Que un juego que vio la luz hace más de 20 años siga llegando a las estanterías de las tiendas ahora, es sin duda un síntoma de su calidad y su originalidad. Advance Wars, el original, llegó a nuestras portátiles de Nintendo hace cuatro generaciones de consolas. Desde su aterrizaje en la maravillos Game Boy Advance hemos podido disfrutar también de Nintendo DS, que nos brindó la posibilidad de jugar en pantallas duales, Nintendo 3DS que añadía la tercera dimensión a los gráficos y Nintendo Switch, que revolucionó la forma de jugar en portátiles dejándonos elegir en todo momento y casi sin pausa entre jugar en un monitor o en su modo portátil. Cuatro consolas distintas con características diferentes y que han contado todas ellas con alguna versión del juego que hoy nos concierne. Más de 20 años con una fórmula que sigue siendo válida para un juego al que aunque se le empiezan a ver las costuras, sigue entreteniendo como el primer día.
Si te pones a pensar como era tu vida y donde estabas hace veinte años, quizá seas de esos afortunados que aún no tenía capacidades para probar el juego original, o quizá eras un adolescente que se enganchó a estas guerras tan divertidas y lo ha echado de menos. Sea cual sea el caso, con este Advance Wars 1+2: Reboot Camp vas a disfrutar como se disfrutaba de los juegos hace cuatro lustros. Con una sencillez aplastante enfocada a la diversión más pura.
Y es que este reboot de Advance Wars es, como no podía ser de otra forma, un juego de estrategia por turnos. Un tipo de juego que vivió una edad dorada a principios de este siglo pero que salvo excepciones como X-Com o Rayman Raving Rabbids apenas tenía representación en los últimos años. Parece que las cosas están cambiando, y la llegada de Marvel Midnight Suns, Tactics Ogre: Reborn, Fire Emblem: Engage o este nuevo Advance Wars está haciendo que esa tendencia cambie. Si eres de los que disfruta colocando piezas de tu ejército de forma estratégica con la intención de acabar con las tropas enemigas o invadir su cuartel general, este es tu juego.
Y es que los 15 años que han pasado desde la llegada de la última entrega de esta serie parecían haber hecho que pasase al ostracismo, hasta que Nintendo ha permitido que volvamos a disfrutar de un remake tanto del Advance Wars original como de su secuela, Black Hole Rising.
El aspecto visual y sonoro es prácticamente el mismo que el de las entregas originales. Por supuesto los gráficos se han rehecho y adaptado a esta nueva generación, pero si no has vuelto a jugar a aquel en su formato primigenio y solo te fias de tu memoria, la sensación que vas a tener jugando a Advance Wars 1+2: Reboot Camp es que los gráficos son iguales. Por supuesto, en cuanto compares un juego y otro, verás que las diferencias son más que evidentes, pero el haber conseguido que con esa mejora la sensación sea la misma, es algo digno de mención. Y es que tanto la historia como la mecánica de juego son un calco de aquella que trunfó en Game Boy Advance, y nos va a llevar de la mano por un modo historia con una curva de dificultad muy suave que nos va a tener desplegando nuestros tanques, cazas y buques de guerra durante horas sin que apenas nos demos cuenta.
Una de las claves del éxito de esta saga es su sencillez. Si en la mayoría de juegos de estrategia por turnos que hemos mencionado antes se añaden capas de rol o personalización que nos permiten mejorar nuestras unidades, esto es algo de lo que Advance Wars carece, y es también una parte importante del secreto de su éxito. Es un juego de estrategia por turnos simple, sencillo y puro en el que como si se tratase de un tablero de ajedrez, nuestra única arma es intentar hacerlo mejor que nuestro oponente, que cuenta con las mismas armas que nosotros. Esto lo convierte, al igual que ajedrez que acabamos de mencionar en un juego muy fácil de aprender, simplemente tienes que saber qué hace cada unidad y cuales son sus puntos fuertes, pero muy profundo si quieres dominar todos los aspectos de su estrategia.
