Análisis Animal Crossing: New Horizons; un necesario respiro virtual
Analizamos la nueva entrega de la saga Animal Crossing, ya en Nintendo Switch
Una relajante vida virtual en una isla totalmente personalizable
Encender la consola y transportarnos a una nueva vida virtual, en la que no hay espacio para las preocupaciones ni los problemas que arrastramos en nuestro día a día. Animal Crossing es un simulador de vida en el que podemos realizar una gran cantidad de actividades diarias como pasear, hablar con nuestros vecinos animales, pescar, cazar bichos o recoger fruta mientras ayudamos a que el pueblo en el que nos encontramos progrese. En esta ocasión Tom Nook nos da la bienvenida a una isla desierta, en la que debemos trabajar día a día para convertir en un hogar acogedor y en el que todos deseen vivir.
Animal Crossing: New Horizons nos ha atrapado completamente. Llevamos unos días disfrutando de lo nuevo de Nintendo en Switch y ya podemos analizar este título, que llega en el mejor momento posible para permitirnos disfrutar del aire libre (aunque sea dentro de la consola), reunirnos con amigos y, en definitiva, tener objetivos diarios que cumplir y un lugar repleto de color y felicidad al que acudir.
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Escogemos nuestra isla y personalizamos a nuestro protagonista
Al contrario de lo que ocurría en entregas anteriores de la saga, dónde nos preguntaban una serie de cuestiones y en función de nuestras respuestas salíamos con un rostro u otro, New Horizons permite diseñar a nuestro protagonista al detalle. No se trata de un editor muy complejo, pero es suficiente como para poder crear un primer avatar que posteriormente decoraremos con mayor profundidad (se pueden desbloquear nuevos peinados y colores, por ejemplo).
Por otro lado, el “Plan de Asentamiento en Islas Desiertas de Nook Inc.” Nos permite escoger la forma de la isla en la que entraremos a vivir entre tres posibilidades. En un inicio tendremos limitado el espacio disponible a la primera zona (con el margen del mar y los ríos), pero al poco conseguiremos una pértiga con la que cruzar estas masas de agua y llegar a la segunda zona. Lo mismo ocurrirá con la escalera de mano, la que nos proporciona acceso a las zonas más elevadas del pueblo. Eso sí, pasarán varios días hasta que consigamos edificar casas y comercios a voluntad en estas zonas superiores.
Cada jugador tendrá una isla distinta y, cuando avancemos bastante en el juego, podemos remodelar el terreno en función de nuestras preferencias gracias a una herramienta que llega por primera vez en la saga. Por ello, podremos mover ríos, lagos, elevaciones de terreno y más como nos plazca para acabar convirtiendo nuestra isla en un hogar del que estemos orgullosos.
Lo mismo ocurre con los edificios. En anteriores entregas, cuando llegábamos al pueblo, ya estaba construido el Ayuntamiento, el Museo y las tiendas. En New Horizons cambiamos de perspectiva y los jugadores tenemos más poder de decisión (y responsabilidades) para construir todas estas edificaciones a nuestro ritmo, todo paso a paso. En este sentido, desde Nintendo mantienen la esencia de la franquicia al limitar hasta cierto punto el progreso que podemos avanzar en un solo día. Animal Crossing es un juego que se disfruta a pequeños sorbos, como si se tratara de nuestra bebida favorita que no queremos que se termine.
A este respecto, el juego no tiene un final per se, sino que nos seguirá proponiendo nuevas tareas día a día para que no nos aburramos. De hecho, como mínimo, el título nos invita a jugarlo durante un año, ya que al disponer de un horario y calendario reales pasaremos por las 4 estaciones, habrá eventos especiales en determinados días del mes y, en definitiva, la obra avanzará al mismo ritmo que lo hace la vida real.
Un revolucionario sistema de crafteo y las Millas Nook
Una de las novedades principales que ha añadido New Horizons es un sistema de crafteo que nos permite crear diversas herramientas, muebles y objetos diversos a partir de madera (que recogemos de los árboles), piedras y minerales (que extraemos de las rocas) y otros elementos como frutas, ramas, bambú y demás. No se trata de un sistema muy complejo, sino que el propio juego te va guiando paso a paso para que lo domines en tiempo récord y no necesites más explicación que la que te ofrece la propia receta del ítem en cuestión.
En un inicio no contaremos con demasiadas recetas, por lo que deberemos avanzar día a día y nos llegarán a través de “eventos de la historia”, cartas en botella que aparecen en las playas, las podremos comprar en la tienda y demás. Algunos de estos proyectos de construcción son puentes, esenciales para que nuestros vecinos puedan cruzar al otro lado de la isla y ampliarla. Otros son herramientas tan imprescindibles como la caña, la red, la pala o el hacha que en un inicio serán endebles y se romperán. En este aspecto el título nos ha recordado a The Legend of Zelda: Breath of the Wild y su ligera durabilidad de armas. No estamos del todo contentos con esta medida, ya que nos hará perder bastante tiempo al tener que reponer todas las herramientas cuando se rompan, pero aun así comprendemos el por qué de la decisión.
Nintendo ha querido dotar al título de una sensación constante de descubrimiento y exploración. Para ello, han añadido el sistema de Millas Nook. Se trata de una serie de misiones (algunas de las cuales van cambiando cada día) que nos plantean pequeños retos como lo son el de atrapar 5 peces, vender 10 conchas, realizar una captura con el modo foto, ganar 5.000 bayas (el dinero del juego) o enviar postales a nuestros amigos, por ejemplo.
