Los creadores del slasher Friday the 13th: The Game regresan al ámbito de los videojuegos con una nueva obra que comparte ciertos aspectos con su anterior título. En Predator: Hunting Grounds, IllFonic ha colaborado con 20th Century Fox y Sony Interactive Entertainment para traernos una sencilla experiencia multijugador asimétrica en la que o bien encarnamos al Predator o formamos parte del equipo de soldados supervivientes que pretenden escapar de la jungla en la que se encuentran. Ya está disponible en PlayStation 4 y PC y a continuación os traemos el análisis del título tras jugar unas cuantas partidas.
Al ser un título multijugador únicamente, el planteamiento de Predator: Hunting Grounds es de gran sencillez y muy poca profundidad. Nuestra función como marines es cumplir unas cuantas misiones que se basan en recuperar información de una serie de bases localizadas en la jungla, acabar con un líder enemigo señalado o, la más complicada, dar caza al Depredador. Aun así, el objetivo final siempre es el mismo: escapar de la zona y que al menos quede uno de nosotros con vida.
No hay ningún tipo de argumento rodeando estas acciones más allá de la voz de nuestro capitán, la cual suena para darnos una serie de direcciones e indicarnos nuestro siguiente paso en la misión. En el caso del Depredador, su tarea principal es siempre evitar que los soldados escapen y sobrevivan a su paso por la jungla.
Con tal de establecer un símil de calidad con una de las diversas entregas de Predator en el cine podríamos mencionar al film de 2018. Quienes la hayan visto podrán entender a que nos referimos y aquellos que no, basta con navegar a través de las notas y valoraciones generales que recibió para comprenderlo. En el caso de Hunting Grounds pasa algo similar, ya que se trata de un sencillo y repetitivo juego que puede llegar a convencer a una cierta base de jugadores amantes de la franquicia y/o de cualquier tipo de experiencia multijugador online.
Un avión aterriza en medio de la jungla y nos deja allí a nosotros y otros tres soldados armados hasta los dientes, preparados para cumplir nuestra misión. Para lograrlo simplemente debemos avanzar hasta el punto marcado automáticamente en el mapa, pulsar el botón cuadrado (en el caso de PS4) para interactuar con diversos terminales, documentos y demás y defender el punto del ataque de una oleada de enemigos humanos controlados por la IA.
Podremos usar distintos tipos de armas pero no notaremos una diferencia significativa entre unas y otras a menos que sea equipamiento de alto nivel. Para poder desbloquearlo tendremos que jugar una gran cantidad de partidas hasta subir de nivel lo suficiente como para poder acceder a ellas y esto es algo que tan solo aquellos a los que realmente les apasione el juego terminarán haciendo. Por otro lado, si hablamos de personalización, es un apartado muy sencillo en el que tan solo podremos escoger un avatar pre-creado entre unas 5 opciones distintas, ponerle una serie de accesorios y decorar su vestimenta con distintos colores y pinturas que no aportan más que cambios estéticos.
En lo jugable se siente como cualquier otro shooter actual y no innova en ningún apartado. El planteamiento de los enfrentamientos es muy sencillo e independientemente del tipo de misión que realicemos se nos antojará repetitivo y nos cansará cuando sumemos unas cuantas partidas. Sumado al hecho de que los enemigos de la IA son muy fáciles de derrotar y a que rara vez nos quedaremos sin munición y nos veremos en apuros, jugar como soldado es muy sencillo…a menos que el Depredaror nos lo impida.
En las diversas partidas que jugamos como supervivientes nos encontramos con diversos escenarios que cambiaban en función de la habilidad del jugador que llevara al Depredador enemigo. En el primer caso, parece que éste no era muy habilidoso, ya que no nos lo encontramos hasta el final de la partida (cuando debemos escapar de la jungla en un helicóptero; con que salga uno de los cuatro ya ganamos la partida) y no consiguió detener nuestra marcha del lugar. De hecho, entre el grupo de soldados logramos abatirlo sin demasiado problema y ninguno de nosotros cayó. Sin embargo, en un segundo caso el Depredador nos encontró en el primer punto de misión y acabó con todos nosotros cuando todavía no habían transcurrido ni 5 minutos de partida.
