonora ha sido compuesta por Austin Wintory, quien ya ha trabajado en títulos como Journey, Abzu o The Pathless entre muchos otros. una serie de temas en las que las notas y ritmos más relajados destacan.
Esto es todo lo que da de sí Strayed Lights, un título que tiene una duración alrededor de cinco horas y que ofrece un estilo de combate diferente, entretenido y divertido. Su ambientación y forma de contar la historia es única y esto hace que se empatice con el personaje principal de inicio a fin. Su mecánica de combate, estilo artístico y banda sonora completan un buen cóctel a tener en cuenta.
*Hemos realizado este análisis con una copia de Strayed Lights para PlayStation 5 proporcionada por Embers.