Análisis The Great War: Western Front, guerra de trincheras, penurias y tedio
Un realista título de estrategia basado en la cruenta, larga y dolorosa Primera Guerra Mundial
Petroglyph nos propone un título my realista, lo que aporta muchas cosas buenas y algunas no tanto
La guerra cambió, en la Primera Guerra Mundial, lo hizo y no para bien. Conocida como la Gran Guerra fue un conflicto que sumió a Europa en un auténtico erial, lleno de magulladuras y penurias. Cambió y lo hizo por las mejoras técnicas, hasta hacia poco dominaban las formaciones de infantería y la artillería poco precisa, también los ataques de caballería, todo esto muy devastador hasta que las armas fueron teniendo una precisión y una cadencia con la que dos personas y una ametralladora podía matar más hombre y caballeros que toda una compañía de soldados. Debido a esto la guerra se hizo más larga y cruenta y ese período es lo que tenemos entre manos en The Great War: Western Front.
The Great War es un juego de estrategia que mezcla el jugar por turnos y el tiempo real, muy al estilo Total War o el reciente Company of Heroes 3, o el Star Wars: Empire at War desarrollado también por Petroglyph hace unos 13 años y que si sois fans de la estrategia y de Star Wars y no lo habéis jugado os lo podéis apuntar. En este caso Petroglyph asienta su título en otras virtudes que no son la gestionen de varios recursos y zonas, sino más bien se centra en 2 recursos y en una zona muy amplia, el Frente Occidental -que recorría Bélgica, Luxemburgo y Francia-, donde cada zona del conflicto es una casilla con sus propias construcciones. Está disponible para PC donde nosotros lo hemos podido jugar en Steam.
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Un tipo de guerra más pausado
Como decíamos este título se centra en la Gran Guerra, un período en el que la guerra como tal cambió radicalmente, pasando a ser un conflicto mucho más prolongado en el tiempo, lo cual no solo afectó a la propia guerra si no al futuro, provocando lo que sería la Segunda Guerra Mundial. Esto fue debido a la carrera armamentística que provocó que cada vez fuera más fácil y rápido matar, con además bastantes secuelas y daños colaterales. Todo esto se desbloquearía gracias al desarrollo de carros blindados y bombardeos más precisos.
En este sentido The Great War lo hace todo bien, su jugabilidad se enfoca en dos puntos, uno con un mapa de la región, donde podemos desviar recursos, investigar tecnologías y construir edificios que nos ayudarán a sobrellevar las penurias de la guerra. Y por otro lado un mapa de batalla, con dos bases, varios puntos de control y una gran variedad de trincheras y fortificaciones disponibles.
Empecemos por el primer foco, el mapa de campaña se centra, como hemos dicho antes en el Frente Occidental, lo que sería Bélgica, Francia y Luxemburgo. Además, añade zonas de la actual Alemania como base de las Potencias Centrales. En este mapa hacen que nos centremos en la parte logística, comprar recursos, refuerzos, llevarlos donde haga falta, construir puestos de médico, almacenes, etc. Podemos comprar cosas con dinero o recursos, son nuestras dos monedas, de cada una se gana una cantidad moderada todos los turnos, lo que no podemos comprar es infantería, pero si otro tipo de maquinaria de guerra. Con los recursos es con lo que combatimos, es lo que nos permitirá construir fortificaciones, trincheras y desplegar unidades, si no tenemos recursos da igual las tropas que tengamos, no lucharán. En este sentido se siente como si a Risk, el conocido juego de mesa, se le diera un lavado de cara y algunas mecánicas adicionales de gestión.
Un desequilibrio tedioso
El segundo foco vendría de las batallas, hasta aquí The Great War: Western Front es un buen juego de estrategia por turnos, donde la limitación de recursos hace que tengamos que pensar bien donde posicionar nuestras tropas y como usar nuestras monedas. Sin embargo, en las batallas se toman demasiado al pie de la letra eso de que en la Gran Guerra se ganaba milímetro a milímetro. Las batallas son duras y por su concepción están claramente equilibradas al lado defensor, la facilidad con la que la que construyen trincheras, defensas, la letalidad tanto de las armas de la infantería como de las posiciones de ametralladoras... Todo esto hace que casi siempre las batallas sean una masacre, hasta este punto es claramente una buena representación de lo que se está reproduciendo, pero jugablemente empieza a ser algo tedioso, aunque aquí entran más detalles aparte. No basta con ganar una batalla, para tomar un territorio hay que eliminar todas las estrellas de esa zona, estas estrellas se eliminan cuando tomas la base enemiga en batalla, es decir, una victoria aplastante.