Cuando las cumplamos obtendremos Millas Nook, que se pueden canjear por diversos proyectos de bricolaje, ampliaciones del espacio que tenemos en los bolsillos, ítems exclusivos y billetes con los que viajar a una isla desierta remota en la que encontrar materiales, frutas y más elementos útiles. Gracias a este sistema siempre tendremos algo pendiente por hacer y nunca nos llegaremos a aburrir del todo, ya que irán cambiando constantemente y algunas de ellas las cumpliremos sin ni siquiera planteárnoslo.
Vecinos y visitas que llegan a nuestra isla
A medida que pasen los días de juego, nuestra isla irá aumentando su población más y más hasta dar la bienvenida a 10 vecinos animales. A nuestro parecer, se trata de un límite algo bajo si tenemos en cuenta el gran tamaño que alcanza la isla cuando podemos desbloquear todas las zonas de la misma. Por otro lado, el comportamiento que estos vecinos tienen es más sencillo que en anteriores entregas de la saga. Tal vez se convierta en algo más complejo y cuidado con el paso de las semanas, pero en los primeros días nos ha dado la sensación de que el comportamiento de nuestros animales vecinos no ha alcanzado el nivel de detalle y perfección que los fans de la saga le pedíamos.
Diversos personajes icónicos de la franquicia irán llegando a nuestra isla a medida que pasen los días. Sócrates con su Museo (el cual tardaremos un mínimo de 3 días en ayudarle a construir), las Hermanas Manitas con su tienda de ropa, Totakeke para tocar en la plaza del Ayuntamiento (cuando esté construido) y Canela para ayudar en las gestiones de la isla, entre otros. Por otro lado, New Horizons presenta nuevos personajes como Juliana, nieta de Juana (quién nos vendía nabos todos los domingos) o un dragón que parece interesado en los eventos especiales de caza de bichos al que todavía no hemos tenido el placer de conocer.
Un modo multijugador con pros y contras
En esta ocasión, el modo multijugador del título se ha visto ampliado para incluir hasta a 8 jugadores simultáneamente pero todavía presenta diversos aspectos en los que podría mejorar. Gracias a la aerolínea de los Dodos que todos tenemos en nuestras islas, podremos viajar o recibir visitas de amigos mediante comunicación local (la cual presenta diversos fallos de conexión si no nos encontramos muy cerca de la persona con la que queremos conectar) y vía Internet (es necesaria una suscripción a Nintendo Switch Online). Este será el método que más utilicemos a lo largo de nuestras partidas, ya que nos permite enviar cartas con regalos en todo momento a nuestros amigos que tengan el juego y acudir a sus islas de forma sencilla.
Eso sí, en este punto Nintendo podría haberse esforzado más con tal de presentar un modo multijugador a la altura de la generación actual. Los fallos que le vemos son, por ejemplo, la necesidad de encontrarnos fuera de cualquier menú o conversación para que un jugador pueda llegar a nuestra isla. Nos saldrá un cartel de “cierra la ventana” cuando alguien quiera unirse y tendremos que hacerlo en caso de querer que eso ocurra, ya que si no al visitante le seguirá saliendo un mensaje de error.
Apartado gráfico, técnico y sonoro
El apartado gráfico de New Horizons se ha refinado para presentar una paleta de colores pastel muy bonita y atractiva. Podremos capturar cualquier instante en todo momento gracias al modo foto que se ha incluido en esta entrega. A pesar de ser sencillo, nos permite aplicar una serie de filtros, marcos y demás para aumentar nuestra colección de fotos y recuerdos.
En cuanto a lo técnico, en general el título aguanta sin problemas a 30 FPS con una resolución mayor en modo dock (TV) que en portátil. Hemos notado algún tirón de frames puntual y bugs ligeros de movimiento en cuanto estamos conectados con nuestros amigos vía online. No hay nada grave que nos impida seguir jugando, pero sí que se podría terminar de refinar con ayuda de algún parche futuro.
Es en el apartado sonoro donde nos ha decepcionado un tanto. Al menos durante los primeros días, la melodía de fondo que escuchamos es siempre la misma y apenas tiene variaciones (no como en entregas anteriores, donde cada hora que pasaba tenía su propia canción). La banda sonora está compuesta por una serie de temas relajantes y canciones de Totakeke, que podemos reproducir si contamos con el dispositivo adecuado en nuestros hogares. En general, creemos que New Horizons está un punto por debajo de otras entregas de la saga en lo que a apartado sonoro se refiere.
En definitiva…
Animal Crossing: New Horizons nos ha enamorado. A pesar de que presenta diversos apartados en los que podría mejorar, como en la complejidad de las interacciones con los vecinos, la calidad del modo multijugador o la lista de melodías de su apartado sonoro, en su conjunto supone una revolución de agradecer en la franquicia. Gracias a su sistema de crafteo y a disponer de nuevas herramientas como la pértiga o la escalera de mano, la isla presenta una profundidad mucho mayor de la que tenían los pueblos.
En el apartado de personalización es dónde realmente se notan los cambios, ya que podremos colocar muebles y complementos tanto en nuestra casa como en toda la isla para diseñar así nuestro hogar virtual al milímetro en función de nuestras preferencias. Además, gracias al sistema de códigos QR que presenta el título, podremos compartir todas las creaciones de ropa que hagamos (cuyas posibilidades también se han multiplicado).
Por todo ello, Animal Crossing; New Horizons es un título que llega en el momento ideal para presentarnos una escapada virtual de la realidad. La obra nos invita a tomarnos el día a día con calma y a disfrutar hasta con las acciones más sencillas y cotidianas. Ya podemos jugarlo en Switch y estamos seguros de que en vuestra lista de amigos y amigas habrá más de uno sumergido en este paraíso que Nintendo ha creado para que tanto fans de la franquicia como recién llegados puedan disfrutar.