El Depredador tiene en su poder diversas herramientas para dominar la partida fácilmente y acabar con los cuatro soldados con tal de zanjar el enfrentamiento en pocos minutos (en lugar de los habituales 20) sin demasiados problemas. Eso sí, requiere práctica y es algo complicado de lograr cuando la espera para que el matchmaking se alarga más allá de la media hora.
Este es uno de los principales (y más graves) problemas del juego que ya estaba presente en la beta abierta de finales de marzo. Al tratarse de un título online multijugador debería disponer de un emparejamiento ágil y rápido pero no es el caso. Si escogemos llevar a soldados en lugar de al Depredador el tiempo de espera se verá reducido, pero nunca más de 2 minutos, una cantidad significativa que lastra mucho el arranque de cada partida.
Por este motivo, tan solo pudimos probar una vez al Depredador (tras esperar más de 40 minutos) y debemos señalar que se trató de una experiencia algo más completa y entretenida de lo que esperábamos. Al disponer de un armamento variado en nuestras manos pudimos paralizar a los soldados enemigos con una especie de rifle láser electrizante, acercarnos a ellos de forma sigilosa desde los árboles, utilizar el visor de visión infrarroja para detectarlos, usar el modo de invisibilidad para colocarnos tras una cobertura cuando empezaron a disparar y demás.
Con esto queda demostrado que desde IllFonic han puesto mucho más mimo y detalle en el control del Predator para que todo aquel fan de la franquicia sienta cómo es controlar a una criatura alienígena tan poderosa como esta. Sin embargo, debido al problema de tiempos de espera que hay al intentar jugar como Depredador, muchos jugadores se acabarán frustrando y abandonando la cola de matchmaking a no ser que la compañía encuentre el modo de arreglarlo a tiempo.
Apartados técnico, gráfico y sonoro; aguantan el tipo pero apenas rozan el aprobadoEn lo técnico, Predator Hunting Grounds deja bastante que desear. El título se siente como de principios de generación a los mandos y a pesar de que no nos encontramos ningún bug grave (de los que impiden seguir jugando) durante nuestras partidas sí experimentamos caídas constantes de frames por debajo de los 30 fps y otros problemas técnicos como glitches al acabar con enemigos controlados por la IA.
En lo gráfico es decente y, a pesar de que no nos presente unos escenarios variados e impresionantes, sí que resulta interesante explorar las distintas áreas de la jungla y disfrutar de los monumentos estilo maya que encontremos por el camino. Por último, su apartado sonoro gana puntos al presentar doblaje al español y buenos efectos de sonido que anticipan la llegada del Depredador cuando éste se aproxima y nos permiten sentirnos más inmersos en la acción.
Predator: Hunting Grounds es una de las propuestas más descafeinadas que trae Sony en lo que llevamos de año 2020. Creemos que podría haber funcionado mucho mejor si se tratara del modo multijugador secundario de un título principal narrativo de mayor profundidad o incluso si se hubieran añadido más modos de juego y variedad a la propuesta actual. Por ahora, al menos en su lanzamiento, supone una obra interesante solo para aquellos que quieran saber lo que se siente al controlar al Depredador y sean realmente fans de la franquicia y del género.
Sin embargo, más allá de las carencias y problemas que el título trae de base, desde IllFonic deberían trabajar en arreglar las largas colas de espera que hay actualmente en el matchmaking, sobre todo al aspirar a jugar como Predator. Tal vez, si la compañía sigue apoyando al juego y logra encontrar la forma de arreglar el estado actual que presenta el título y añadirle nuevos modos y capas de profundidad, Hunting Grounds consiga salvarse. Por ahora, creemos que el catálogo de lanzamientos de esta primera mitad de año presenta otras propuestas mucho más recomendables que la que nos ocupa.