Análisis de Card Shark: un juego de hacer trampas con las cartas que nos ha enamorado
Card Shark, que llega a PC y Nintendo Switch, es una deliciosa y original propuesta ambientada en la Francia de la Ilustración
Aunque hacer trampas esté mal, es lo que tenemos que hacer en este juego de cartas con forma de aventura gráfica
No es la primera vez que lo digo en un análisis, pero ciertamente hay pocos videojuegos que nos sorprendan de verdad, que llamen nuestra atención por probar algo completamente distinto. Salen juegos muy buenos casi todos los meses, pero eso no quiere decir que innoven o propongan algo completamente distinto, aunque eso no quiere decir que no los disfrutemos o que, en lo suyo, sean una propuestas sobresalientes y divertidas al máximo.
Pero mentiría si no dijera que siempre ando buscando algo que, de verdad, me ponga las orejas de punta en cuanto a una vuelta de tuerca, algo de verdad nuevo en este lenguaje cultural que es el videojuego. Y con Card Shark, un título desarrollado por Nerial y editado por Devolver Digital, disponible ya en PC y Nintendo Switch, he sentido que me sorprendían. Y es una fabulosa sensación que espero saber describir en este análisis.
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El viaje de superación de un tramposo
Con un apartado artístico extraordinario, que entra por los ojos nada más fijarse en las pantallas o vídeos del juego, Card Shark es un título que se maneja como una aventura gráfica más o menos clásica (con el ratón o el stick de movimiento de Switch y activando los puntos con los que podemos actuar). Pero aquí no hay mucha exploración ni grandes sitios por los que andar, sino pequeñas escenas cerradas, en distintas localizaciones, que nos irán mostrando la historia y la harán avanzar. En estas escenas sí que podemos hablar con distintos personajes que nos darán claves para el juego.
En Card Shark encarnamos a un pobre chaval mudo que malvive trabajando en una posada en una aldea de la Francia del siglo XVII, sirviendo vino a los parroquianos. Una noche, uno de ellos, al que todos llaman Comte, se cruza en la vida de nuestro protagonista. El Comte (basado en la leyenda de un personaje real de la historia de Francia, el controvertido Conde de Saint Germain) le propone al muchacho un trato para ganarse unas monedas: si éste le ayuda a hacer trampas en una partida de cartas, repartirán los beneficios. Aceptamos y aprendemos el primero de los trucos para que el Comte gane la partida de forma un poco deshonesta, espiando las cartas de los oponentes mientras les servimos el vino y realizando una serie de señas para que el Comte conozca las manos de sus rivales.
Este primer truco casi sale a la perfección, pero solo casi. Uno de los rivales, un poderoso noble, nos descubre y hace uso de su arma de fuego, matando con ella en la confusión a la pobre dueña de la taberna. Pobre, mudo y apaleado a diario por la víctima que lo alojaba en su posada, somos el principal sospechoso del crimen, al que el noble cargará con el muerto (literalmente). Por eso aceptaremos huir del lugar con el Comte, que nos ofrece su protección.
A partir de aquí comenzaremos un viaje entre las capas más bajas de la sociedad francesa de la época, aprendiendo trucos del Compte y de otros inadaptados, lo que nos irán convirtiendo en un tramposo de primer orden. Nuestro objetivo, viajar a distintas posadas, salones y ciudades por toda Francia para desplumar a los nobles en partidas de cartas. Siempre con un as bajo la manga. Así, el juego nos irá narrando una historia que se conecta con los acontecimientos de la Francia de ese tiempo y que nos hará cruzarnos con personajes históricos como Voltaire o el propio rey Luis XV.
Esto no es un juego de cartas
Aunque el peso de la jugabilidad de Card Shark se centre en las cartas, esto no es un juego de cartas, sino una elaborada aventura gráfica que se centra, casi en exclusiva, en el aprendizaje y dominación de una serie de minijuegos o resolución de puzles, que vienen a ser los trucos para hacer trampas en las partidas. Así, durante estas timbas en burdeles, posadas o salones de la corte, tendremos que ser muy hábiles repitiendo los pasos de cada truco, para que nos salgan a la perfección y ganemos la mano, sin levantar las sospechas de los rivales. Y aquí entra en juego nuestra habilidad, nuestra precisión, nuestra velocidad a la hora de ver y memorizar cartas o señales y mucho más.
Hay un total de 28 trucos distintos, que implican distintas mecánicas, y que iremos aprendiendo a medida que avancemos en la partida. El juego nos permite recibir las instrucciones de cada truco las veces que necesitemos y podemos practicar otras tantas, hasta que el truco nos salga al a perfección. Cuando estemos listos, podemos viajar a los centros de juegos, que nos llevan por toda Francia, y acceder a partidas que harán avanzar la historia.
Durante las partidas, un medidor muestra el nivel de sospecha o cabreo que tienen nuestros rivales y que se incrementa si tardamos mucho en realizar las distintas partes de un truco, si apostamos demasiado fuerte o si fallamos al realizar alguna de nuestras argucias. Siempre tendremos que estar atentos a este medidor, para afinar nuestra precisión, apostar menos o retirarnos con ganancias antes de que nos descubran y perderlo todo. Así, acumulando dinero, conseguiremos ascender en la escala social y llevar nuestros trucos y trampas a las mesas de partidas con rivales más adinerados.
Y como ya hemos dicho, Card Shark nos presenta esta simpática y original aventura de habilidad y engaños con un apartado artístico sorprendente, con unos fondos, personajes y animaciones dibujadas a mano, que parecen cuadros sacados de una pinacoteca francesa de la época. Y lo acompaña una genial banda sonora que nos mete en situación.
En definitiva...
Puede que Card Shark no sea un juego para todo el mundo, pero su propuesta es tremendamente original y, si te gustan las aventuras gráficas, o los juegos de habilidad y aventuras narrativas pausadas, para paladear sin prisa, puede enamorarte, como nos ha pasado a nosotros. Hemos pasado horas practicando algunos de sus últimos trucos, los más difíciles, para intentar desplumar a los últimos incautos del juego y desvelar los misterios de su historia, y lo hemos gozado. Da gusto descubrir juegos así de vez en cuando y tenemos que decir que Devolver Digital es una editora que acostumbra a ofrecernos este tipo de agradables sorpresas.