Dada la curva de dificultad que hemos mencionado antes, puede dar la falsa sensación de que es un juego fácil. Nada más lejos de la realidad, aunque es asequible, te exigirá esforzarte al máximo y ser milimétrico en tus decisiones si quieres acabar con victoria en los niveles más avanzados. Dominar el mapa, formado por casillas por las que se moverán nuestras tropas y acabar con todas las tropas enemigas, conquistar su cuartel o eventualmente cumplir con un objetivo que se nos asigne al principio de la misión es algo que puede hacer casi cualquiera. Conseguir una buena puntuación en esa tarea ya es harina de otro costal.
Para ello contamos con distintos tipos de tropas, como la infantería, las tropas más débiles del juego pero los únicos capaces de conquistar edificios enemigos, la artillería, con su excelsa potencia de fuego pero incapaces de atravesar ciertas zonas, las unidades aéreas que se mueven con toda libertad pero tienen restringidos los ataques a algunas unidades enemigas o las unidades de marina, que evidentemente necesitan de mares o ríos por los que transitar y cuentan con un alcance de ataque moderado. Además, contamos con unidades de apoyo que abastecerán a quien lo necesite con armas y munición. Todo esto, además del hecho de que nuestras tropas harán menos daño si han sido dañadas y que no pueden ser curadas, aunque sí se pueden fusionar con otra iguales para sumar sus puntos de vida, es lo que tenemos que tener en cuenta a la hora de preparar nuestra estrategia si queremos derrotar a nuestro oponente, bien sea la inteligencia artificial o algún otro contrincante humano en su modo online.
La única ayuda externa que podemos recibir en la partida y que difiere de la de nuestro oponente es el ataque especial de nuestro Oficial Jefe, y que varía dependiendo del que utilicemos en ese momento. En algunos casos incluyen curar a nuestras tropas o hacer un ataque devastador sobre el enemigo. Con los puntos que consigamos en nuestras misiones podremos acceder a la tienda del juego, donde podremos adquirir nuevos oficiales y elementos decorativos del juego, además de piezas de su excelsa banda sonora.
El juego pone a nuestra disposición el modo historia de los dos originales, y aunque podemos jugarlos en el orden que queramos, lo ideal es, por supuesto, hacerlo en orden para no arruinar la historia, que si bien no va a ser recordada en los museos del videojuego, sí que es recomendable hacer como se recomienda para no sufrir ningún spoiler. Ambos juegos son muy parecidos, y las novedades que introduce la segunda parte son bastante escasas, como ya recordarás que pasó en el lanzamiento original, pero sirve como excusa para entregarnos más horas de estrategia. Algunas tropas nuevas, nuevos edificios y Oficiales distintos son las excusas que nos bastarán para seguir jugando a las guerras una vez terminemos la historia del primero.
Una vez terminadas ambas historias nos queda el modo online, que al revés de lo que suele pasar en muchos títulos, está muy por debajo de su modo historia. Y esto es en gran parte debido a que solo podremos jugar contra amigos de nuestra lista que ya tengan el juego, lo que merma muchísimo las posibilidades de poder jugar alguna partida. La posibilidad de partidas competitivas contra el resto del mundo, que le habría añadido al juego años de vida, ha sido recortada de un plumazo en una decisión difícil de comprender.
Si eres de esos nostálgicos que pasó horas de su juventud jugando a los soldaditos virtuales con cualquiera de las versiones anteriores de Advance Wars, este juego te hará disfrutar. Si eres de los que no llegó a ver ninguno de aquellos pero confías en que para hacer la guerra no hace falta estética sangrienta ni armas realistas y te apetece jugar partidas puramente tácticas, este juego te hará disfrutar. Todos los demás jugadores que disfrutan de juegos de estrategia, deberían darle una oportunidad a un juego que si se ha mantendido vivo durante todos estos años, es por algún motivo.