Cazar monstruos siempre es divertido, usar todo tipo de armas y estrategias para someter bichos que en el mundo real nos matarían de solo vernos. Sin embargo, los humanos en Monster Hunter están hechos de otra pasta y en la expansión de Monster Hunter Rise: Sunbreak podemos seguir masacrando especies enteras. Capcom nos trae esta expansión de contenido para el juego base, aunque agrega suficiente contenido como para, casi, considerarse otro juego. Está disponible en PC y Nintendo Switch, siendo la primera plataforma donde lo hemos jugado nosotros.
Sunbreak sigue la historia de Rise, abriendo nuevas zonas y añadiendo monstruos tanto nuevos como ya vistos en la saga. Sin embargo, es una expansión que abandona buena parte de lo visto en el juego base, cambiando y añadiendo factores que modifican la experiencia a todos los niveles. Si hay que ponerle un pero, estaría en que faltan monstruos nuevos en los primeros niveles del Rango Maestro ya que nuestros enfrentamientos son prácticamente los mismos que ya hemos vivido en el Rango Bajo y Alto del juego base.
En el nivel narrativo, Sunbreak, se vuelve más denso interactuamos más con los NPCs y nos cuentan más sobre lo que pasa. La historia en si es la misma de siempre pero la manera en que se cuenta es un poco más madura. Incluso se construye algo el mundo alrededor, no es solo un islote varado en medio del océano, aunque de manera algo tosca se da a conocer parte de lo que hay alrededor.
Esa ampliación del mundo es lo que da acceso a todo lo nuevo de la expansión, aunque deja de lado cosas únicas de Rise como las misiones de Frenesí. En cuestiones jugables nos deja bastante más personalización en los movimientos de las armas, incluso pudiendo intercambiar dos sets de movimientos en cualquier momento de una cacería. Aunque es una buena idea su ejecución se hace algo simple, ya que son muy pocas opciones las que hay. Además de que se deberían desbloquear antes, Monster Hunter es un juego de costumbres, cambiar a mitad del juego se hace complicado.
También añade un tipo nuevo de misión, las misiones de seguidores, donde podremos cazar monstruos acompañado de un NPC, un concepto mucho más simple que las misiones de Frenesí pero que, a nivel narrativo, ayuda a no parecer el chico de los recados. Quizás hubiera estado mejor guardar el cartucho para un nuevo título y haber apostado por mejorar las misiones de Frenesí, únicas de Rise. Otra cosa que cambia es como se sube el Rango Maestro, teniendo que completar varias misiones urgentes antes de subir definitivamente al siguiente nivel, esto nos deja con más conversaciones y cortes cinemáticos que ayudan a construir esa narrativa más cargada que hablábamos antes.
Una tendencia que parecen seguir en Monster Hunter y que sería muy buena que ampliaran es el uso de objetos externos. En los títulos más antiguos era imprescindible el uso de bombas y trampas para generar suficiente daño a un monstruo para terminar la misión en el tiempo preciso, eso se ha ido diluyendo y mediante las armas y las habilidades podemos ser capaces de lograrlo en prácticamente todos los combates. Sin embargo, en Rise se han ido añadiendo fauna local capaz de generar efectos parecidos y en esta expansión Sunbreak se ha ampliado. La mayoría de estos efectos hay que activarlos de alguna manera, bien usándolos desde el inventario, bien recolectándolos o estrellando al monstruo contra una pared. Esta variedad es muy útil en todos los combates y debería ser imprescindible usarlos, pues generan cazas más divertidas y distintivas, usar el entorno como arma debería ser el elemento más importante en el arsenal de un cazador.
A nivel artístico hay que reconocer que la versión de PC ha mejorado mucho, antes no daba la sensación de que se estuviera jugando usando un ordenador, daba una sensación extraña de falta de nitidez. Sigue teniendo puntos mejorables, pero ha dado un salto de calidad bastante grande, sobre todo a la hora de enfocar caras y distinguir detalles.
Sunbreak, además, rompe con la estética feudal de Japón para centrarse en un estilo más caballeresco europeo, desde el punto de vista japonés. Como en Rise, esto no solo afecta a los escenarios o a los NPCs, también al diseño de los monstruos, dejando a un lado el protagonismo del Magnamalo y poniendo en primera plana a un monstruo más parecido a los dragones de la mitología europea, el Malzeno.
La expansión al igual que el juego base, está completamente traducida al español. Su duración son fácilmente unas 60h y más si nos dedicamos a farmear materiales para hacernos nuestras armas y armaduras favoritas. No hemos tenido detectado ningún fallo, bug ni molestia en todas las horas que hemos jugado a la expansión. A nivel técnico es un juego sólido como casi todos los Monster Hunter. Lo peor en este sentido está en el crossplay, o más bien la ausencia del mismo, si juegas en PC no puedes jugar con tus amigos en la Switch y viceversa. Una mala jugada para un juego donde la mayor de las diversiones viene de cazar monstruos con amigos y donde muchas de las armas ganan su pico de utilidad en esa situación.
Monster Hunter Rise: Sunbreak es una expansión que amplia por mucho el contenido del juego base, añadiendo muchas opciones de personalización, misiones y monstruos. Sin embargo, esto hace que pierda lo que hacía único a Rise, dejando de lado las misiones de frenesí y la estética feudal japonesa. En lugar de mejorar lo que había y seguir aportando una identidad propia, vuelve a generar algo nuevo pero que tiene un regusto más genérico, que se queda en lo superficial. Aunque con un sistema que aporta mucho más a la narrativa del juego, a interesarse por los NPCs y la situación, y con un esfuerzo en construir algo más del mundo que visitamos.
Dicho todo, Sunbreak aporta todo lo mínimo que se debería esperar de una expansión de contenido, por lo que la única que pega que se le puede poner es que siga sin tener Crossplay