Análisis de Thymesia: un soulslike que amenaza con 'infectarte' con sus luces y sombras
Thymesia es un juego independiente que se suma al carro de la fiebre por los ‘juegos tipo Souls’
Un médico contra una plaga mortal que se abre paso con golpes, fintas y bloqueos
Un título con elementos interesantes que bebe de títulos como Bloodborne o Nioh
La moda de los soulslike no decae y por eso desde que el estudio independiente OverBorder Studio anunció Thymesia hace tiempo, los fans de los juegos al estilo de Dark Souls no le han quitado el ojo. Ahora que llega al mercado, podemos decir que se trata de un juego con muchos elementos interesantes, esa alta dificultad de estos juegos de acción con elementos RPG y una ambientación oscura y gótica que recuerda (manteniendo las distancias) a Bloodborne. Eso sí, no esperes grandes alardes técnicos, ya que se trata de un juego con algunas carencias al que se le notan un poquito ‘las costuras’.
Pero Thymesia conjuga unos cuantos elementos que lo hacen interesante, cuenta con un sistema de combate propio y original que llama la atención y un sistema de progresión de su protagonista bastante atractivo. Además, se trata de un juego algo más asequible que la mayoría de títulos de este género, lo que puede ser una buena oportunidad para iniciados.
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La alquimia, la peste y su cura
El mundo de Thymesia nos traslada al reino medieval de Hermes, una tierra donde el arte de la alquimia ha avanzado una barbaridad, lo que ha posibilitado la creación de antídotos y curas a algunas enfermedades infecciosas que han asolado otros reinos. Pero la propia alquimia ha generado una nueva enfermedad infecciosa totalmente devastadora, que genera mutaciones fatales en los contagiados. A pesar de las medidas de confinamiento de ciudades y quemado de cadáveres, la enfermedad ha devastado el reino.
En este contexto de pandemia medieval tomamos el papel de Corvus, una especie de médico que lucha contra la enfermedad. Así, nuestro héroe médico-guerrero porta una máscara con un enorme pico, inspirada en las máscaras que llevaban los curanderos y sanadores en la época de la peste negra que asoló Europa en la Edad Media (el largo pico era la manera de asegurar que se mantenía la ‘distancia de seguridad’ con el enfermo).
Corvus sufre amnesia y ha olvidado todo lo necesario para lograr la cura de esta peste. El dominaba la alquimia y rastrea las ciudades asoladas por la enfermedad para recoger muestras, pistas y, sobre todo, fragmentos de memoria que le recuerden el camino hacia la cura. Esos fragmentos de memoria se pierden con cada muerte, algo muy habitual en estos juegos como puedes imaginar, por lo que intentar no morir demasiado, o al menos recuperar esos fragmentos de memoria donde hemos caído, será vital para poder avanzar.
Corvus tiene que avanzar por estas pequeñas ciudades o aldeas (o el interior de un enorme castillo, mazmorras, etc.), con un diseño extremadamente 'pasillero', y conseguir un objetivo, que normalmente se logra tras la lucha con un enemigo final (los únicos que realmente presentan algo de resistencia y te harán morir unas cuantas veces, ya que el resto de enemigos se despachan con un aporreo de goles y remates). Tras lograr ese objetivo suelen abrirse algunos objetivos secundarios en la misma zona, tal vez atravesando algunas puertas que antes encontraste cerradas en esa misma sección (a veces muy complicadas de encontrar porque casi no se ven o distinguen entre el entorno), unas pequeñas misiones secundarias que alargan algo el juego.
Luces y sombras en el combate
Por supuesto, el combate es el centro de la acción de Thymesia y cuenta con sus peculiaridades, entre las que destaca la ausencia de la habitual barra de resistencia (ataca, bloquea, corre o esquiva sin tener un ojo puesto en la energía que consumes). Corvus es un espadachín ligero y habilidoso y pone todo su empeño atacante en las estocadas rápidas y contundentes, que se concluyen con remates virtuosos cuando los enemigos están aturdidos. Esto se combina con un botón de 'dash' que permite a Corvus esquivar unos metros en cualquier dirección, lo que permite evitar los golpes del enemigo que seamos capaces de anticipar.