Se pueden autorresolver los conflictos si vemos que nos dan unas buenas predicciones, sin embargo, son predicciones y si no se valora como una victoria completa y absolutamente aplastante, la estrella se mantiene y lo único que has conseguido es perder recursos, también haces perder al enemigo apoyo de guerra importante pero secundario. Las batallas pueden llegar a ser un tedio y bastante repetitivas, pues como decimos no basta con controlar los puntos hay que destruir y tomar la base enemiga, no hay objetivos secundarios, ni siquiera los mapas son variados, todo es un chocar infantería contra muros de trincheras y fuego enemigo hasta que se agoten los recursos de alguno de los dos.
Esa obligación de luchar tantas batallas hace que The Great War sea un título muy fiel a la historia a la vez que de pereza luchar. Entre esto tiene culpa la IA, la cual es bastante simple y no da lugar a demasiados esfuerzos, en las batallas donde ataca se dedica a machacar una posición defensiva sin alterar nada sus planes ni realizar ningún tipo de movimiento adicional. En las batallas en las que le toca defender hace lo mismo, defiende su posición mientras lanza oleadas de infantería, no trata apenas de retomar posiciones y casi no responde a estrategias más elaboradas. Esto junto al hecho de que las batallas no suponen mucho desgaste en las posiciones de ambos bandos y que esas mismas posiciones se ven reforzadas, ya que las trincheras y otras fortificaciones se mantienen entre combates sin necesidad de volver a ganas recursos, hacen que no apetezca jugar batallas ya que no aportan nada relevante la gran mayoría de veces.
Un teatro de guerra cambiante
La narración parte de la base histórica, tenemos dos campañas, la de la Entente y la de las Potencias Centrales, en una manejamos a la coalición de fuerzas de EEUU, Reino Unido y Francia y en la otra a la alianza del Imperio Alemán y Austria-Hungría, aunque aquí lo hacen un todo mientras que la Entente si es más dispar. En ambos casos podemos elegir entre empezar la guerra desde el inicio o lanzarnos al final en 1916, cuando los avances tecnológicos ya permiten lanzar carros blindados o aviación con otros tipos de uso. En cualquier caso, se nos hace una pequeña introducción del teatro de guerra, pero no hay ningún objetivo ni avance narrativo entre medias, por lo que somos libres de hacer un poco lo que queramos. De vez en cuando nos irán apareciendo noticias de eventos que suceden, algunos meramente informativos y otros con algún tipo de efecto, tanto beneficioso como perjudicial.
Algo que destaca en The Great War es el cambio de estaciones y como esto afecta no solo a la jugabilidad sino también a los campos de batalla y al mapa en general, haciendo que los propios escenarios tengan algo de dinamismo. En general el apartado gráfico está bastante trabajado a nivel de uniformes, aviones y maquinaria, destacando los primeros tanques, aunque el juego no tenga el nivel de detalles ni efectos para que salga a relucir en los mapas de batalla. Lo que si se pueden apreciar son las cicatrices de la guerra y como los territorios van siendo poco a poco destruidos según pasan las batallas.
Entre el ruido de los disparos, la artillería y los motores de las unidades blindadas también escucharemos la banda sonora. Una música que se podría definir como clásica en juegos y películas de guerra donde no escucharemos nada nuevo, pero sí que tendrá todo lo necesario para intensificar buena parte de las horas que echemos.
En el apartado técnico no podemos decir mucho, no hemos tenido mayores problemas durante la campaña en todas las horas que hemos jugado, el título puede alcanzar fácilmente las 20 horas y su rejugabilidad hace que podamos echar muchas más. Si tuvimos un pequeño problema durante el tutorial, donde se quedó atascado y no podíamos avanzar, pero es un bug menor, por intentar adelantarnos a lo que nos estaban explicando.
En definitiva...
The Great War: Western Front es un título que peca allá donde destaca, en su realismo. Un juego de estrategia que te hace pensar los movimientos, donde sacar el máximo provecho a lo recursos y como distribuir a las tropas además de recrear a la perfección una guerra que apenas se ha llevado a los videojuegos, tiene su condena en la misma razón por la que no ha pasado con más frecuencia, una guerra larga, de penurias y de trincheras no tiene dinamismo ni atractivo para el gran público. Quizás haber dinamizado un poco más el intercambio de terrenos, desgaste en las unidades después de una batalla, distintos tipos de terreno, asedios, otras misiones y objetivos, hubieran generado algo más de entusiasmo y no una sensación de pesadez y tedio a la hora de empezar cada batalla.