A estas dos habilidades se le une el bloqueo, o el famoso parry, que en este caso hemos encontrado realmente difícil de dominar. Hay que calcular muy bien cuándo se aplica y se tarda en cogerle el punto, lo que nos ha llevado muchos dolores de cabeza. Además, una vez que te acostumbras a activarlo en el momento justo del ataque enemigo, la recompensa es muy escasa y es que lo único que nos proporciona es evitar el daño del ataque. Nada de dejar al enemigo sin defensa o darnos la oportunidad de realizar un buen contragolpe. Al final, hemos utilizado mucho más la esquiva para evitar golpes, ya que el riesgo de fallar el bloqueo es demasiado alto casi siempre.
Otros interesantes ingredientes que se añaden al combate son la habilidad de Corvus para arrebatar armas pestilentes a los enemigos (que podremos usar contra ellos una sola vez con un golpe devastador) o la posibilidad de repeler ataques imposibles de bloquear lanzando unas plumas que aturden a los enemigos e interrumpen dichos ataques. Las plumas son limitadas, pero se regeneran con el tiempo. Un indicador nos muestra cómo andamos de ‘plumas’, al igual que el indicador de pociones, claves estas últimas para mantenernos en pie hasta el próximo farol (un lugar de descanso donde podremos reponer fuerzas, guardar el progreso, llenar las pociones y, para compensar, resucitar a la mayoría de enemigos del nivel).
Un completo árbol de progreso del personaje nos irá abriendo la posibilidad de mejorar nuestras habilidades en el combate, consiguiendo mejores golpes, técnicas, combos, etc. Aquí, por ejemplo, es una buena idea gastar todos los puntos posibles en ampliar la ventana de parry, de la que ya hemos dicho que es extremadamente pequeña al inicio del juego. Subir de nivel y repartir los puntos a nuestro gusto hará que podamos modular el estilo de combate de Corvus a nuestro gusto.
Corvus tiene dos tipos de ataque, el principal provoca un daño denominado Plaga, y el secundario, un daño denominado de Garra. Los enemigos cuentan con una barra de energía blanca que desciende cada vez que los dañamos y que oculta otra barra de color verde debajo. Si dejamos de herirlos, las heridas sanan y esa barra verde se volverá a llenar de color blanco lentamente. Los ataques de Plaga hacen caer la barra blanca, pero para hacer reducir la verde hay que desplegar ataques tipo Garra. A la hora de mejorar nuestras habilidades, podemos invertir en aumentar el daño de nuestros ataques en uno u otro tipo. Esto ofrece una variedad interesante de posibilidades de combate.
Pobre y oscuro a nivel técnico
A nivel técnico es donde Thymesia deja mucho que desear, y donde más se nota que estamos ante un estudio independiente y un presupuesto limitado. Aunque el diseño del personaje principal y la ambientación está muy conseguida a nivel artístico, el juego muestra un apartado gráfico tosco y que se ha quedado ya algo obsoleto. Si bien bebe claramente de los escenarios góticos y oscuros de Bloodborne, la calidad de los acabados y detalles queda muy lejos de la obra de From Software.
Además de poco definidos, repetitivos y poco detallados, los entornos son extremadamente oscuros, tanto que pasaremos muchas cosas importantes por alto (como algunas puertas o trampillas secretas que se perderán en el nivel como lágrimas en la lluvia). Y, aunque en general las animaciones de Corvus y los jefes finales están trabajadas y funcionan, muchas de las desplegadas pro enemigos inferiores son toscas y predecibles y muestran algunos bugs de movimientos. El juego carece de voces y no cuenta con cinemáticas, narrando la historia con una serie de dibujos estáticos que, aunque muy bonitos, son realmente escasos. Al menos, encontrarás sus textos en castellano.
En definitiva…
Aunque a nivel técnico deja mucho que desear, Thymesia aporta algunos momentos más que interesantes a los fans del género soulslike, aunque con un nivel de exigencia bastante más bajo que otras propuestas en el mercado. Quizá precisamente por esto último, se trata de un juego más indicado para iniciados en el género. Aunque con sus fallos, el sistema de combate es atractivo y el sistema de progresión del personaje, lo mejor del juego, va mejorando la propuesta a medida que avanzamos, consiguiendo algunos momentos épicos antes alguno de sus jefes finales.